CAPÍTULO 153

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Un Feng Xiao coqueto y travieso.


Cuando Yang Yun fue traído hasta aquí, además de una evidente mirada letárgica y una lentitud mental, nada sobre él había cambiado demasiado.

Estaba vistiendo las mismas túnicas envejecidas, la única diferencia era que se habían tornado ligeramente rugosas y desgastadas. Sin embargo, a la vista de los demás, lucía como una persona enteramente distinta.

Había perdido el aire de tener todo bajo su poder. Antes de que la Orden Imperial llegara, aún era el Gobernador de una Prefectura por ley, pero en realidad no era diferente a un prisionero.

Yang Yun ignoró todas las miradas que cayeron sobre él, ni siquiera observó a Cui Buqu.

Había un libro de cuentas en las manos de Pei Jingzhe, colocado hacia abajo frente a Yang Yun.

Antes de esto, Li Yan había escondido todos los secretos con respecto a su intercambio en pinturas eróticas, utilizándolas para esconder la existencia de aquellos registros. En primer lugar, esto era para utilizarse contra Yang Yun cuando fuera necesario y, en segundo, para dejarse a sí mismo un camino alternativo al cual recurrir. No se podía negar que, verdaderamente, tenía un poco de inteligencia, mas era una lástima que se encontrara con un gran demonio como Feng Xiao, quien volcó inmediatamente su preciado nido, donde mantenía a su amante. Ni siquiera aquellas pinturas eróticas tuvieron ningún lugar en el que esconderse y habían caído en las manos de Cui Buqu.

Durante ese momento, el tiempo estaba presionando para derrotar a Yang Yun. Cui Buqu no podía tomarse el tiempo de husmear en todas las cuentas escondidas en dichas pinturas eróticas. Pero después de que Yang Yun y Wu Yi fueran atrapados, esta contramedida de Li Yan había sido dictada como inútil. Por el contrario, con el fin de aligerar su propia sentencia para recibir un castigo más misericordioso, incluso les ofrecería la información con entusiasmo, reescribiendo todas las cuentas de aquellas pinturas eróticas.

Solo entonces, Cui Buqu y los demás notaron que, en la misma pintura erótica, se encontraban ocultos dos conjuntos de cuentas. Uno era destinado para Yang Yun y aquellas familias distinguidas, y el otro era para Li Yan y Wu Yi. Esto significaba que, cuando estos oficiales de la Ciudad Guangqian recibieran las órdenes para emular aquellas raciones, secretamente, también habrían desfalcado su propio fondo, sin el conocimiento de Yang Yun.

Si esta clase de pequeñas inteligencias se hubieran utilizado en los asuntos correspondientes a la ciudad, en los mensajes secretos que iban de un lado a otro entre Göktürk y Goguryeo, podrían haber sido de utilidad. No obstante, Li Yan no tenía tal previsión, así que simplemente sería el Magistrado Asistente por siempre, durante toda su vida. En efecto, era demasiado pronto antes de que se le despojara incluso esto.

—Estos registros contienen los beneficios de las familias Li y Ding que fueron obtenidos al donar raciones y exentar sus impuestos. ¿Esto es verdad?

Unos esbeltos y blancos dedos empujaron las cuentas en su dirección.

Yang Yun quería retirarse. Para él, estos dedos inofensivos y hermosos lucían como aquellos de los demonios y los fantasmas, ocasionando que todos se sintieran recelosos.

—... Es verdad —Yang Yun dijo roncamente.

—Gobernador, ¿cómo sabría si es real o falso cuando no lo ha abierto? —La familia Li cuestionó disgustada—. Ciertamente, ni siquiera un Emisario Imperial podría dar una cuenta falsa de los hechos.

Se desconocía en qué trance había caído Yang Yun. Había perdido su alto y poderoso aire previo y, una vez que escuchó las palabras del Maestro Li, escupió todo en su lugar:

Inigualable [WS]Where stories live. Discover now