CAPÍTULO 137

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¿Dónde estaba Feng Xiao?


Qixia era un nombre muy común.

Al principio de este año, entre todas las familias adineradas, si deseaban nombrar sus vidas de una manera que sonara agradable pero decente, "recolecta las estrellas y mira a la luna llena en Qixia" era utilizado con más frecuencia. Sin embargo, esto no podía probar que el propietario de la villa carecía de habilidades literarias, solo probaba que esta villa no era nada inusual. Durante la primavera o el verano, el propietario llevaría a sus familias al Norte de la ciudad, donde las tierras eran de la mitad de altura de las montañas para evitar el calor.

No obstante, algo era extraño sobre esta villa.

Sus grandes puertas estaban cerradas, el polvo se reunía en sus escalones, había una capa de ceniza encima de algunas huellas como si hubiera sido abandonada durante muchos días. Además de eso, el alero estaba limpio, desprovisto de telarañas y, sobre este, estaba perfectamente escrito: "Villa Qixia", impidiendo entrometerse a los pequeños ladrones y bandidos.

Ningún lugar alrededor de la villa estaba iluminado.

El viento aullaba, cepillando más lejos de las hojas de los árboles y trayéndolas por medio de las aberturas del borde de las ventanas. El sonido se había tornado extraño, justo como un espíritu vengativo que había sido agraviado durante muchos años, al que se le negó la venganza y se quedó para vagar en la naturaleza con largos lamentos. Hacía que otros sintieran el frío filtrándose en sus huesos.

El patio trasero lucía como si estuviera vacío de almas, como si los peligros persistieran en las sombras y que una bestia terrible podría saltar en cualquier momento y tiempo, abriendo su boca sangrienta y abalanzándose en su dirección.

Los tres vinieron sin invitación, naturalmente estos eran esperados. Guan Shanhai sujetó el hombro de Cui Buqu mientras aterrizaban gentilmente sobre el suelo, siguiendo a Cui Buqu cuando indicaba el camino. Qiao Xian fue a investigar la casa de madera y la cocina.

Sin importar qué sostuviera la Villa Qixia y cómo Huang Lue y Feng Xiao lograban apuntar en la misma dirección desde que habían venido esta noche, obtendrían una respuesta.

Qiao Xian caminó hacia el frente y, justo cuando estaba empujando la puerta, Guan Shanhai capturó su muñeca enseguida.

Guan Shanhai señaló hacia arriba, insinuando que debería entrar a través del techo.

Qiao Xian se negó a aceptarlo. Desde que Guan Shanhai había venido, el lado de Cui Buqu parecía haber sido ocupado por otra persona, haciendo que compartiera su valor con él.

Sin embargo, en este momento, no podía hacer lo que quisiera. Cui Buqu todavía estaba esperando al lado. Qiao Xian voló sobre el techo, dobló su espalda para levantar algunas tejas y las colocó a un lado. Con mucha rapidez, mudó un hoyo. Mientras saltaba en este, una perla luminosa apareció en su mano.

Esta era la misma que Cui Buqu había excavado en la Montaña Tiannan. Durante ese tiempo, se había llevado la daga que Fan Yun dejó atrás, la cual podía cortar el oro, partir el jade y ser totalmente conquistadora, así que extrajo unas cuantas perlas luminosas en su camino. Ya que Xiao Lu era tan adinerado, sería un desperdicio si no las hubiera tomado. Si no fuera por cargar muchas cosas sobre sí, incluso quería darle una a cada miembro de la Oficina Zuoyue a la vista una vez que regresara.

La brillante luz, débil y ondulante, de la perla luminosa permitió que Qiao Xian viera claramente la mayoría de las cosas en la casa de madera, las ventanas estaban cerradas desde el interior y no había manera de abrirlas. Justo cuando su mirada caía sobre la puerta de la habitación, no pudo evitar inhalar agudamente.

Inigualable [WS]Where stories live. Discover now