El mensaje

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Unos meses después, un martes a primera hora de la mañana, Aitana se levantaba para ir al aeropuerto y al mirar su teléfono, encontró un mensaje de Luis extrañamente largo.

"Sin duda estos han sido los meses mas difíciles que hemos tenido, y aunque no hemos tenido muchos se siente así, como si te conociera de hace mil años (exagerando), quiero que sepas que en todo este tiempo, yo me he convertido en tu fan #1, y en la persona que quiere cuidar de ti en las buenas, en las peores, siempre. Recuerdo que cuando eramos amigos y te empecé a mostrar lo que escribía, leíste una frase que te gustó. "y llegas tú, con tu luz tu risa y ya da igual, iluminas todo de una vez con tus niñerías, respirarte me da la vida." aún creo que es así Aitana, que eres tú, que tu llegaste a mi vida para iluminarme el camino, tengo siempre presente de que las cosas pasan como tienen que pasar, sin errores en las piedras que te encuentras en el camino, y tu has sido mi luz desde noviembre, mi fuerte que lanzallamas, todo lo que creí no merecer. Todos los días luchaba contra todo para ser bueno para ti, para curar tus heridas y que ya no duelan y trato de convencerme de que lo estoy haciendo bien. Eres lo mejor que me ha podido pasar, estaba tan enamorado de ti y lo sigo estando. Y sé que podíamos con todo, podíamos con tus enfados y con los míos, con tus manías y con mis celos, bueno, más bien nuestros celos. Nunca había estado tan seguro de algo. Quería y quiero tus infiernos, quiero hacerlos nuestros; míos. Quería y quiero tus miedos, inseguridades, tus ganas de ser escultural; aunque no lo necesites. Quería y quiero tus caprichos, tus repentinas ganas de mandar a la mierda todo. Quería y quiero tus días difíciles, tu estrés, dolores, penas, esas heridas que tanto te esfuerzas por ocultar. Quería y quiero tu crítica social, tu falta de paciencia, tus antiguos amoríos... Quería y quiero la seguridad que siento a tu lado, y la paz que me dan tus manos. Quería y quiero tu vocación y las ganas que ahora tienes por cambiar el mundo, de comértelo en un sólo bocado. Quería y quiero tu rebeldía, tu madurez. Quería y quiero que me abraces como sólo tú lo haces. Te quiero en todas y cada una de tus facetas y sobretodo quería y quiero no poder olvidarte..

Estoy muy orgulloso, por lo que somos ahora y por lo que fuimos. Pase lo que pase, no dejarás de ocupar un lugar especial en mi corazón Aitana, nunca."

Aitana no pudo contener las lágrimas mientras leía aquel mensaje. Hace unas semanas que Luis y ella habían hablado de tomarse un tiempo y esto hacía recordar a Aitana lo mucho que lo quería y el error que había cometido al pronunciar aquella palabras. "Deberíamos darnos un tiempo Luis, no estamos bien."

Decidió no responderle en ese preciso momento y se guardó el teléfono en el bolsillo de atrás del pantalón, ya que ahí lo tendría más a mano por cualquier cosa que pudiera pasar. Agarró su maleta, se colgó su mochila y acompañada de su prima y lo más rápido que pudo, corrió hasta el control se seguridad del aeropuerto, su avión estaba a punto de despegar hacia los Ángeles.

Se subió al avión y nada más despegar, se agarró de la mano de su prima Olga, lo más fuerte que pudo. Aitana siempre le tuvo miedo a volar y ahora no tenía la mano de Luis para poder agarrarla. -Cierra los ojos y duérmete cariño, pasará más rápido. -le dijo su prima acariciándole la mano.

-Son 14 horas...no creo que pueda dormir tanto. -rió Aitana algo nerviosa.

-Seguro que sí. -rió Olga. -... venga, inténtalo. 

Aitana se acurrucó en el hombro de su prima y cerró los ojos intentando dormir. Su cabeza no paraba de darle vueltas a las palabras de Luis pero, por suerte o por desgracia, tenía 14 largas horas de vuelo para pensar como responderle.

Ana estaba en Madrid, hace tiempo que pudo recuperar su piso y la verdad, que aún sabiendo que el otro no iba a volver, no se sentía del todo segura allí dentro y menos, sola. Hoy, había decidido invitar a Agoney a su casa, solían verse mucho, pero últimamente, con las entrevistas y eventos hacía ya algún tiempo que le había perdido la vista. 

"-Llego en 10 minutos"- le escribió el canario.

"-Más te vale." -contestó Ana añadiendo un emoji sonriente.

Tenía muchas ganas de verle. Necesitaba hablar con él y cuando esos 10 minutos pasaron, alguien llamó a la puerta del piso de Ana. Ella fue a abrir y al hacerlo, se llevó una sorpresa.

- ¿Raoul? -sonrió extrañada la canaria.

- ¿No te ha gustado la sorpresa? -dijo Agoney saliendo de detrás de Raoul.

-Si...si, me gustó, pero no lo esperaba. -rió Ana antes de echarse encima de Raoul para abrazarlo.

Tras saludar a Agoney, los tres entraron y fueron al salón. -Bueno... ¿quieren algo de beber? -dijo Ana antes de sentarse.

-Un poco de agua si no te importa. -dijo Agoney mirándola.

-Claro, ahora vuelvo. -dijo Ana dirigiendose a la cocina.

-Pues...se la ve mejor. -susurró Raoul.

-Sí, ya veremos como reacciona cuándo vengan los otros... 

Raoul se echó hacia atrás quedando apoyado en el sofá mirando a Agoney. -Si...hace meses que no se ven...

-Tampoco tanto eh... -rió Agoney.

-A ver, pero, bueno sí, pero si las vamos a dejar solas... me refería en ese contexto...

-Ya, eso si es verdad, pero, sabiendo todo lo que nos contó...ya sabes, supongo que a Ana le gustará verla...

-¿De qué hablan? -sonrió Ana dándole el vaso de agua a Agoney.

-Nada que...¿como estás? -dijo Raoul.

-Mejor, la verdad que...mucho mejor. -dijo la canaria sentándose al lado de este en el sofá.

- y.... ¿cómo llevas... todo eso...de...ya sabes...

Ana miró a Raoul. -ya te dije que estoy mejor, supongo que en ese ''estoy mejor'' entra ese tema también.

Raoul tragó saliva y asintió volviendo la mirada hacia Agoney, buscando su ayuda. 

-Bueno Anita, ¿de qué querías hablarme? -dijo este intentando desviar el tema.

-Pues...en estos meses, desde que salimos de la academia y pasó todo lo que pasó, pues, supongo que ya sabes que me tomé un largo tiempo para mi, para pensar y la verdad que me sirvió mucho para darme cuenta de cosas que verdaderamente sentía  y cosas las cuales estaba... haciendome creer que eran verdad...

-Ajá... -respondió Agoney soltando el vaso de agua encima de la mesa y poniéndose algo más serio.

-Llevaba mucho tiempo dentro de aquel sitio sintiendo cosas por diferentes personas y mirándolo todo desde fuera, me di cuenta de que se notaba a millas cuándo me sentía incómoda con alguien, besando a quien realmente no quería y... realmente no sé por qué hice todo aquello y de esa manera... -siguió diciendo Ana con un nudo en la garganta.

Raoul apoyó una mano en su pierna. -Tranquila, para y respira un poco...

-No, da igual... -respondió Ana apretando la mano de Raoul en su pierna. -Es solo que... creo que ya se a quien quiero realmente y juro como me llamo Ana Alicia Guerra que voy a luchar por ella.


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