¿Qué es Londres sin ti?

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A la mañana siguiente los chicos se levantaron con nueva energía, aunque aún dolidos por la salida de su compañera de la academia. -Esto no es lo mismo sin Mimi. -dijo Ricky mordiendo una tostada. Todos sus compañeros estaban de acuerdo con él. Esa chica daba alegría por las mañana cuándo todos estaban medio dormidos. Thalía se encontraba en la ducha, realizando mientras, su alarma matutina. -Dios, ya empezamos. -rió Agoney. -No falla, no falla. -dijo Raoul.

Amaia salía de la ducha y por el pasillo se encontró con Alfred, que la paró. -He compuesto una canción, ¿quieres escucharla? -dijo con voz de bebé.

-Iba a desayunar pero, vale. -dijo ilusionada.

Alfred agarró la mano de Amaia y la llevo consigo a la sala del piano. Hizo que esta se sentara en uno de los taburetes mientras este se sentaba en la banqueta del piano. Agarró su libreta, donde tenía la letra de la canción y algunos acordes del piano, la colocó encima y miró a Amaia. -¿Qué nervios no? -dijo con voz de bebé. Amaia rió. 

Alfred colocaba las manos en el piano, empujando cada tecla para hacerlas sonar. Salía una dulce melodía. Amaia pusó sus brazos encima de la mesa, colocándo su cara en estos para escuchar atentamente a Alfred. 

Este chico sentía la música en sus adentros, se movía con la música y esto embelesaba a Amaia. -Te recuerdo entre las calles de sweet avenue... -cantaba Alfred con mucho sentimiento. Al oír su voz te metías con él dentro de cada letra, de cada acorde...te imaginabas cada una de sus palabras como un momento mágico.

-Luces gris y cambias de autor. Eres música acústica... un acorde menor...Just let it be and god save the queen...que es Londres sin ti...

-Jo, Alfred, que bonita. -dijo Amaia al terminar de escucharla. -Es preciosa. 

-¿Ah, sí? La compuse pensando en tí.

-Pero...sí yo nunca he estado en Londres, pero jo, gracias enserio. -dijo confusa y a la vez emocionada.

-Pero lo estarás. -dijo Alfred levantándose del piano y acercándose a ella para abrazarla. 

-Buah, no sé, no creo que mis padres quieran que me fuera a Londr...

-Iremos juntos, tu y yo, te lo prometo.

Amaia se quedó mirándolo muy confundida, ¿acaso Alfred quería algo con ella? ¿Le gustaba a Alfred? Lo único que sabía era que a ella si le gustaba y ojalá todo lo que le decía fuera real. 

-¿Lo dices enserio?

-Sí, te llevaría a la Luna si pudiera Amaia. 

Esta no pudo evitar emocionarse y abrazarlo. Alfred la apartó y quedaron mirándose cara a cara. Los dos sonreían al otro, hasta que Alfred decidió acercárse poco a poco hacía Amaia. Pero esta solamente volvió a abrazarlo y quedó pensando en el momento que acababa de vivir junto al posible amor de su vida.

Hoy era el nuevo reparto de temas para la tercera gala y todos estaban nerviosos por ello. Ya habían pasado unas cuantas semanas y aún seguían nervios al recibir las canciones. Este reparto no se haría hasta después de comer así que tendrían dos clases y una hora libre hasta este. La primera clase fue de bailes urbanos, donde los chicos siguieron con la coreografía de la semana pasada, esta vez, Ricky tuvo que bailar solo, ya que no estaba Mimi, pero aún así lo hizo muy bien. La segunda clase fue con Magalí, que dejó a los chicos muertos tras tanta caña y en la hora libre antes de comer la mayoría decidieron ducharse y dormirse un rato. Ana estaba tirada en el sofá cuándo Aitana se acercó a hablar con ella. -¿No estas cansada? -le preguntó Ana. -Un poco, pero no sé, quería hablar contigo. -dijo Aitana sentándose a su lado.

-Claro, dime.

-Anoche dormí con Cepeda y...

-Sí, os ví esta mañana cuándo salí de la habitación, más monos. -dijo achuchando la cara de Aitana.

-No tía no, no debería haber pasado pero jo...

-Pero, ¿qué?

-Esque Luis...es como mi mejor amigo aquí dentro.

-Aiti, es normal que pienses eso, te entiendo, no tienes que preocuparte, déjate llevar y que sea lo que tenga que ser. -dijo Ana abrazando a su amiga.

Aitana aceptó el abrazo y la apretó con fuerza. -Te quiero mucho Ana.

-Y yo a ti Aiti. Anda, ve a descansar. 

Esta se levantó del sofá y se fue a la habitación a echar una siesta. Ana seguía en el salón, ahora, leía un libro. No quería dormir. Roi salió de la terraza tras haber estado fumando un poco con Cepeda y vió a Ana en el sofá, decidió acercarse. -Ey, ¿que lees? -dijo sentándose a su lado.

-Lo mismo que todos. -rió Ana mirándolo. Roi se quedó mirándola embobado, con una sonrisa inborrable en su cara. -Me voy a echar un poco, no te molesta ¿no?

-¿Como me va a molestar tonto? -dijo postrando el libro en sus rodillas y mirándolo.

Roi agarró una de las almohadas que había en el sofá y la colocó al lado de Ana. Se quitó los zapatos y se tumbó a su lado, quedando con la cabeza pegada a ella. Ana apartó una de las manos del libro y la colocó en la cabeza de Roi, acariciando su pelo hasta que este quedó dormido.

QueriendOTWhere stories live. Discover now