No me llames así

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El chat había finalizado y los chicos se disponían a cambiarse de ropa. -¿Nos dejarán quedarnos esta ropa? Esque me gusta mucho. -dijo Aitana mientras se quitaba la camiseta que llevaba puesta. -Pues ojalá la verdad, me gustan mucho estos pantalones. -decía Amaia mientras se los enseñaba. -Ay, pues sí. -dijo Aitana. -Podemos preguntarlo a Noemí. -saltó Ana desde el principio de la habitación, esta ya tenía el pijama puesto. -Sí, pero ya mañana. -dijo Alfred tumbándose en su cama. 

Las chicas siguieron la conversación mientras Ana salía a desmaquillarse. Mientras se quitaba el maquillaje de uno de sus ojos, Roi, apareció por detrás de ella. -Buenas noches. -le susurró mientras agarraba su cintura. Ana podía ver a Roi en el espejo y también podía verse a ella. Al ver su reflejo en el espejo sintió la necesidad de retirar la mirada, se veía muy fea sin maquillaje. -¿Que haces? -le dijo Roi cogiendo su cara entre sus manos.

Ana se quitó el maquillaje del otro ojo antes de contestarle. -Estoy horrible Roi - espetó. Se dió la vuelta y se echó agua en la cara, luego se la secó con su toalla. -Eres preciosa, con maquillaje y sin él. Deberías creertelo más, de verdad. -dijo Roi sentándose en los pequeños silloncitos que había enmedio de los lavabos. 

Ana se acercó y se agachó hasta quedar cara a cara con Roi. Agarró su cara y le plantó un beso. -Gracias, solo tú sabes como hacerme sentir bien.

-Para eso estamos. -sonrió Roi.

Ella agarró su mano y lo levantó de donde estaba sentado para hacerle pasar los brazos por su espalda, quedando entrelazados. Los brazos de Ana se apoyaban en el cuello de Roi, acariciándolo. -Gracias, gracias un millón de veces por esta noche. Necesitaba saber lo que sentías o iba a volverme loca. 

Ana tras decir esto apoyó su cabeza en la barbilla de Roi, este disfruta del aroma de su pelo. -Te dije que necesitaba aclararme y lo hize, al día siguiente la verdad, pero tenía miedo de decirlo, hasta hoy. Y la verdad, me arrepiento de no haberte dicho lo que sentía antes, porque sabía que te quería y joder, que te voy a querer siempre Ana Alicia Guerra.

-No me llames así. -rió tiernamente Ana. -Yo también te quiero Roi Méndez. Ahora y por siempre. 

Tras esto, Roi agarró la cara de Ana y sus labios se fundieron en un tierno beso. Luego, se apartaron y él fue quien tomó la mano de ella antes de ir hacía la habitación. Entraron sonrientes, sus compañeros los miraban y les devolvían la sonrisa. -¿Dormirás conmigo no? -dijo Roi sentándose en su cama. -Será la primera noche que no iré a buscarte porque me sienta sola.

-Anda ven. -dijo Roi agarrándola de los brazos y tirando de Ana hacia él. Esta cayó encima de él y se apartó hacia un lado, quedando pegada a la pared. Se dió la vuelta. Roi subió la sábana, para que los dos quedaran tapados y tras esto, pasó su brazo por el vientre de Ana, quedando abrazado a ella.

La luz se apagó en la academia, pero algunos todavía no estaban dormidos. Aitana permanecía con sus cascos escuchando algo de música. Notó como alguien se acercaba a su cama. -Ey, ¿que escuchas? -le dijeron. - Holi, estoy escuchando Sia... 

-¿Ah, sí? A ver, déjame escuchar contigo... - le quitó uno de los cascos y se acurrucó junto a ella para poder escuchar la canción. Aitana no echó en ningún momento a esa persona de su cama, ni siquiera se quejó cuándo le quitó el casco de la oreja, ella disfrutaba con su presencia. 

Cuándo iba a pasar a otra canción, dió un bostezo. -¿Tienes sueño? ¿Quieres que me vaya?

-No Luis, quédate, no quiero dormir sola. -dijo dejando los cascos en el suelo tras su cama.

-Va...vale -dijo nervioso.

Se volvió a apoyar en la cama de Aitana, quedando inmovíl casi enmedio de esta. Aitana corría la sábana, quedando esta encima de los dos. -¿Se va a quedar así o me va a abrazar en algún momento? -pensó Aitana. -¿¡PERO POR QUÉ PIENSAS ESO AITANA?! -pensó de nuevo. Cepeda miraba al techo, nervioso. Aitana se giró, quedando con la mirada en Luis. -¿Por qué mira al techo? -no paraba de pensar. 

-Luis...

-¿Sí?

-¿Tú me quieres?

-Sí.

-¿Mucho?

-Sí.

Aitana sonrió y lo abrazó, quedando los dos en la cama pegados y con una sonrisa por las dos partes. Cepeda se volvió a mover para pasar el brazo por la espalda de Aitana y dejarlo caer por esta. Al mirar hacía abajo vió la cara de Aitana,apoyada en su vientre, tenía los ojos cerrados, ya estaba dormida. -Es un bebé. -pensó. -Buenas noches pequeña. -susurró mientras apretaba su espalda. 

-No me llames así. -balbuceó Aitana con una pequeña sonrisa.

Cepeda quedó ruborizado pero también sonrió, al fin y al cabo, estaba durmiendo con Aitana.


QueriendOTWhere stories live. Discover now