QueriendOT

Yo sería capaz de hacerla más feliz que tú

-¿A donde crees que vas? -gritó Miriam mientras tiraba del brazo de Roi para que parara.

Este se quedó quieto sin girar la cara hacía esta en ningún momento. -Respondeme. -siguió gritando esta mientras sacudía su brazo. -Miriam... -intentaba decir este sin ningún resultado. -¡Roi, te digo que me respondas! 

-Miriam para, ¡joder! - gritó de vuelta Roi mientras se giraba para quedar enfrente de Miriam. Esta se echó para atrás, no se esperaba para nada que le respondiera de esa forma. Al mirar a Roi a los ojos, vió como estos estaban rojos, a punto de llorar. Miriam no entendía nada, ¿quizá lo sometió a mucha presión? -Roi, yo... ¿estas bien? -dijo esta alcanzando de nuevo el brazo de Roi, esta vez, para darle una leve caricia.

Roi no respondió, simplemente dejó caer su cabeza en el hombro de Miriam y comenzó a llorar, derrotado. Miriam estaba muy confusa. Hace cinco minutos podía notar la rabia y el despecho en sus ojos y ahora lo tenía llorando en su hombro. -Venga, no pasa nada. -decía esta mientras le daba pequeños golpecitos en la espalda. -Soy un idiota... -decía Roi.

-Sí, si que lo eres, pero aún puedes intentar arreglar las cosas. Te lo dije antes. -decía Miriam con una leve sonrisa. 

En ese momento escucharon pasos detrás de ellos. Eran Ana y Cepeda. -He intentado pararla pero no he podido. -dijo Luis, que tenía agarrada a Ana por la muñeca. 

Roi se apartó de Miriam y se dió la vuelta secándose las lágrimas. Se acercó a la encimera y cogió una servilleta para sonarse los mocos que las lágrimas le habían provocado. -No pasa nada Luis, dejanos solos vuelve a la clase. -dijo tras una pausa. -No tardeis, Noemí se va a enfadar y va a acabar subiendo.

Realmente los chicos no eran conscientes en este punto de que aún había cámaras grabando cada movimiento y cada palabra. Miriam agarró la mano de Ana y el brazo de Roi y juntos la siguieron hasta el sofá del salón. Hizo que estos se sentaran uno enfrente del otro y que fijaran sus miradas. -Venga, y ahora más os vale hablar. Os dejo solos. -dijo Miriam antes de levantarse.

-Si pasa algo, grita mi nombre y vengo corriendo. -le dijo a Ana mientras le daba un beso en la cabeza. 

-Si, no te preocupes. -le respondió.

Roi comenzó a ponerse nervioso y temblar. Ana le agarró las manos. Este no podía dejar de temblar. Sus ojos comenzaron a ponerse brillosos. -Roi... -dijo Ana mientras le acariciaba las manos. 

-Ana, se que he sido un idiota esta mañana, pero... joder, me siento... me siento muy culpable. -decía el gallego entre pausas.

Ana no paraba de agarrarle las manos. -Mi amor, la única culpable de lo que me pase soy yo misma. No tienes la culpa de nada. 

Las cámaras en ningún momento apuntaban hacía la habitación dónde se encontraban los dos chicos hablando, ya que dirección les mandaba filmar las clases por encima de cualquier cosa. Por mucho que los espectadores del veinticuatro horas pidieran por el chat que filmaran a Ana y Roi, estos no lo hacían.

-Joder, es que puede que me vaya en dos semanas y te veía tan mal que creí que lo hiciste por mi culpa, además la pelea que tuvimos el otro día... son muchas cosas, dios, no quería llorar...

-Roi, Roi, ¿que dices? No, no, no, no fue por la pelea, fue una tontería, como lo está siendo esto ahora mismo. Mi amor, no volverá a pasar. Simplemente, no podía más, me sentía tan sola, tan agobiada, tan vacía, que no encontré otra manera que culparme a mi misma de esa forma, pero, joder, fui una estúpida...

-Prometeme que nunca más volverás a hacerte daño. 

-Prometeme tú que siempre estarás a mi lado.

-Te lo prometo Ana. Siempre. 

Ana se echó sobre Roi para abrazarlo. -Eh, ahora tú. -dijo este apartando a Ana hacía arriba para poder verle la cara.

-Te lo prometo. 

Y Roi se subió un poco para llegar a sus labios y besarla. Pero hubo algo de lo que no se dió cuenta y es que Ana tenía los dedos de la mano derecha cruzados. 

-Me hubiera gustado bailar contigo hoy. -dijo Luis.

-A mi también, pero como saliste detrás de Ana decidí ponerme otra vez con Alfred. -dijo Aitana.

-Eso suena a...¿celos?

-¿Qué? ¡No! -dijo Aitana sonrojandose.

Luis chocó la cadera con ella en plan bromista y los dos salieron juntos de la clase. Cepeda tenía el brazo encima de los hombros de Aitana y esta agarraba su mano. -Pero, bueeeeno....iros a un hotel. -dijo Cepeda cuándo llegó al salón y vió a Ana encima de Roi en el sofá. -Todo arreglado por lo que veo. 

Ana se apartó sonrojada de encima de Roi y se sentó en el sofá retocandose el pintalabios. -Sí, todo bien. -contestó Roi sonriente, aún se le notaba el brillo en los ojos.

-Algún día vosotros seréis ellos. -soltó Amaia pasando por al lado de Cepeda y Aitana.

Alfred se hizo el sorprendido y después comenzó a reirse, a lo que sus compañeros se unieron para acabar todos en una gran carcajada. Aitana miró a Luis y este también estaba riendo. Le encantaba tanto mirarle sonreír... no podía parar de hacerlo. Estaba tan guapo. No podía evitar sentir de nuevo en su estómago todo aquello que notaba las primeras veces que lo vió. Estaba tan enamorada y confundida a la vez. Sin saber la razón, Aitana saltó por la emoción a los brazos de Luis y estos la recogieron y fundieron en un tierno abrazo que Cepeda finalizó con un beso en la cabeza. Él si que estaba engachado a ella, a su aroma, a su risa, a la forma en la que se formaban pequeñas huequecitos en sus mejillas cuándo sonreía.. Luis estaba más que enamorado de Aitana.

Miriam entró al salón junto a Agoney y Nerea. Vió a Ana junto a Roi en el sofá, abrazados y no pudo evitar venirse un poco abajo. Estaba feliz por su compañera pero no sabía por qué se sentía de esa forma. Decidió evitar a estos, se despidió de sus dos compañeros y se volvió a la sala del piano, para sentarse ante el ordenador de esta sala, darle al play a una de las canciones que este contenía y ponerse a escucharla mientras recordaba sus mismas palabras. -''Yo sería capaz de hacerla más feliz que tú''- esa frase recorría la mente de Miriam una y miles de veces en un bucle difícil de aplacar.