Visita inesperada

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Se había preparado un gran banquete en el castillo de Rocadragon, en honor a los recién casados y a la recuperación de Lord Corlys, quien se dejaba ver por primera vez desde que había sido herido.

La familia había sufrido bastante últimamente, por lo que aquella cena juntos les dio un respiro, al menos por una noche, de todo el conflicto que seguía latente fuera de la isla.

Rhaenyra aún tenía cosas que hablar con Corlys, aunque bien era el abuelo de sus primeros cuatro hijos, deseaba saber con seguridad si apoyaría su causa.

Al día siguiente todos debían reunirse en el gran salón para escuchar lo que lord Corlys tenía que decir.

-¿Donde está Aemma? No la he visto en todo el día, faltó al desayuno y a la comida- preguntó Rhaenyra al ver que era la única que faltaba.

Rickon dio unos cuantos pasos para acercarse a la reina y habló en voz baja.

-La princesa se encuentra indispuesta majestad, parece que el vino de la cena no le sentó bien -.

-¿El vino? Apenas tomó una copa, la he visto llenar la copa hasta perder la cuenta y no ha tenido tal reacción - miró a Rickon y a espaldas de él los demás los observaban - Hablaremos de ello después, no hay que hacer esperar a Lord Corlys- Rickon retomó su lugar y Lord Corlys se puso de pie en la mesa.

-¿Y bien Corlys? ¿Qué es lo que deseas decir?- preguntó Daemon.

-Mi esposa me ha puesto al tanto con lo que ha pasado últimamente en el reino. Lamentamos la muerte del rey Viserys, así como la traición de los Hightower... Los Velaryon y los Targaryen hemos unido nuestras casas desde hace años atrás y no pretendo cambiar eso. Tiene toda la flota y nuestra casa a su disposición, majestad- dijo el hombre mientras hacía una reverencia a Rhaenyra.

[...]

-¿Segura que se siente mejor, princesa?Aún así debería tomarse el resto de la tarde para descansar- sugirió una de las críadas, pero Aemma negó de inmediato.

-Estoy bien, ahora ayudame con el vestido, luego puedes retirarte - la joven críada hizo lo que la princesa pidió y una vez que se fue, Aemma no tardó en salir de la habitación también.

Aún tenía una sensación de incomodidad, pero estaba segura de que ya no quedaba nada en su estómago por vómitar.

Antes de que pudiera incorporarse a la reunión que su madre tenía, mientras caminaba un grupo de guardias pasó de prisa junto a ella, uno chocó torpemente con ella.

-Mis disculpas princesa- dijo el guardia y antes de que siguiera su camino Aemma se dirigió a él.

-¿A donde van con tanta prisa?-.

-Un dragón ha descendido cerca del puente, princesa, debemos alertar a los reyes- dijo el hombre.

-¿Qué dragón?-.

-Vhagar, princesa-.

-¿Viene solo o hay señales de más dragones?- .

-Por ahora solo él, podría haber venido solo, pero no podemos arriesgarnos -.

-Lléveme con él- pidió la princesa.

-No puedo arriesgarla, princesa-.

-Tonterías, Seasmoke no debe estar lejos de aquí, si siente que estoy en peligro no dudará en ir hacía donde mí. Además si un ataque es lo que planean, dragones son los que atacaran, mi lord- el guardia aceptó finalmente y escoltó a la princesa hasta donde comenzaba el puente.

Tal como Aemma había dicho, Seasmoke sobrevolaba el lugar en círculos asegurándose de que Aemma estuviera a salvo.

Los demás guardias empezaron a pedirle a la princesa que regresará al interior del castillo.

Fuego y Sangre: Aemma Velaryon Where stories live. Discover now