CAPÍTULO 172

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Tu seguridad es lo más importante.


Durante mucho tiempo, Cui Buqu no dijo nada.

Llegó con demasiada prisa, su respiración no se había estabilizado y, en este momento, se encontraba medio oculto en las sombras. La sangre cálida subía por su pecho, prácticamente convirtiéndose en el aliento turbio que lo abandonaba mientras exhalaba.

Él había pensado que podría mantener oculta su respiración, pero cómo podría siquiera tener la esperanza de esconder exitosamente la verdad de Feng Xiao.

Feng-er se burló dos veces y después suspiró.

—Mírate, en cuanto no estoy ahí, te torturas a ti mismo hasta tal estado. Dame tu mano.

—¿Sabes cuán grave es la situación en la que estás ahora mismo...? —Antes de que Cui Buqu pudiera terminar sus palabras con molestia, no pudo reprimir más su tos. Subsecuentemente, esta resonó en la frígida prisión siniestra como espíritus errantes demasiado lamentables para describirse con palabras.

Una mano se estiró entre las barras de la prisión para tomar su muñeca y halarla hacia el interior.

Las corrientes de qi fluyeron en sus meridianos por medio de la punta de sus dedos, calmando las olas fatigantes de sangre que causaban su ansiedad y dolor. Cui Buqu solamente pudo sentir que el aliento asfixiado que estaba atascado en su garganta se aflojaba y su respiración regresó a la normalidad paulatinamente.

Él olió a sangre.

En medio del siniestro aire helado que lo rodeaba, la esencia de sangre constante y persistente picó en su nariz.

—¿Estás herido? —Cui Buqu miró al contrario.

Las antorchas en las paredes eran débiles, tan solo desprendiendo su luz vagamente sobre las figuras difusas. Era imposible distinguir con claridad, sin mencionar a la herida escondida bajo las capas de tela.

Feng-er retiró su mano y se puso de pie bajo la luz antes de desabrochar su ropa lentamente.

Cui Buqu sabía que no tendría la indecencia de bromear en un momento como este.

Pero al ver lo que había venido a su vista, la expresión de Cui Buqu se tornó amarga y fría, tan aguda como una daga y tan fría que podría haber congelado a cualquiera hasta la muerte.

Porque, en el pecho de Feng Xiao, cerca del lugar en que su corazón se encontraba, había un hoyo sangriento de un grosor similar a un dedo.

Una persona no podría ver cuán profundo era el agujero, pero tenía sangre seca de color púrpura negruzca rodeándolo. Evidentemente, era la primera vez que el dueño del cuerpo había sido envenenado y cuán feroz había sido el veneno.

El corazón de Cui Buqu se hundió abruptamente.

—¿Veneno gu?

—En mi camino a la mansión del Príncipe Qin, me encontré con una persona llamada Tuan Qinghe.

»—Las técnicas marciales de esta persona eran extranjeras. Si no me equivoco, él debería ser el heredero o discípulo del luchador número uno de Göktürk de aquel entonces, Hulugu.

»—Pese a que Fo Er también llevó el título del luchador número uno de Göktürk, las habilidades de él y este Tuan Qinghe están a un mundo de distancia.

»—Nunca luché con Hulugu, pero las artes marciales de Tuan Qinghe prácticamente eran similares a las suyas de aquel entonces. No deberían estar muy alejadas.

Inigualable [WS]Where stories live. Discover now