Proteger a la familia

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Tres meses después.

Con la "muerte" del príncipe Jace, Rhaenyra se puso en aislamiento a ella y a su familia en Rocadragon.

Todos los aliados de la reina negra respetaron el luto de la familia por un par de semanas, pero luego comenzaron a preguntarse que sería del reino, pues habían perdido a una pieza importante en el juego y se preguntaban además, que medidas se tomarían contra los verdes.

El estado mental de Rhaenyra y su pérdida de interes por su propia causa los hizo empezar a cuestionarse sobre si debían continuar apoyándola. Y en cuestión de semanas, algunos lores desertaron y partieron de Rocadragon hacía King'sLanding a pedir misericordia y arrodillarse ante Aegon.

-Se han ido, majestad- informó Lord Corlys con pena, mientras Rhaenyra lo veía con profunda tristeza, sentada en su trono.

-Todos creen que mi causa está perdida ¿No es cierto?- preguntó.

-Me parece que han actuado por miedo, majestad-.

-Empiezan a dudar de que pueda gobernarlos, creen que la muerte de Jace me volvió loca e incapaz de continuar con esta guerra- Lord Corlys negó- No trates de negarlo, soy consciente de que he descuidado por completo mi cargo y me he escondido a mí y a mi familia en las paredes de este castillo-.

-Han pasado solo tres lunas, majestad.¿Cómo no descuidaría su cargo por el duelo y escogería poner como prioridad protegerse a su familia y a usted después de lo que sucedió? ¡Tu hijo murió al intentar rescatar a sus hermanos que corrían el peligro de morir también, Rhaenyra! Y haz tenido que lidiar con su muerte y el cargo que llevas, sola porque tu esposo no puede abandonar su posición en Harrenhal-.

-La Serpiente Mariana nunca bajó su guardia cuando sus hijos murieron, y tampoco abandonó su cargo de Mano de la reina tras la muerte de su esposa- Lord Corlys guardó silencio un momento-Los hombres no apoyaran la idea de que una mujer se siente en el trono de hierro si creen que no es capaz de mantenerse con firmeza ante todo- la mirada de Rhaenyra seguía siendo de tristeza, pero su tono de voz se agravó y su postura en el trono se endureció para segundos después ponerse de pie.

-Haz que Aemma venga a verme, pronto- Lord Corlys siguió con la mirada a Rhaenyra, quien trataba de prender fuego a la chimenea que había en el salón.

-Majestad...¿Qué es lo que planea?-.

-Demostrarle a todos los lores en el reino que sigo en el juego y mi posición en la guerra no ha cambiado- tras encender la chimenea, Rhanyra se giró para mirar a Lord Corlys- Voy tomar la corona que me pertenece, Lord Corlys, y haré que todas las víboras en Desembarco me supliquen piedad antes de asesinarlos. Pero por ahora, lo primero que haré es dejar claro quien irá después de mí en la línea de sucesión-.

-¿No le parece qué es un poco apresurado? ¿Cree que ella está lista para asumir ese peso?-.

-No se trata de si está lista o no, mi Lord, por nacimiento, es su deber. Así que no perdamos más tiempo y hagala venir pronto, seguiremos perdiendo hombres si no actuamos pronto -.

[...]

-Te lo suplico, madre... No me hagas esto- rogó Aemma mientras las lágrimas se deslizaban por sus mejillas.

-Tenemos que hacerlo, Aemma... Por nuestra familia- insistió Rhaenyra, tratando de persuadir a su hija, quien por supuesto, se negaba rotundamente a ser nombrada heredera.

-Él estaba hecho para volverse rey un día... pero yo, yo nunca podré estar lista para tomar tu lugar, madre-.

-No digas eso, Aemma. No te pido que gobiernes hoy, solo que aceptes que un unos años te volverás reina... Una buena gobernante, como lo habría sido él- habló Rhaenyra sintiendo como un nudo se le formaba en la garganta.

Fuego y Sangre: Aemma Velaryon Where stories live. Discover now