Verde/Negro

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Los meses pasaron y la "paz" que aún existía entre negros y verdes parecía estar llegando a su fin.

Rhaenyra había puesto en marcha su plan con Lord Corlys para dejar a la capital sin recursos y así obligarlos a rendirse. Alicent al fin tenía la respuesta ante las ofertas que le había hecho a su hijastra meses atrás, por lo que comenzaba a arrepentirse de haber sido tan "generosa" con ella y su familia.

—¿Y bien? ¿Qué sugiere usted, alteza?—preguntó Otto a su hija.

Otto estaba bastante molesto con Alicent y dejaba que todos en el consejo lo vieran. Le había advertido en mas de una ocasión lo peligroso que era dejar de lado la existencia de Rhaenyra y su familia, tarde o temprano intentarían algo para querer hacerlos desistir del poder.

Alicent solo guardó silencio mientras se lastimaba los dedos de las manos debido al estrés.

—Eso creí— negó molesto y se dirigió al resto de hombres en la mesa — Las flotas de los Velaryon han cerrado el paso para King'sLanding, el comercio ha decaído y temo que las provisiones se terminen antes de lo previsto — Todos prestaban suma atención a lo que Otto decía—Acepto ideas, ahora —.

—Debemos habilitar otra ruta pronto— Jason Lannister fue el primero en hablar —los Velaryon se mueven en el mar, pero no pueden abarcarlo todo—.

—Es una buena idea, lord mano— habló el patizambo, Larys Strong.

— Además sugiero enviar cuervos a cada casa importante del reino, majestad, para recordarles a que rey deben mostrar apoyo— dijo el gran maestre Orwyle y tanto Otto como Alicent asintieron.

—No hay que perder más el tiempo mis lores, envíe los cuervos gran maestre, y encarguese del asunto de la nueva ruta, lord Jason— ordenó la reina.

—¿Hay algo más que debamos discutir o es todo por este día?— preguntó Otto.

—Majestad, me parece que debemos comprometer de una vez al príncipe Aemond. La guerra se acerca, un matrimonio  aseguraría una alianza — dijo Sir Jason y Otto asintió.

—Lord Jason tiene razón, madre— habló por primera vez Aegon — Es momento de que mi hermano demuestre su lealtad con nosotros —.

Alicent sabía que Aemond no deseaba comprometerse con nadie, pero era momento de que cumpliera con su deber  y demostrará a que bando pertenecía.

—¿Qué casa sugieren?— preguntó Alicent.

—Lord Borros Baratheon tiene cuatro hijas, ningún solo varón. Seguro se sentirá complacido con que una de sus hijas sea convierta en esposa del príncipe Aemond — dijo el patizambo desde su lugar.

—Es la mejor opción, majestad— dijo Otto a su hija.

—Es un hecho entonces. Dejaremos que Aemond viaje a Bastión de Tormentas a asegurar el apoyo de los Baratheon— finalizó Alicent.

No sería difícil lograr que Aemond aceptara su misión, Alicent lo tenía nuevamente bajo su control y él sabía que le convenía tener a su madre y abuelo contentos.

[...]

Días después.

En Rocadragon, toda la familia Targaryen/Velaryon se preparaba para la llegada del nuevo miembro.

No faltaba mucho para que Aemma diera a luz, por lo que todos trataban de que la joven estuviera lo más cómoda posible, aunque ella seguía negándose a dejar que los demás hicieran todo por ella.

Aemma se miraba en el espejo mientras admiraba su enorme vientre, como solía hacer cada que veía su reflejo en algún espejo.

—Te ves bien— dijo Rickon acercándose a su esposa para abrazarla por la espalda.

Fuego y Sangre: Aemma Velaryon Where stories live. Discover now