QueriendOT

La apuesta

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*P.O.V Ana*

Ha pasado un mes desde la última vez que coincidimos. Ni si quiera cruzamos palabra. Intenté buscarla, quería hablarle, pero se fue sin dejarme una oportunidad para decirle algo. Me quedé como una tonta en la puerta de aquel pub, sujetando un vaso de mojito mientras veía como se marchaba en aquel coche.

Aquella noche no sabía como sentirme. Volví junto a Aitana cabizbaja, solté el mojito en la barra y le dije que me iba, no quería quedarme allí.

Aitana me pidió mil veces que me quedara, que disfrutara de la noche y que me olvidara de lo que acababa de pasar.

Ella me recordó que estaba con Mimi y que si elegí estar con ella por algo tenía que ser.

Ahí la cabeza me hizo click y volví en mí. Si realmente escogí a Mimi fue por algo. Tenía que olvidarme de Miriam como fuera o esto iba a acabar peor.

Me volví hacia la barra, me bebí el mojito de una y me dispuse a ir a bailar. No quería amargar la noche a nadie y mucho menos a mí misma.

Aitana estuvo bailando junto a mí un rato, hasta que divisó a Cepeda a lo lejos y decidió dejarme sola en mitad de la pista para correr hacia él.

Realmente no sé qué pasó pero a los pocos segundos Aitana volvió llorando y lo único que hizo fue abrazarme.

- Ana tenías razón, vámonos por favor.

Después de que me dijera esa frase no dije nada. Le di la mano y cruzamos entre la multitud hasta salir de allí.

Esperamos en la puerta mientras pedía un taxi, que no tardó mucho en llegar.

Nos subimos y juntas acabamos en mi casa. No quería dejarla sola.

Mimi estaba dormida pero despertó justo cuando entramos a la habitación.

- H-hola... - dijo esta frotándose los ojos.

- Amor... Aitana se va a quedar a dormir, ¿vale? - le dije mientras buscaba un pijama para esta en mis cajones.

Mimi se sentó en la cama y miró a Aitana que se encontraba de pie frente a la cama aún con los ojos un poco hinchados.

- ¿Estás bien pequeña? - le dijo Mimi.

Aitana negó con la cabeza y Mimi abrió los brazos a lo que esta respondió acercándose a ella en la cama y sentándose delante suya para abrazarla.

Le dejé el pijama a Aitana a los pies de la cama y fui a cambiarme al baño.

Tras quitarme el maquillaje y vestirme volví.

Mimi y Aitana estaban tumbadas.

Aitana estaba con los ojos cerrados descansando sobre el pecho de la rubia y esta, mientras le acariciaba la cabeza y dejaba pequeños besos en ella.

Sonreí un poco al ver la escena y después me uní tumbandome en mi lado de la cama y tapándome un poco.

Quedé mirando a Mimi.

- ¿Te lo has pasado bien? - me susurró.

- Podría haber estado mejor. - sonreí y me di la vuelta. - Apaga la luz por fa. - dije tapándome aún más y aguantandome las ganas de llorar.

Noté la mano de Mimi en mi hombro mientras me lo acariciaba.

- Mañana hablamos. Buenas noches.

Y apagó la luz.

A la mañana siguiente no hablamos del tema, ni el siguiente tampoco, ni el siguiente después de ese. Incluso a día de hoy aún no hemos hablado de aquello.