Somos familia ahora

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Aemma fue la primera en despertar, uno de los brazos de Rickon estaba abrazandola mientras que ella tenía una pierna encima de la de él y también lo abrazaba con un brazo.

Cuando bajó su brazo y pierna aunque trató de hacerlo con cuidado, no evitó que él se despertará.

Al cobrar consciencia dejó de abrazar rápidamente a Aemma y ambos incómodos se sentaron mientras se cubrían con las mantas aún.

-Lo siento, no fue intencional - se disculpó nervioso.

-Lo sé - ambos se quedaron en silencio evitando a toda costa mirarse.

-Gracias Rickon, por tí he sobrevivido a la noche más helada de mi vida- rompió el silencio incómodo Aemma.

-Solo cumplía con mi deber- trató de restarle importancia - Eres mi esposa, es mi obligación cuidar de tí-.

-¿De no estar casados habrías dejado que me congelara? - miró a Rickon con una ceja alzada, y esté comenzó a sentirse nervioso por la mirada de la chica.

-¿Tú que crees? -.

-Creo que lo habrías hecho de cualquier manera, en cuestión de días has demostrado que eres un buen hombre, bastante noble-.

-¿En serio crees que soy un buen hombre? - Rickon estaba sorprendido por eso. Por lo infeliz parecía ser Aemma con él, había llegado a cuestionarse si era una mala persona.

-Aún si me odias por ser una pésima esposa tú te has preocupado por mí y me has cuidado todo el tiempo. Claro que eres un buen hombre-.

-No te odio Aemma-.

-¿No? Apenas hemos hablado desde la boda y duermes en el suelo en lugar de la cama, creo que eso me confundió un poco-.

-Solo estaba dándote espacio, lloraste hasta quedarte dormida en nuestra noche de bodas, intimaste conmigo porque era tu deber, eso me hizo sentir mal, por tí y por mí. Esto no es lo que yo hubiera querido tampoco, siempre quise casarme con una mujer a la que amara y me amara a mi de vuelta, quería que cuando llegara el momento de estar juntos ambos sintieramos placer por estar juntos. En su lugar mira lo que tenemos, estamos unidos en una matrimonio sin amor, tú no eres feliz y por lo tanto ninguno de los dos podrá serlo nunca- Aemma se dio cuenta que no era la única que se la estaba pasando mal, Rickon también había renunciado a las cosas que quería, pero a diferencia de ella, él trataba de hacerla sentir cómoda.

-Lamento tanto haber arruinado nuestra noche de bodas y arrastrarte conmigo a este matrimonio tan triste. Me siento una completa mierda ahora mismo, debí esforzarme para ser una buena compañía para tí, después de todo yo fui la que se ofreció a casarse-.

-Lo hiciste por tu familia ¿verdad?- Aemma asintió - Yo hubiera hecho lo mismo por la mía, sin importar que costará mi felicidad- Aemma sonrió ligeramente - Ahora que estamos hablando en verdad por primera vez, hay solo una cosa que deseo saber-.

-Adelante, lo menos que puedo hacer es responder tus preguntas -.

-¿Tuve oportunidad contigo antes? -.

-He de admitir que llamaste mi atención de entre todos ahí, quedé bastante impresionada por lo diferente que actuaste, no parecías engreído y tus elogios fueron más allá mí físico, de entre todos los lores ahí fuiste el único que pude imaginar a mi lado- Rickon sonrió dándole un pozo de tranquilidad a Aemma.

-Es bueno saber que al menos llegaste a sentirte un poco atraída por mí alguna vez-Aemma lo escuchó suspirar.

-Rickon... Yo quiero intentar ser una buena esposa para tí, mereces más que esto -.

Fuego y Sangre: Aemma Velaryon Where stories live. Discover now