La bendición del rey

5.2K 531 8
                                    

Lord Corlys Velaryon había sido sido gravemente herido en una de sus batallas hacía bastante tiempo, se pensaba que iba a morir en cualquier momento y aunque años atrás había expresado su deseo de que fuera Lucerys Velaryon el que tomará su lugar en Driftmark, el hermano de lq serpiente marina, Vaemond Velaryon quería ocupar su lugar, alegando que él era el verdadero heredero.

Vaemond llevó su petición ante el hombre que cubría el puesto del rey, Sir Otto.

Un cuervo voló hacía Rocadragon solicitando la presencia de Rhaenyra y su familia en el castillo para discutir dicho asunto.

Ya que toda la familia estaría reunida de nuevo, Aemma decidió que después de que se dejará claro frente a todos que Lucerys era el verdadero heredero de Driftmark, sería el momento indicado para anunciarle a todos su compromiso con Aemond.

Pero antes de todo necesitaba decírselo a su abuelo y pedir su bendición, así que convenció a Aemond de acompañarla a la habitación del rey.

Aemma ya estaba acostumbrada a la apariencia de su abuelo, contrario a Aemond, quien tenía tiempo de no verlo sin la máscara.

-¿Cuánto tiempo hace desde la última vez que viniste a verme a mi habitación? - dijo el hombre posado en la cama al ver a Aemond de pie aun cerca de la puerta, mientras que Aemma ya estaba de pie junto a la cama del reu- Adelante hijo, debe haber una buena razón para que hayas venido a verme - Aemond entró con ambas manos escondidas en su espalda, se paró detrás de Aemma, la chica lo volvió a ver y tomó su mano para tratar de calmarlo un poco.

-Ya he tomado una decisión con respecto a mi compromiso abuelo. Agradezco que hayas traído a lores respetables de todo el reino, pero el único hombre con el que deseo unirme en matrimonio es Aemond - el rey observó con atención a la pareja que estaba de pie junto a su cama, Aemond se sintió nervioso pues su padre no hacía nada mas que mirarlos.

-¿Aemond? ¿Y Aemond que dice al respecto? ¿Estos son tus deseos o los de tu madre? - el rey hablaba despacio y pausado pues el aire le faltaba.

-Mi madre ha intentado alejarnos desde que Aemma llegó al castillo, pero sus intentos han sido inútiles pues mi corazón le pertenece a Aemma - el chico miró a Aemma quien le sonrió dulcemente - Quiero a Aemma padre, deseo casarme con ella y que tengamos una vida juntos, por eso me he atrevido a aparecer en tu habitación después de tanto tiempo - Aemma enrolló sus brazos alrededor de la cintura de Aemond, él abrazaba con un brazo la espalda de la chica demostrando lo protector que era, así ambos esperaron una respuesta por parte del rey, quien al ver a los jóvenes tan seguros de querer estar juntos, no pudo evitar recordar a su hija y hermano años atrás.

Cuántas tragedias se hubieran evitado si él hubiera aceptado casar a Rhaenyra con Daemon, quienes al final lograron estar juntos casándose a espaldas del rey, y al final lo único que obtuvo fue que su hija se alejara de él.

No volvería a cometer el mismo error dos veces.

-Mi hijo y mi nieta enamorados uno del otro. Sin haberlo pedido ustedes solos han decidido unir a nuestra gran familia, como siempre ha debido ser, por supuesto que tienen mi bendición para llevar a cabo su compromiso - Aemma no pudo contener la alegría que sentía y se lanzó a abrazar a su abuelo con mucho cuidado mientras le repetía una y otra vez lo agradecida que estaba con él, y aunque cada hueso del cuerpo le dolía como si se lo estuvieran rompiendo, Viserys estiró los brazos para devolverle el abrazo a la chica.

-Aemond hijo mío- habló una vez que Aemma se apartó - acércate mas a tu padre- Aemond fue obediente y terminó poniendose de rodillas junto a la cama para estar a la altura del hombre - Se que no fui un buen padre para tí, comencé a perder mis fuerzas y salud cuando tú me necesitabas, y cuando perdiste un ojo no fui el más cálido tampoco, después de eso no volviste a acudir a mí para nada nunca-.

-Disculpame padre -

-No, tú disculpame a mi por no haberte cuidado. Prosiguiendo, después de eso te alejaste de todos, supe que te la pasabas metido en peleas porque eres muy bueno en eso, pero siempre has estado tan solo hijo mío, no sabes cuanto me alegra que sea mi dulce Aemma, quien esté a tu lado de ahora en adelante. Así que aunque no fui un buen padre para tí, cuando muera estaré tranquilo sabiendo que encontraste a una buena compañera que te amará tal y como eres - Aemond se sintió satisfecho por una vez en su vida con su padre, después de tantos años al fin escuchaba una disculpa de su boca por la ausencia de este en su vida - Ella cuidará de tí así como cuida de todos a los que ama - Aemond asintió pensando en todas las veces que Aemma lo cuido aún cuando ambos eran solo niños - Tú cuidala mucho siempre, en especial cuando yo ya no esté, porque ambos sabemos lo valiosa que es - Aemma se sonrojó por las palabras del hombre y la mirada de Aemond sobre ella.

-Te prometo que siempre cuidaré de ella - dicho esto el rey comenzó a tener un fuerte ataque de tos asustando a Aemond pues nunca lo había visto así de mal, Aemma por su parte, solo se apresuró a servir en una copa un poco del té que había en el mueble cerca de la cama y prosiguió a darselo ella con mucho cuidado.

-Vamos, debemos dejarlo que descanse, ya le hemos quitado bastantes fuerzas y aun falta que mi madre lo vea mas tarde - Aemond siguió a Aemma a afuera de la habitación y ahí se separaron pues Sir Erryk apareció para informarle a Aemma que las princesas Rhaenys y Bhaela habían llegado al castillo ya para formar parte del asunto de la sucesión en Driftmark.

-Ve con él, yo debo de ir a entrenar con Sir Criston al patio - Aemond acariciaba con su pulgar el mentón y mejillas de Aemma. Para ese momento a ninguno de los les importaba ya ser vistos siendo cariñosos entre ellos, especialmente con Sir Erryk quien siempre había sido fiel a cuidar de Aemma - Nos vemos más tarde, mi princesa - Aemma acarició el rostro del joven con delicadeza.

-Te veo luego mi querido príncipe, estaré ansiosa porque sea de noche para dar la noticia- Aemond le sonrió a la chica y luego cada uno se fue por su lado.

Y después de conversar un rato con su abuela Rhaenys y su prima Bhaela en el pasillo que daba vista al patio, vio al par de dragones de sus hermanos volando en el cielo, dejando claro que su familia al fin había llegado, por lo que la pelea con sir Vaemond Velaryon por Driftmark estaba por comenzar.

Fuego y Sangre: Aemma Velaryon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora