Laenor el menor

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En un lado de la habitación Luke se encontraba envuelto en mantas cerca de la chimenea para que el calor volviera a su cuerpo, y en el otro lado estaba Aemma gritando de dolor mientras era atendida por el maestre Gerardys y las críadas que habían ayudado a su madre en sus partos.

-Tiene que seguir pujando, princesa- Aemma intentaba hacer lo que el maestre decía, llevaban mas de tres horas intentando sacar al bebé, pero su cuerpo parecía no querer responder.

No solo había perdido demasiadas fuerzas ese día, sino que también sangre, por lo que estaba demasiado débil para pujar.

-Tu puedes Aemma, solo un poco mas-dijo Rickon que no había soltado la mano de su esposo en ningún momento.

Aemma negó mientras lloraba y decía a los presentes que no podía.

-De nuevo, princesa. Ya puedo ver la cabeza-.

Todos en Rocadragon sabían que la princesa estaba dando a luz pues sus gritos no eran el único ruido que se escuchaba esa noche. Debido a la fuerte conexión entre jinete y dragón, Seasmoke parecía poder sentir el mismo dolor que Aemma, y los gritos de Aemma eran acompañados por los rugidos de su dragón.

Después de un par de intentos más, Aemma pujó tan fuerte como pudo y el dolor se detuvo en cuanto la placenta salió.

Por un momento se sintió aliviada, pero en cuanto vio los rostros de las críadas al ver al niño que el maestre Gerardys tenía en sus brazos, el miedo la invadió.

-¿Por qué no llora...?-preguntó Aemma en un hilo de voz, Rickon miró al hombre y esté miró a la chica con pena.

-Me temo que ha nacido sin vida, princesa- los ojos de Aemma se llenaron de lágrimas nuevamente y soltó la mano de Rickon para llevarsela a la boca mientras trataba de contener sus jadeos.

-No, no, no...-se repetía una y otra vez -Dejeme ver a mi bebé, necesita estar cerca de su madre, despertará en cuanto sienta mis brazos- pedía casi suplicando al maestre.

El maestre miró a Rickon esperando que diera su permiso y el joven asintió entre lágrimas.

El corazón de Aemma se hizo pedazos en cuanto vio el rostro del pequeño que había sido puesto en sus brazos.

Había perdido a dos padres y una hermana antes, pero era la primera vez que perdía a un hijo, el dolor que sentía era nuevo, la amargura y la tristeza la consumieron en ese momento.

Rickon se arrodilló al lado de la cama para estar a la altura de Aemma y el bebé.

Aemma descubrió la cabeza del niño que estaba envuelto en una manta y dejó que Rickon lo viera.

-Mi pequeño príncipe...-le dijo a Rickon en un hilo de voz para luego darle un beso en la cabeza al niño de cabellos plateados que había dado a luz.

El corazón de Rickon también había sido estrujado, aunque el niño parecía no ser de su sangre, era su hijo también.

[...]

-Debemos ir ya Aemma, la gente espera- dijo Rickon observando a su esposa desde la puerta.

-Lo sé, adelantate tú y diles que llegaré pronto-respondió la chica mientras acariciaba la despeinada cabellera de su hermano.

Aunque el maestre Gerardys había dicho que la vida de Luke ya no peligraba, Aemma seguía preocupada esperando que el chico retomará la consciencia.

Rickon suspiró sabiendo que no lograría que Aemma se levantará de la silla que habían colocado al lado de la cama donde Luke yacía, y se retiró del lugar obedeciendo lo que su esposa le había dicho.

-No sabes cuanto me duele que tu y Jace no estén conmigo hoy-dijo mientras sostenía con fuerza la mano de su hermano.

El cuerpo de Luke ya no estaba frío gracias a las cantidades de leña que ponían en la chimenea para mantener el calor en el lugar, pero aún así Aemma sentía que le hablaba a un muerto.

-No sé si pueda soportar tanto dolor, Luke, nadie te prepara para ello-Aemma levantó el rostro y vio a su madre entrar en la habitación -Le he dicho a Rickon que bajaré pronto ¿No te lo ha dicho?-Aemma retomó una postura recta en la silla.

-Rickon no me ha dicho nada. Solo he venido a ver a Luke, no sabía que estarías aquí-.

Rhaenyra se sentó en la orilla de la cama y al igual que Aemma, apretó la mano de su hijo con una mano mientras que con la otra acarició su rostro.

-Mi dulce niño-Aemma vio como un par de lágrimas se deslizaron por la mejilla de su madre.

-¿Quieres que los deje a solas?- Rhaenyra negó y se apresuró a limpiarse el rostro con las mangas del vestido negro que llevaba.

Ambas guardaron silencio durante un par de segundos, hasta que Rhaenyra vio a los ojos a Aemma y no pudo contenerse mas.

-Tenías razón, Aemma...-su voz se quebró -No debí dejar que Luke saliera del castillo. Mi nieto seguiría con vida si hubieses estado en Rocadragon-.

-Entonces ahora tendríamos a Luke en una pira, eso si el mar no se hubiera tragado su cuerpo- suspiró Aemma.

-Todo ha sido mi culpa-las lágrimas salían sin control de los ojos de Rhaenyra - Entenderé si nunca eres capaz de perdonarme Aemma, te quité a tu hijo y puse en riesgo a tu hermano- Rhaenyra sollozaba y su respiración se escuchaba entrecortada debido al llanto.

Aemma al ver lo mucho que sufría su madre, se levantó de la silla donde se encontraba para ir hacía donde ella y abrazarla.

-Perdóname... perdóname por no haberlos protegido- repetía la mujer una y otra vez mientras Aemma deslizaba una y otra vez su mano en la cabeza de su progenitora.

-Deja de torturarte, madre. Los únicos culpables de las desgracias que azotan a a nuestra familia, son los monstruos que residen en la Fortaleza Roja. De no ser por ellos Luke habría ido y regresado a salvo- Aemma suspiró- Sé que Laenor habría nacido sin complicación de no haber salido del castillo, pero no me arrepiento de haber ido detrás de Luke, pude salvar a uno de los dos, al menos-.

Aunque Rhaenyra se sentía culpable por lo acontecido, Aemma no creía que lo fuera. ¿Cómo podrían haber sabido lo que le esperaba a Luke? Aún si Aemma había tenido un mal presentimiento, no habría imaginado a que se debía con exactitud.

El llanto de Rhaenyra disminuyó, se separó ligeramente de Aemma y limpió su rostro.

-Los verdes pagarán caro sus acciones -dijo la reina retomando su postura- Tal vez no haga nada hoy ni mañana, pero me encargaré de que un día sientan el mismo dolor que nos han causado- Aemma asintió mirando a su madre a los ojos.

-Nos encargaremos de ellos en su momento, pero por ahora debemos ir con nuestra familia, la gente espera afuera- Aemma se puso de pie y Rhaenyra la imitó.

-Sigue recuperando tus fuerzas, mi dulce Luke, regresaré más tarde a verte - dijo inclinándose hacía Luke para dejar un beso en la frente del chico.

Rhaenyra enrolló su brazo con el de su hija y ambas comenzaron a caminar juntas.

Desde ese momento hasta que el funeral del pequeño Laenor finalizó, madre e hija permanecieron lado a lado dándose apoyo una a la otra.

Para cuando Aemma ordenó el Dracarys a Seasmoke y las llamas consumieron la pira donde yacía el cadáver de su hijo, la joven aún sumergida en su dolor se había quedado sin más lágrimas que derramar.

Para cuando Aemma ordenó el Dracarys a Seasmoke y las llamas consumieron la pira donde yacía el cadáver de su hijo, la joven aún sumergida en su dolor se había quedado sin más lágrimas que derramar

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Fuego y Sangre: Aemma Velaryon Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ