Molino Quemado

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Mientras Aemma y Daemon se dirigían a Molinos Quemado en el lomo de sus dragones, Rickon y Alysanne lideraban al grupo de hombres que seguían en pie.

Al ver al par de dragones y al número grupo de soldados acercarse al lugar, las flechas comenzaron a llover desde tierra, donde filas de soldados los esperaban.

Aunque las flechas no eran lo suficientemente fuertes para infringir grandes daños a Caraxes y Seasmoke, si provocaban que las grandes bestias se pusieran de malas e igual podían derribar a los jinetes.

-Dracarys- dijo Aemma y Seasmoke prendió fuego a los hombres que se encontraban disparando.

Rickon y los demás hombres pudieron entrar fácilmente después de que Aemma y Daemon se deshicieran de la mayoría de hombres en la entrada.

-No destruiremos el hogar de los Blackwood y su gente, así que limíta el fuego- ordenó Daemon y Aemma asintió- No pelearemos con estos soldados, iremos por Amos Bracken-.

Ambos jinetes se dirigieron hacía la fortaleza que Ser Amos había tomado bajo su poder.

Ambos bajaron de sus dragones para caer en las murallas del castillo, ahí tuvieron que pelear contra un pequeño número de hombres.

Una vez que mataron a todos, finalmente entraron al castillo en busca de Ser Amos.

En el camino tuvieron que enfrentarse a varios más, hasta que finalmente llegaron al salón donde Amos estaba siendo resguardado por algunos soldados.

-¿Y ahora que carajos haremos?- preguntó Aemma al ver la enorme puerta cerrada frente a ella y Daemon.

-¡No seas un cobarde y abre la puta puerta- gritó Daemon bastante malhumorado.

-¿No deberíamos buscar otra entrada?- preguntó Aemma.

-No la hay- se escuchó la voz de una mujer a sus espaldas-¿Necesitan ayuda?-Aemma giró la cabeza para encontrarse con Alysanne que venía acompañada de cuatro soldados que traían un arriete.

Daemon sonrió y los hombres comenzaron a golpear la puerta con fuerza hasta que se abrió y fue posible ver a lord Amos junto con los guardias quelo cuidaban.

-¡Tía Aly!-se escuchó decir al niño que había sido tomado como prisionero por Ser Amos.

Según como lo veía Aemma, no tendría cuánto mucho unos doce años.

-Pagaras esto- dijo Alysanne al hombre.

-¿Qué esperan? Matenlos a todos- ordenó Ser Bracken a sus hombres y entonces la pelea comenzó.

El sonido de las espadas chocando era todo lo que se escuchaba en el lugar junto con los quejidos de los que eran heridos y asesinados.

Daemon se abrió paso entre los hombres y se dirigió hacía Ser Bracken, quien estaba dispuesto a darle pelea.

-¡Asesina al niño!-escuchó Aemma decir a Sir Bracken.

Lo siguiente que se escuchó fue el grito del niño y seguido de eso la espada de alguien golpeando algo.

Aemma se abrió paso en el lugar, y sintió alivio al ver a Benjicot aún de pie y a Daemon enterrando su espada en el pecho del soldado que tenía al niño como rehén.

Pero la sensación de calma no duró mucho, ya que Sir Bracken aprovechó que Daemon estaba distraído para irse contra él.

El cuerpo de Aemma se llenó de adrenalina y en menos de cinco segundos, ella ya estaba interponiendose entre Sir Bracken y Daemon.

-Es de cobardes atacar por la espalda- dijo Aemma deteniendo la espada del hombre con la suya.

-Tú debes ser la hijita de Rhaenyra- dijo el hombre con una sonrisa cínica- Tú y tu madre han olvidado cual es su lugar- el hombre comenzó a hacer más fuerza contra la espada de Aemma.

Fuego y Sangre: Aemma Velaryon Where stories live. Discover now