Arrepentida

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Los chicos se dirigían al comedor, ya que la hora de la cenar había llegado. Todos comieron relativamente rápido. Les habían puesto hamburguesas vegetarianas para cenar, algo que a los chicos les gustaba especialmente. Amaia estaba sentada en el sofá, con la barriga llena y fatigada después de comer, también le podía el sueño, ya que hoy habia sido un dia duro, aunque era normal, es martes. Aitana se acercó hasta el sofá y dió un salto hasta quedar sentada al lado de Amaia. -¡Amaia! -le gritó eufórica. -Joder Aitana, que susto. -respondió poniendo su mano en el pecho asustada. Aitana se río al ver la reacción de su amiga. -¿Qué tal en la clase con los Javis? -dijo subiendo las cejas a modo de vacile.
-Ha estado bien, como siempre, los Javis son geniales.-respondió Amaia tras una pausa mirando a Aitana, confusa.
Aitana codeó a Amaia, sabía perfectamente que había pasado en esa clase, ¿quizá se lo contara Alfred? Quién sabe, pero Amaia decidió seguir esquivando el tema. -¿Qué pasa? -dijo esbozando una sonrisa nerviosa.
-¿Os habéis besado? -dijo Aitana con tono inocente e ilusionado.
-¿Qué? ¡No! Aitana, de verdad,no...- respondió Amaia muy nerviosa, ella estaba segura de que eso no había pasado, pero solo de imaginar que podría haber pasado hacía que los nervios aflorasen en ella. -Bueno, bueno... vale, no os habéis besado. -río Aitana levantando las manos. Tras esto se levantó del sofá  y se dirigió a cambiarse a la habitación, allí se encontraba Cepeda, en calzoncillos. -¡Ay! Perdón, lo siento, ya me voy... -decía mientras andaba para atrás hacia la puerta. Luis la miraba sonriente. Aitana es tan inocente y dulce. -Aitana, puedes quedarte, ni que fuera la primera vez que ves a alguien en ropa interior.... -dijo Cepeda mientras se ponía los pantalones del pijama.
Aitana volvió a entrar en la habitación pasito a pasito hasta acercarse a su cama, mirando al suelo. Había visto a más de uno de sus compañeros cambiarse antes pero no a Cepeda. No sabía el por qué pero imaginarse esa situación siempre la ponía nerviosa y es como se encontraba ahora.
Llegó a su cama, ignorando todo movimiento de Luis. Se agachó para abrir el cajón donde guardaba sus pijamas y se levantó de repente. Luis la había agarrado del brazo y estaba tirando de él. -¿Luis,qué haces? -dijo Aitana a unos centímetros del pecho de este. No quería que sus miradas se cruzaran.
Aitana podía sentir el latir del corazón de Cepeda, iba muy rápido al igual que el suyo. El abdomen marcado de Luis estaba descubierto, ya que todavía no se había puesto la camiseta. Aitana posaba su mano en él. Subió la mirada y se encontró con la de Luis, mirándola, queriendo decirle todo, pero no decia nada. Ella debería alejarse, pero no quiere. Sabe que está mal, pero no puede. La mano de Luis agarraba su espalda, acariciandola hasta que decidió apretar a Aitana contra él, para fundirse en un cálido abrazo. -Te quiero mucho Aitana. -digo al fin Cepeda.
El corazón de ella dió un vuelco. De todas las palabras que podia pronunciar, eligió esas, "te quiero mucho Aitana"-se dijo así misma.
Tras unos cuatro segundos de silencio, Aitana comprendió todo. Bajó su mano por el abdomen de Luis, poco a poco, haciéndole una gran caricia. -Tienes la mano helada. -dijo Cepeda.
Aitana se apartó de Cepeda quedándose delante de él con la mirada fija. Esbozando una sonrisa tonta. ¿Qué debería hacer? - Aitana, te estan viendo, Vicente te está viendo, ni se te.... -pensaba.
Miraba a su alrededor, buscando las cámaras, pero no las encontraba. En ese momento recordó dónde estaban. No hay cámaras en la habitación, nunca las hubo. -¿Estás bien? -dijo Cepeda agarrando su camiseta.
Aitana se acercó hacía Cepeda, haciéndo que este tirara la camiseta al suelo. -¿Qué...? -dijo Luis antes de que lo callara con un beso.
Sus labios se juntaron, la lengua de Luis pedía paso y Aitana no dudó en dejarla pasar. Empezaron a besarse de forma más apasionada. Luis agarró a Aitana y está entrelazó las piernas en la cadera de Luis, quedando pegada a la pared. El único pensamiento que pasaba por la cabeza de los dos en ese momento era que nadie entrara a cortar ese instante.
Entre sus manos agarraba Aitana la cara de Luis, cogiendo su mandíbula para atraerlo hacia ella todavía más.
Cepeda no pudo evitarlo más y algo comenzó a notarse debajo de Aitana que ahora se encontraba encima de Luis en una de las camas, quizás la de Amaia.
Aitana dejó de besar a Luis tras sentir esto. Se quedó mirándolo y este seguía besando su cuello. -No, Luis para. -decía esta apartandolo. -¿Qué pasa? -dijo Luis preocupado.
Aitana comenzó a llorar tras sentarse a su lado. -¿Qué he hecho? -pensaba.
Cepeda estaba preocupado. -¿Me habré pasado? ¿Debería haberla parado? -pensaba para él mismo.
No podia parar de llorar, se arrepentía de lo que acababa de pasar porque alfin y al cabo tiene novio. Pero, al mismo tiempo tenía claro que sentía algo por Cepeda más allá de una amistad.
Luis se acercó a Aitana y la abrazó, dejando que esta llorara y se desahogara hasta quedarse dormida en sus brazos.

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