Fuego y Sangre: Aemma Velaryon

El inicio de la guerra de cuervos

-La guerra se acerca majestad, es inevitable- dijo Lord Bartimos.

- Debemos acabar con el problema de raíz - dijo Daemon a su esposa

-¿Y como sugieres llevar eso a cabo?- preguntó Aemma a su padrastro.

-Los superamos en dragones, no tendrán mas opción que rendirse cuando nos vean-.

-Ellos también tienen dragones- recordó Rhaenyra- Entre ellos a una dragona de guerra-.

-Nuestros dragones podrán con ella, acabaran con cualquiera que quiera impedirnos tomar el lugar que nos corresponde- dijo Daemon comenzando a alterarse.

-No voy a desatar una guerra, si los dragones pelean, la ciudad entera se quemará y no gobernaré un reino de cenizas -.

-¿Qué sugiere entonces, majestad?- preguntó Daemon de mal humor, sabiendo que Rhaenyra no haría lo que él quería por más que insistiera.

-Tendremos que recordarles a todos esos lores a quien juraron lealtad cuando mi padre me nombró su heredera-.

-Prepararé los cuervos, majestad- habló lord Gerardys - ¿Con quienes empezamos?-.

-Los Stark y los del Norte nos darán su apoyo ¿Verdad, Rickon?- preguntó Rhaenyra al castaño que estaba de pie detrás de su hija.

-Por supuesto, mi reina - Rhaenyra asintió.

-Comencemos con el Valle entonces, Lady Arryn es familia, por mi madre. Igual que Lord Borros, por la princesa Rhaenys-.

-Enviaré los cuervos a primera hora- dijo el maestre Gerardys y Jace se aclaró la garganta para hablar.

-Los cuervos tardan demasiado, a diferencia de nuestros dragones- Rhaenyra miró a su hijo.

-¿Me estás pidiendo que los envíe a ustedes como mensajeros?- Jace asintió.

-Ya han entregado mensajes antes, y resultó de maravilla- dijo Daemon mirando a Aemma y Rickon - Yo mismo partiré al Tridente ¿No creerás qué me quedaré sin hacer nada, confiando en unos cuantos cuervos?- preguntó a su esposa.

-Los dragones se ganarán más velozmente a los señores que los cuervos-dijo Jace decidido a partir.

-Olvidas que Aemma no está en condiciones de viajar - dijo Rhaenyra.

-Yo tomaré su lugar- las palabras del joven Luke tomaron por sorpresa a todos.

-De ninguna manera lo harás- intervino Aemma.

-Constantemente nos han acusado de ser bastardos Strong, pero cuando esos señores nos vean llegar en nuestros dragones se darán cuenta que no son más que falacias. Es bien sabido que solo los Targaryens son jinetes de dragón- dijo Luke haciendo todo lo posible por no sonar nervioso.

Lo cierto era que aún se sentía un cobarde por haberse negado a acompañar a sus hermanos anteriormente.

-También yo entregaré un mensaje - dijo Baela y Rhaenyra negó inmediatamente.

-Aemma dará a luz en cualquier momento, necesitará que Rhaena y tú estén a su lado cuando suceda. No puedo dejar que vayas-.

-Entonces con mayor razón no debes oponerte a que yo vaya, madre- dijo Luke.

Rhaenyra suspiró sabiendo que no podía evitar que sus hijos partieran, después de todo ya no eran unos niños pequeños.

-Irán como mensajeros, no como caballeros, por lo que no se meterán en ninguna pelea- ambos jóvenes asistieron y Aemma miró a su madre indignada.

-Luke sigue siendo un niño, no puedo creer que pienses en dejarlo partir-.

-Aemma...- murmuró Rickon tratando de tomarla de la mano para calmarla pero ella lo rechazó.