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Bailes de salón

Ana terminó de desayunar y se levantó de la silla. Se colocó los pantalones y recogió su plato para dejarlo en el lavavajillas. Se despedió de Cepeda y Alfred con un gesto con la mano. Después volvió a la habitación a recoger el libreto con la letra de su canción, que cantaba junto a Mimi, "Don't you worry about the thing". Una canción que no conocían y que la primera vez que escuchó no la convenció del todo, pero eso solo le suponía otro reto más que superar. Con todo lo que necesitaba decidió ir a buscar a Roi y preguntarle por qué se había ido de esa manera en el desayuno.

Volvió a pasar por el comedor, echando un vistazo por las habitaciones que lo rodeaban, el patio interior, el salón, hasta llegar a la sala del piano. Allí estaba Roi, con su guitarra, cantando su canción, "Tu enemigo" de Pablo López. Aún le fallaban algunos acordes en su guitarra, no estaba del todo afinada, así que paraba de vez en cuando para intentar que todo estuviera correcto. En uno de los momentos de afinación Ana decidió entrar. Al hacerlo Roi dejó la guitarra y se levantó de la silla donde estaba, parecía que quería irse.

- No te vayas Roi, porfa...solo vine a hablar contigo. - dijo Ana mientras lo movía de nuevo a donde estaba sentado. 

-No puedo Ana, de verdad. Ahora no. - dijo Roi soltando su guitarra encima del piano.

-¿Pero que te pasó? Te fuiste de repente. -decía Ana mientras tomaba asiento a su lado.

-No era nada, solo me encontraba mal. Dejemos el tema, tenemos cosas más importantes enserio, ensayemos tu canción venga, te ayudo. - agarró la guitarra de nuevo y la puso entre sus dedos.

- ¿ Sabes que puedes contarme lo que sea no? Eres importante para mi Roi. 

-Sí, lo sé, venga, ¿cómo era esta nota? - decía mientras señalaba algo en el libreto de Ana.

Ella seguía estando preocupada por él, no podía dejar pasar esa situación, quería ver a su amigo bien e iba a hacer lo que fuera por ello. 

Se centraron en ensayar sus canciones, al poco tiempo entraron en la sala Mimi y Ricky, sus compañeros de canción y se ayudaron unos a otros. Terminada la hora libre, todos pasaron a la primera clase de bailes de salón con Pol Chamorro.

La clase era un verdadero caos, descordinación, vergüenza y muy poco ritmo. Algunos eran buenos bailarines como Mimi o Miriam, pero la mayoría no tenian mucho ritmo. Pol los colocó por parejas intentando que hubiera una persona más o menos buena con otra a la que el baile se le hacía un mundo. 

Una de estas parejas eran Aitana y Cepeda. Cepeda no tenía un gran ritmo, pero al lado de Aitana, era algo más que pasable.

-¡Ay! Aitana me pisaste. Te dije a la derecha. -dijo Cepeda intentando chincharla.

-Jo Luis enserio, losiento. - respondió abrazándolo.

Cepeda no hacía más que intentar acercarse más a Aitana, le tenía muchisimo cariño. La veía una chica increible, sensible y encantadora pero no sabía si ella tenía novio fuera, nunca salió ese tema y la verdad que espera que no sea así. - Oye Aitana. - le dijo mientras seguían con la clase. -¿Tienes a alguien fuera?- Ella le miró y asintió con la cabeza. -¿ Cómo se llama?- dijo él mientras le hacía dar una vuelta. - Vicente. Llevamos un año y medio casi. La verdad esque lo quiero muchisimo. - decía ilusionada. Luis no estaba cavizbajo, se lo esperaba y la verdad, esque se alegra por ella. 

-Wow, seguro que te quiere mucho, porque para aguantarte un año entero. -dijo Cepeda entre risas.

Aitana le dió un golpe en el hombro y también se unió a las risas. Todos siguieron bailando o por lo menos lo intentaban. Roi, el cual bailaba junto a Alfred, no podía evitar no mirar a Ana mientras se movía tan agilmente. Mimi y ella lo hacían genial. Alfred estaba concentrado en lo suyo, que ya era bastante intentar hacer un paso de baile bien con su descordinación como para estar ocupado en alguien más, pero, a él si lo miraba alguien. Amaia estaba con la mirada en él la mayoría del tiempo, ese chico, era especial, no solo por pasar los castings tocando el trombón y con su estilo de música tan "fuera de lo normal", sino porque con ella era único.- Tía, ¿que miras tanto? -dijo Ricky girándose hacía donde miraba Amaia. - ¿Alfred?- 

Amaia se puso roja como un tomate y negó con la cabeza, aunque sabía que Ricky había notado ya algo desde el principio. Cogió a Amaia de la cintura y siguió con el baile. Pegó su espalda contra su pecho y le susurró al oido. - Amaia, eres increible, lucha por él.