Pelea en la firma

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Los chicos entraban de nuevo a la academia para empezar el chat. Este nuevo chat tenía temática de Eurovisión, así que todos fueron a la habitación a cambiarse para sus actuaciones. Ruth Lorenzo vino como invitada para cantarles a los chicos un poco de aquella canción que defendió cuándo esta estuvo en Eurovisión, 'Dancing in the rain' . Las canciones que cantaron los concursantes eran algunos de los grandes clásicos de este programa, como 'La la la' de Massiel. Fue un chat muy divertido, pero al finalizarlo los chicos se fueron directamente a la cama ya que estaban muy cansados por la gala. 

Pasaban las semanas en la academia y cada salida de un compañero comenzaba a doler cada vez más. Marina abandonó la academia en la quinta gala y la verdad que fue un poco duro, pero en la sexta gala a la salida de Ricky todo comenzaba a ser más insoportable. Ricky era el alma de la casa, él y Roi siempre estaban haciendo bromas a sus compañeros, haciéndoles reir y que se les olvidara que estaban encerrados. Agoney se quedó un poco tocado tras esta última salida, ya que Ricky significó algo más para él que para el resto, aunque la mayoría del tiempo no lo demostraba. El encontronazo que tuvieron en las duchas al principio de todo, le hizo dudar durante un tiempo. Raoul no era el único en su cabeza en estos momentos. 

La salida de Mireya en la séptima gala hizo que Miriam se viniera un poco abajo, ya que era una de sus mejores amigas dentro de la academia. No podía estar más rota. Nunca olvidaría la última conversación que tuvo con ella el día anterior a la gala. 

Antes de la salida de esta última concursante, el programa dió una gran sorpresa a los chicos. Harían firmas de discos en algunas ciudades. Madrid, Barcelona y Valencia. No podían estar más ilusionados. Alfred, Nerea, Cepeda y Raoul irían a Barcelona. Roi, Amaia, Mireya y Agoney irían a Madrid y por último Ana, Aitana y Miriam pondrían rumbo a Valencia.

Cada grupo tenía que despertarse ese mismo día a una hora diferente para dirigirse a cada ciudad. Los que iban a Madrid tenían que coger un avión y fueron los primeros en despertarse. Agoney se estaba cambiando de camiseta delante del espejo cuándo Mireya salía de la habitación.

-Todavía no puedo creerme que vayamos a Madrid a nuestra propia firma de discos. -dijo Mireya mientras se acercaba a su armario a escoger algo de ropa.

-Sí, es increible. -respondió Agoney.

-Oye, ¿te has duchao' ? 

-Sí, me levanté hace rato y me duché. 

-Vale, pues voy a ducharme yo ahora. -respondió Mireya dirigiéndose a la ducha.

Pasada media hora, los chicos ya estaban casi listos para irse. Estaban todos delante del espejo arreglándose. 

-Chicos, ya está aquí el autobús. -les dijo Julia.

Los chicos se fueron y se subieron al autobús. Cada uno tomó su sitio y comenzó el camino a Madrid.

Pasadas unas dos horas, sobre las seis de la mañana, el grupo de las chicas, tomó sitio en el autobús rumbo a Valencia. Ninguna pensaba lo que llegarían a encontrarse allí. Durante todo el camino, cuándo las cámaras no las grababan, Ana y Miriam mantenían una conversación algo seria con Aitana. Eran como sus hermanas mayores y la verdad que Aitana siempre les estará agradecida por ello. 

-Aiti, ¿decidiste ya lo que hacer con... ya sabes...- le dijo Ana mientras le quitaba uno de los cascos.

Aitana terminó por quitarse estos y dejarlos sobre la mesa que acompañaba a su asiento. Miró a Ana y Miriam seriamente y después soltó un leve suspiro. -La verdad esque no. Jo, soy un desastre.

-No eres un desastre, solo estas confundida. Sigues necesitando aclararte, solo eso. -le dijo Miriam acariciándole el brazo.

-Ya sabeis como está últimamente conmigo y la verdad esque me gusta que me trate así, Vicente siempre solía decirme que hacer y que no y con Luis es diferente. Me da libertad y siempre me trata genial.

-Diciéndonos eso yo sabría con quien quedarme. -respondió Ana cruzandose de brazos.

Aitana la miró y resopló. -No es tan fácil Ana. -le dijo Miriam. -Es normal que la chica esté así, yo creo que estaría igual.

-Sabes que no Miri. Tu mandarías a la mierda al primero que te tratara mal y lo sabes. -rió Ana.

Las chicas compartieron risas por el camino, observaban el paisaje e iban jugando al veo veo. El camino se les hizo corto y al llegar, vieron aquella enorme cola de gente que las esperaba.

El último grupo de chicos se metió en el autobús para ir de camino al centro de Barcelona. No tardaron mucho en llegar al lugar donde tenían que firmar. -Dios, ¿toda esa gente nos está esperando a nosotros? -dijo Raoul emocionado.

-Sí, dios, es increíble. -respondió Nerea. -Dioooooossss. -seguía diciendo esta mientras miraba por la ventana del autobús.

Cepeda estaba con los brazos cruzados mirando por la ventana. Realmente estaba emocionado pero no podía dejar de pensar en Aitana. ¿Cómo estaría ella ahora mismo? ¿Nerviosa? ¿Estaría también pensando en él?

Los chicos bajaron del autobús y entraron en las instalaciones donde les esperaban algunos guardias de seguridad y personal de universal que los llevarían al sitio donde tenían que firmar. 

-Luis, hay alguién que quiere verte. Cinco minutos, no más. -le dijo un hombre agarrándolo del brazo mientras se lo llevaba.

Los demás se quedaron mirando al tipo que se llevaba a Cepeda extrañados. ¿Quién querría hablar con él ahora? Estaban a punto de empezar la firma. 

Entraron en una habitación, la cuál estaba ocupada por una mesa alargada, un espejo con bombillas muy  grandes y un sofá. Un sofá el cuál estaba ocupando una persona. 

Cepeda no podía ver nada, ya que no había mucha luz. Se giró a tocar el botón para encender la luz y al volverse alguien le pegó un puñetazo. Cayó al suelo, agarrando su cara con sus manos, dolorido. -¿Qué coño haces? -dijo este aún en el suelo. -¿Qué pasa, ya no eres tan valiente no? A ver sí aprendemos a respetar a las novias de los demás, idiota. 

Luis se levantó del suelo y cayó apoyado en la pared. -¿V...vicente? - balbuceó. La sombra que había en el sofá ahora estaba delante suya y tomó forma.

-Sí. Deja en paz a mi novia o ese puñetazo no será el único que te llevarás hoy. 

-Yo no he hecho nada. Además si quisiera hacer algo, no tendrías derecho a pegarme, joder. -respondió apretando los puños.

-¿Que no has hecho nada? ¿Y esos abrazos y besos que le das? ¿Y esas miradas? Venga no me jodas. Yo soy el único que debería tocarla, ¿te enteras?

- Estas siendo un estúpido. Aitana no te pertenece Vicente, ella no pertenece a nadie. 

Vicente rió. -¿Qué pasa? ¿Qué quieres comerte mis babas? ¿Quieres follártela no? ¿¡Es eso!?- gritaba Vicente.

Luis cada vez estaba más alterado, apretaba cada vez más los puños, con ira. -Estoy enamorado de ella ¿vale? ¿Era eso lo que querías oír? ¡Estoy enamorado de Aitana! -soltaba Cepeda cada vez más cerca de Vicente.

Al oír esto Vicente saltó sobre Luis para volver a pegarle. Le dió otro puñetazo, esta vez en el abdomen y este, con dolor, intentaba pararlo. 

Al escuchar todo el ruido causado por la pelea, Alfred corrió hacía donde se encontraban junto a dos hombres de seguridad y pudieron parar a los dos antes de que todo fuera a peor.

-Tío Cepeda, ¿estas bien? - dijo mientras le secaba algo de sangre que le salía del labio.

-Sí, solo quiero salir ahí y llenarme de buena energía.

-Pues espera que te maquillen esto y salimos. -dijo Alfred antes de girarse con la intención de salir de aquella habitación.

Luis agarró su brazo. -Alfred, no le cuentas nada a nadie por favor y menos a Aitana.

-Vale tío, te lo prometo.

QueriendOTWhere stories live. Discover now