Ahora

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*P.O.V Ana*

Cada vez estaba más nerviosa. Las manos me sudaban y las palabras no querían salir de mi boca.

- Ago, no voy a salir ahí, no puedo...

- ¿Qué dices? Anda, no seas tonta. -dijo Agoney agarrándome un brazo y tirando de mi hacia fuera.

-¡QUÉ NO PUEDO! - grité apartando su mano de mi brazo de manera brusca.

Tras ese grito el rostro de Agoney cambió completamente, no se lo esperaba para nada, ni yo tampoco. ¿Por qué estaba tan nerviosa? ¿Por qué le había gritado de esa manera? No era yo.

Comencé a llorar. No quería estar allí, no quería enfrentarme a eso y menos de esta manera. Todo era demasiado fuerte para mi. Después de unas semanas sin ver a ninguno de los dos, tenerlos juntos en mi salón me ponía muy nerviosa.

Me senté en una de las sillas de la cocina. Agoney me dejó sola. Se ve que no le gustó nada que le gritara, y lo entiendo, a mi tampoco me hubiera gustado mucho. Me pasé.

Apoyada en la mesa, ocultando la cara entre mis brazos, oí como alguien entraba a la cocina. Ya no estaba sola.

- ¿Ana? ¿estas bien...?

Mirando hacia mi regazo, sorbí, me quité las lágrimas y me coloqué bien el pelo.

- Si, si, estoy bien Mimi, no te preocupes... - respondí algo seca.

- Pero si tienes los ojitos rojos... - dijo esta acercándose a mi y sentándose en una silla a mi lado para después acariciarme la cara.

Miré al suelo. No podía mirarla a los ojos. Esos grandes y verdes ojos que ella tenía me podían mucho. Era mirarlos y perderme y lo único que no quería en ese momento era eso, estar pérdida.

- ¿Qué te pasa? - insistió Mimi. - ¿No querías que viniéramos Roi y yo?

- No es eso Mimi...

- ¿Entonces?

- Es complicado... además, preferiría hablar con Roi primero...

- ¿Con... Roi? Vale...vale, ahora le digo que venga... - respondió levantándose. -...pero... ¿puedo...puedo darte un abrazo antes? - sonrió estirando los brazos hacia mi.

La miré con los ojos acristalados y también estiré los brazos. Agarré sus manos, me levanté y me solté para agarrarme fuerte a su espalda.

Ella hizo lo mismo mientras me acariciaba. Me sentía tan bien en sus brazos...

Mimi siempre supo como hacerme sentir mejor. Me agarró la cabeza con una mano y me acarició el pelo mientras me decía que dejara de llorar. Pero no podía.

- Ana... por favor...

- Lo siento, lo siento mucho... - repetía una y otra vez.

Mimi se separó de mi y quedó agarrándome una mano, con la otra me apartó el pelo de la cara detrás de la oreja. - ¿Por qué?

- Por todo. He sido una idiota en estos meses...

Ella no respondía, solo me miraba a los ojos y se mordía el labio. - Te juro que quería hablarte Mimi, quería saber como estabas, como te iba con tu single... quería saber de ti, pero tenia tanto en la cabeza... que me aislé aquí... - seguía diciendo mientras me quitaba algunas lágrimas.

- No importa Ana.

- Claro que importa Mimi, te quiero, mucho y en este tiempo que hemos estado separadas me he dado cuenta de esto... de que te quiero a ti.

Mimi apretó mi mano y volvió a abrazarme. - Joder Ana... - susurró en mi oreja.

- Pero como tu estabas con... pues yo no sabia si... ya sabes, me querías o ya te habías olvidado de mi...

- Ana...

- No sabes todo lo que odiado a ese gilipollas por apartarte de mi lado...

- Ana yo no est...

- De verdad, es que no podia soportar verte con otro y menos con él.

- Ana yo no estaba saliendo con nadie y menos con él.

- ¿Qué?

- Cariño lo hice por ti. Quería ponerte celosa.

- ¡¿Cómo?!

- Lo que oyes. Sigo enamorada de ti Ana.

Me acerqué a Mimi, agarrando su cara entre mis manos y apoyando mi frente contra la suya resoplé. - ¿Eso es verdad? - susurré a escasos centímetros de su boca.

- Lo es. - sonrió.

Solté su cara para poder pasar una de mis manos por su mejilla y acariciarla. Mimi hizo lo mismo y dejó una de sus manos agarrando mi nuca.

Sonreí y poco a poco la acerqué a mi, para terminar besándola.

- Llevaba tanto tiempo esperando este momento... - dijo Mimi separándose antes de volver a besarme.

Yo simplemente sonreí y le seguí el beso. Nuestras bocas encajaban a la perfección, como si de piezas de puzzle se trataran. Enganché mis brazos en el cuello de Mimi, y ella hizo lo mismo en mi cadera pegándome más a ella.

Al besarla, noté algo en el estómago, parecían los típicos nervios del primer beso, ya que, aunque no fuera el primero, así era como yo lo sentía. Fue increíble poder besarla después de tanto tiempo esperando, después de tantas dudas y de tantos comederos de cabeza. Por fin podía estar con ella y por una vez en la vida, me sentía muy feliz.

Me separé tras unos minutos y me quedé mirándola sonriente.

- Pareces un payaso. - río Mimi quitándome el pintalabios de la cara.

- Pues anda que tú. - reí mientras la abrazaba.

- Oye Ana Banana, que me vas a manchar la ropa...

- Perdón... - me aparté.

Terminó de quitarme el pintalabios y se sentó de nuevo en la silla que ocupó antes. - ¿Entonces?

Me senté con ella. - ... ¿Entonces, qué?

- ¿Quieres que... salgamos?

- ¿Tú quieres?

Mimi rió ante mi comentario. Era obvio que ella quería, pero de los nervios solté esa estupidez. - Si q.... perdón... - dije agarrando mi teléfono que acababa de empezar a sonar.

Mimi sonriente me miraba y agarraba una de mis manos mientras la acariciaba.

- ¿Ana?

- Si... ¿Miriam?

- Si, si, soy yo, oye, ¿estas en Madrid?

- Estoy en Madrid si...

- ¿Podemos quedar? Necesito hablar contigo. - dijo algo seria.

- ¿Ahora?

- Ahora.

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