Cambios por llegar

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La princesa Rhaenyra se quedó con su familia unos días en Driftmark mientras que su padre se llevó a su esposa e hijos de regreso a la mañana siguiente del incidente de los niños.

Cómo si no hubiera sido suficiente todo lo que habían pasado ya, una tarde los gritos de la princesa Rhaenys se escucharon en todo el castillo, cuando fueron a verla encontraron el cuerpo de Laenor Velaryon tirado en la chimenea del salón principal, no había quedado rastro de cómo lucia, estaba completamente calcinado de la cintura para arriba.

En menos de una semana los niños perdieron a dos padres.

Se dijo que había sido el amante de Sir Leanor el responsable, pues el joven se esfumó después de lo sucedido.

La muerte de sir Laenor dejó un gran dolor en los niños, si bien Sir Leanor no era su verdadero padre, siempre los amo como si lo fuera.

De nuevo la familia entera se reunió para llevar a cabo el funeral, está vez la reina había prohibido a sus hijos separarse.

Aemond llevaba la mitad de la cara cubierta con vendas, y todo el tiempo la reina lo mantuvo a su lado.

El príncipe Aemond la estuvo observando todo el tiempo desde la distancia, era la primera vez que la veía en tan mal estado, tenía los ojos hinchados y la nariz roja. Jace se mantuvo todo el tiempo enmedio, abrazandola a ella y a Luke al mismo, tiempo.

Aemma se había desmoronado por primera vez en su vida, en poco tiempo perdió a los dos hombres que habían estado toda su vida con ella, si bien Sir Harwin fue el que le enseñó como defenderse y a proteger a los demás, Sir Leanor era quien la llenaba de regalos y bailaba con ella en las fiestas del reino.

En esa ocasión Aemma y Aemond hablaron una sola vez, cuando el príncipe le dio sus condolencias, pero su madre estaba tras él, así que fue rápido.

Después del funeral Rhaenyra le dijo a sus hijos que se irían a Rocadragon, quería que estuvieran a salvo de cualquier tipo de venganza que la reina pudiera querer.

Y aunque Aemma empezaba a sentirse menos triste con los días, le dijo a su madre que la dejará quedarse un tiempo más en Driftmark, pues Corlys dejó su hogar para ir a navegar, dejando sola a su esposa, quien estaba tan deprimida por haber perdido a sus únicos dos hijos que Aemma temió que se intentará quitar la vida en cuanto tuviera oportunidad.

Rhaenyra aceptó y le expresó a su hija lo orgullosa que estaba de ella por no dejar de tener un enorme corazón.

Baela también pidió el permiso de Daemon para acompañar a su prima y abuela.

Y antes de que los demás partieran hacía Rocadragon, los Velaryon y las niñas de Daemon fueron llevadas por sus padres a las orillas de la isla, donde Daemon y Rhaenyra Targaryen se unieron en matrimonio en una ceremonia secreta.

[...]

Una semana después de eso, Aemma quiso salir del castillo a caminar y tomar un poco de aire.

Baela le preguntó si quería que la acompañara, pero Aemma le dijo que estaría bien ella sola.

De pronto algo capturó la atención de la joven, Seasmoke, el dragón que había pertenecido a Leanor, se encontraba descansando sobre unas rocas.

Por primera vez desde la muerte de Laenor, Aemma sintió curiosidad de algo, el coraje que siempre había caracterizado a la niña volvió a su cuerpo y con cuidado comenzó a caminar hacia la bestia que aún llevaba la montura de Leanor.

El dragón la vio venir y se bajó de la piedra.

El animal rugió fuerte, haciendo que la piel se le erizara a Aemma y su corazón se acelerará.

Sabía que no era necesario que se arriesgara, ya se le había prometido un huevo de la nidada de Syrax.

¿Pero para qué esperar tanto si la oportunidad se presentaba sola frente a ella?

Hasta ese momento entendió a Aemond, lo que debió sentir en cuanto estuvo frente a Vaghar.

El animal caminó amenazante hacía ella y Aemma comenzó a hablarle en antiguo Valyrio.

La niña se armó de valor y estiró la mano para tocar la cabeza del animal.

Cerró los ojos con fuerza esperando lo peor, pero el animal no le hizo nada. Eso le dio la suficiente confianza para montarlo.

Aemma sintió que estaba soñando, no fue hasta que le ordenó que volará, que se dio cuenta de lo que había logrado.

Después de tantos años, al fin contemplaba el cielo y el mar desde la espalda de un dragón.

-Gracias padre, por haberme dejado un último regalo - dijo en voz alta.

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Nota de la autora:

Solo quiero aclarar que el tiempo en el que ocurren las cosas en la serie y libro van a ser modificadas según como convenga para mi historia, lo mismo con las edades de los personajes.

Yo disfruto escribiendola, espero que les esté gustando 💓

Fuego y Sangre: Aemma Velaryon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora