Contratiempos.

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-¿Crees que funcione?- preguntó Aemond a su media hermana mientras ambos observaban como Lord Corlys ayudaba a Aemma a preparar uno de los botes más sencillos de la flota Velaryon.

-No tenemos más opción, seguir esperar es arriesgarnos el doble ahora que ya todos aquí vieron que no eres más un prisionero-Rhaenyra dejó de caminar por un momento y detuvo a Aemond- Sé que no debería, pero necesito pedirte que cuides a Aemma, sé que ella odiaría saber que te lo pedí, pero soy su madre, me preocupo por ella-.

-Sabes que el plan podría funcionar igual sin ella ¿No?... ¿Para qué arriesgarte a poner en peligro a tu única hija?- preguntó el platinado echándole un vistazo a Aemma desde la distancia.

-He aprendido que no puedo contener a Aemma, cuando lo he intentado ha terminado fatal, y está no sería la excepción. Ella desea traer a su hermano a casa, y si se lo niego, encontrará la manera de escapar y hará algo que la ponga en el doble de peligro. Si la dejo formar parte de esto al menos sabré donde está y lo que hará- Aemond se limitó a asentir y a mirar a Rhaenyra, quien por lo que su mirada transmitía en ese momento, seguramente estaba recordando las incontables veces que se había sentido preocupada por Aemma- Ella sabe cuidarse y pelear a pesar de no llevar a su dragón, solamente quiero que me digas que la ayudarás si las cosas se complican allá -.

-Lo haré, Rhaenyra- aseguró el platinado.

-Gracias, Aemond- Rhaenyra sonrió.

-Tus hijos volverán a salvo, me aseguraré que así sea-.

-Tu también puedes volver si lo deseas. Seguro las cosas se volverán más difíciles en King'sLanding para tí ahora que realmente Helaena no esté ahí-.

-Ya te lo dije, no creo que haya lugar para mí en Rocadragon- Aemond observó nuevamente a Aemma, quien estaba bastante cerca de Rickon Stark y lo ayudaba a ponerse su armadura.

Rhaenyra no pudo evitar sentir pena por Aemond... Después de todo ella había tenido que ver a la persona que amaba casarse con alguien más años atrás.

Aunque había amado a Laena Velaryon, más de alguna vez deseo estar en su lugar cuando Daemon la tomó por esposa y se marcharon a Pentos años atrás.

-Bueno, si decides cambiar de opinión habrá una habitación disponible para tí aquí siempre-.

-Gracias- respondió Aemond y respiró hondo al ver a Lord Corlys y sus hombres caminando hacía Rhaenyra.

Aquello significaba que ya era hora de irse.

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El plan que Rhaenyra y Aemond habían armado parecía sencillo enrealidad. No habrían dragones, tampoco numerosas flotas y cientos de hombres dispuestos a morir.

La idea era no llamar la atención y ser tan discretos como fuese posible.

Por ello Aemond llegaría antes a King'sLanding  y se encargaría de que Jace, Helaena y Jaehaera partieran al muelle, tomaran una pequeña balsa que el pescador tenía en el lugar y Jace tendría que remar hasta el barco donde Aemma y Lord Corlys los esperarían para llevarlos a salvo a Rocadragon.

Tan pronto como Vhagar estuvo en el suelo, Aemond se puso en marcha hacía la cabaña.

Sabía que no tenía tanto tiempo, pues la llegada de Vhagar a un lugar nunca pasaba desapercibida.

En cuestión de minutos logró llegar a la cabaña, pero en cuanto abrió la puerta su sangre se heló.

El lugar no solo estaba vacío, sino que parecía que había sido sacudido por un huracán.

Su labio inferior  y sus manos temblaron al ver el lugar completamente destrozado.

—Sabes, de todos los hijos de Viserys con mi hija, creía que tú eras el mejor. Por años te consideré el más inteligente y el más dispuesto a poner en alto a nuestra familia. Pero no eres más que un joven estúpido y un traidor—.

En ese momento Otto Hightower salió de la habitación donde Jace había estado durmiendo los últimos meses y Aemond tragó en seco al verlo.

—Creí que tardarías más en aparecerte por aquí — el platinado guardó silencio—¿¡ES QUÉ ACASO PERDISTE LA RAZÓN!?—.

—¡Hice lo correcto!— se atrevió a decir Aemond, y Otto soltó una carcajada amarga—¿Donde están?¿Qué les has hecho?—.

—¿Crees que es correcto conspirar en contra de tu sangre y ayudar a esa puta y sus monstruos?—.

—¿Donde están?— insistió Aemond.

—Hemos sido suaves contigo antes, pero te aseguro que hoy tendrás lo que mereces, traidor—.

—¡¡TE PREGUNTÉ EN DONDE ESTÁN!!—.

—Tranquilizate, Aemond. Ya deben estar camino a Rocadragon— Aemond lo miró con confusión —¿No es ahí a donde irían?—Otto se acercó a la puerta y abrió para dejar entrar a tres guardias—Agarrenlo, nuestro rey desea arreglar cuentas con su hermano—.

Aemond comenzó a forcejear en cuanto los hombres intentaron tomarlo, pero le superaban en número lo cual lo dejó en desventaja y no solo terminó detenido por ellos, sino con un labio sangrando a causa de un golpe.

—No te preocupes por las dulces Helaena y Jaehaera, tendrán un viaje tranquilo. En cuanto a Jace, no puede pedir más, morirá junto con su familia, no solo—.

—¿Qué has hecho?— preguntó Aemond temiendo la respuesta que pudiese recibir.

—Les prepararé una pequeña sorpresa para el viaje. Y en cuanto lleguen con Rhaenyra, ella también recibirá algo—.

Aemond tragó saliva. Impotente, se sintió un completo inútil al haber sido aprisionado una vez mas.

Debía salir de ahí pronto e ir tras los demás. No estaba seguro si Otto sabía que Aemma estaba en un bote no tan lejos de ahí, tampoco tenía idea de que clase de trampa les habían puesto a Jace y su hermana, lo que le provocaba demasiada inquietud y deseos de librarse.

Pero lo único que consiguió al moverse y pelear tanto, fue terminar siendo molido a golpes.

Pero lo único que consiguió al moverse y pelear tanto, fue terminar siendo molido a golpes

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(Ya le metieron una putiza a Aemond, pero falta la de Aegon en persona)

La siguiente parte ya casi la termino, no quería publicarla sin tenerla para no dejarl@s esperando demasiado,  pero ya pasé un buen tiempo desaparecida, así que aquí tienen jsjsjsusjs.

Fuego y Sangre: Aemma Velaryon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora