Cuidarse entre hermanos

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Algunas sirvientas y guardias vieron pasar corriendo al príncipe, pero ninguno se interesó en seguirlo o preguntar que ocurría.

Cuando Aemond llegó a la habitación donde Healena estaba, su corazón se aceleró en cuanto la vio parada sobre el balcón, dispuesta a dejarse caer por la ventana.

Ni siquiera tuvo tiempo de terminar de procesar lo que pensaba en aquel momento. En menos de cinco segundos, había ido por ella y la había tomado a la fuerza para obligarla a bajarse de tan peligroso lugar.

Ambos hermanos cayeron en el suelo de la habitación, y mientras Healena lloraba al mismo tiempo que le gritaba a Aemond que la soltará, él la sujetaba con fuerza sintiendo todo su cuerpo temblar al pensar que de haber tardado un minuto mas en llegar, Healena se habría dejado caer sobre los cientos de estacas que habían afuera.

Aunque Healena daba patadas y se movía intentando liberarse, le resultó imposible lograrlo debido a la fuerza de Aemond.

—¿En qué pensabas, Healena? ¿Cómo pudiste considerar hacerle esto a Jaehaera... O a mí— un nudo enorme se formó en la garganta de Aemond y las lágrimas no tardaron en aparecer.

Healena miró la desesperación y el miedo en el rostro del chico, fue entonces quedejó de intentar liberarse y abrazó a Aemond mientras continuaba llorando.

—Solo quería terminar con esto de una vez— el labio inferior de Healena temblaba al tiempo que hablaba—Ya no puedo resistirlo, Aemond. He tenido que soportar a Aegon por años. Lo único bueno que obtuve de él han sido mis hijos... ya he perdido a dos de ellos y es  solocuestión de tiempo para que pierda a mi hija también—.

Aemond suspiró y se puso de pie para luego ayudarla a ella a levantarse.

—Lamento tanto todo lo que has tenido que pasar Healena, pero te suplico que resistas... Jaehaera te necesita—.

—Jaehaera será la próxima en morir— dijo en un hilo de voz— He visto su muerte en mis sueños—.

—Solo son pesadillas, es normal que las tengas con la reciente muerte de Jah...— Healena negó e interrumpió a Aemond.

—Jaehaera nunca estará a salvo mientras Aegon sea rey—.

—Tu hija estará bien, tú y yo la protegeremos—.

—¿Podrás protegerla de Aegon?— Aemond miró a su hermana con confusión.

—¿Qué es lo que ha sucedido, Healena?— preguntó Aemond sintiendo que su hermana mayor estaba omitiendo contarle algo.

Healena suspiró y se limpió el rostro aún húmedo con ambas manos.

—Aegon solicitó mi presencia en su habitación anoche— el estómago se le revolvió a Healena al recordar— Estaba borracho y parecía haber estado llorado... Yo creí que estaba mal por la muerte de nuestro hijo, fui tan tonta como para intentar darle palabras de consuelo— Aemond vio como Healena subía las mangas de su vestido que cubrían hasta sus muñecas y cuando la piel de la chica quedó expuesta pudo ver  varios hematomas que tenían la forma exacta de los dedos de Aegon.

La sangre de Aemond se calentó en ese momento y tuvo que apretar fuerte la mandíbula para no dejar a Healena sola en ese momento e ir en busca de su hermano.

—Aegon no lloraba la pérdida de su hijo sino la de su heredero. Y me dejó claras dos cosas, que no descansará hasta tener  un varón... y que si yo no soy capaz de dárselo, buscará a otra mujer con sangre tan pura como la nuestra para tener un "digno príncipe Targaryen"—Aemond miraba a Healena horrorizado— Aegon será responsable de la muerte de Jaehaera, y yo también porque no podré evitar que la lastime...No quiero estar presente cuando eso pase, Aemond, por eso prefería acabar con mi vida ahora—.

Fuego y Sangre: Aemma Velaryon Where stories live. Discover now