El idiota es encantador y encantador, y los malos se están volviendo locos

capítulo 118

Cuando Nan Qiao regresó al dormitorio, vio a Le Huai apoyado en su cama y esperando ansiosamente. Nan Qiao inclinó la cabeza, parpadeó confundido y dijo:

"Lehuai, ¿por qué has vuelto tan pronto?"

Le Huai finalmente dio un suspiro de alivio cuando vio a Nan Qiao, se levantó y caminó hacia Nan Qiao, estiró sus delgados dedos, pellizcó con fuerza la mejilla de su estúpido compañero de cuarto y dijo:

"Estoy tan enojado contigo. ¿Eres un idiota? ¿Cómo puedes entrar en la habitación de un hombre malo sin miedo a que te pierdan el trasero, eh?"

La boca de Nan Qiao se frunció cuando Le Huai lo pellizcó. Sacudió la cabeza y luchó dos veces. Miró a Le Huai y murmuró en voz baja:

"Zhong Yuanbai no es un mal hombre, Le Huai, ¿por qué me estás intimidando? ¡Tú eres el malo!"

La infelicidad de Lehuai alcanzó su punto máximo cuando escuchó al idiota hablar en nombre de Zhong Yuanbai. Este pequeño idiota obviamente fue engañado por el caballero en la superficie del hombre. Miró a Nan Qiao con un ardiente deseo en sus ojos. No es rival para un caballero. !

Le Huai entrecerró los ojos peligrosamente, se lamió los dientes y luego miró los labios carnosos del joven y, con la ira en aumento, dijo con voz ronca:

"Entonces haré algo malo, de lo contrario Qiao Qiao no me hará daño".

Después de decir eso, Le Huai miró fijamente los labios de color rosa brillante frente a él y los presionó contra ella. En el momento en que los dos se tocaron, Le Huai sintió que todo su cuerpo estaba entumecido por el placer y su alma estaba a punto de elevarse. El aire.

Chupó suavemente los labios en los que estaba pensando, saboreando el dulce aroma. Pellizcó suavemente la mejilla de Nan Qiao con una mano y puso la otra en su cintura para obligarlo a acercarse a su costado, hundiéndose gradualmente.

Nan Qiao fue tan besado por Le Huai que no podía respirar, arrugó su naricita y susurró en resistencia, pero esto hizo que el chico frente a él, que nunca había visto el mundo, reaccionara aún más. Le Huai mordisqueaba indiscriminadamente. , solo sintiendo que el suyo El lugar en contacto con Nan Qiao estaba en llamas y su corazón estaba alborotado.

Al final, el pequeño tonto descubrió que no podía escapar, por lo que se quedó mirando el labio frente a él con un gemido y lo mordió con fuerza. La conciencia de Le Huai se retractó instantáneamente, siseó de dolor y sus labios se separaron del chico con un pop suave. .

Le Huai bajó los ojos y miró al joven frente a él que lo volvía loco. Vio sus hermosos ojos llenos de cristal. Nan Qiao estiró sus delicados dedos y se secó los labios que estaban arruinados por los besos, y dijo en una voz ahogada:

"Oh, Le Huai, me temo que no me comas la boca".

Le Huai vio las lágrimas del joven caer inesperadamente y su corazón estaba confundido. Sacó un pañuelo de papel y limpió la boca roja e hinchada de Nan Qiao, luego lo sostuvo en sus brazos y lo persuadió suavemente:

"No llores, cariño. Me gustas mucho, cariño. Sólo quiero besarte. Estaba tan emocionado hace un momento. ¿Le dolió a Qiao Qiao?"

Cuando Nan Qiao escuchó las palabras de Le Huai, levantó los ojos llorosos y sollozó:

"¡Bao Lehuai, no quiero agradarte y no te permito besarme!"

Le Huai miró el rostro enojado del joven y solo pudo asentir con la cabeza y dijo:

"Está bien, sólo escucha."

Nan Qiao luego extendió su mano para frotar las comisuras de sus ojos rojos, luego extendió su mano para tirar del cabello de Le Huai hacia atrás, miró el labio inferior de Le Huai que había sido mordido por él y dejó una pequeña marca de diente, y dijo con algo de orgullo: