CAPÍTULO 5

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Siempre que aún le quede un respiro, no importa si se convierte en un lisiado.


A primera vista, la Mansión no lucía muy diferente en comparación con otras.

Como máximo, las ventanas de papel eran más gruesas y, las vigas del tejado, más bajas que en otras casas. La luz del sol dentro de la mansión era muy tenue incluso durante el día, por lo que las velas se encendían en todo el lugar. Esto evocaba un extraño sentimiento de depresión.

Además de ello, estaba completamente amueblada. Si dichos muebles se inspeccionaban, aún aparentaban ser muy novedosos. Ni siquiera la brecha entre los tablones de madera reunía el polvo a lo largo de los años.

Cui Buqu lanzó una mirada brevemente sobre todo el sitio.

—Resulta que nadie vive aquí, ¿verdad?

Feng Xiao sonrió gentilmente.

—Suele haber personas, pero solamente los sirvientes y las sirvientas se alojan en la habitación lateral. Les pedí a algunos que reorganizaran este lugar, de tal manera que podría utilizarse temporalmente como una cámara de tortura para la Oficina Jiejian.

El hecho de enfrentarse con una amenaza tan abierta apenas intimidaba a Cui Buqu.

—Lo que intentas decir es que ¿quieres que me torturen?

Feng Xiao se acuclilló, nivelando su mirada con la de Cui Buqu y observándolo fijamente.

—Solo mírate, tu reacción no luce como la de una persona ordinaria que es inocente en absoluto. Entonces, ¿cómo podría no dudar de ti?

—¿Podrías ser más irrazonable? —Cui Buqu respondió impotentemente—. Si me lamentara por la injusticia de ser inculpado, ¿me dejarías ir? Incluso si Lady Qin tenía alguna relación con el Templo Zixia, se trata del anterior Templo Zixia. ¡Simplemente no conozco a esa mujer! Supongo que debes haber inspeccionado el lugar de arriba abajo, ¿has encontrado algo sospechoso?

—Hay más oradores en el Templo Baiyun que se encuentra en esta ciudad, ¿por qué no fuiste ahí?

(N/T/E: Baiyun significa nube blanca.)

—Preferiría liderar a un gallinero que vivir en la cola de un fénix. El Templo Zixia no era nada más que un desperdicio. Si pudiera regresarlo a su antigua gloria, ¿no sería un buen presagio para mí? Además, era mejor que vivir bajo las órdenes de alguien más. Seguramente aceptarías esta razón, ¿cierto? —Cui Buqu preguntó.

Feng Xiao negó con su cabeza.

—Es irrazonable. Hace dos meses, el Gremio Linlang acababa de publicar las noticias de que la subasta de este año se llevaría a cabo en la sucursal de la Ciudad Liugong. Al mismo tiempo, tú llegaste. Esa coincidencia es sospechosa por sí misma. El embajador de Khotan murió y Lady Qin desapareció con el tributo. Por todo lo que sabemos, el jade incluso podría estar recorriendo el exterior y aparecer en el salón de la subasta. ¿Por qué viniste? ¿Por Lady Qin? ¿O es por el jade? ¿Dónde ocultaron el tributo? ¿En el Templo Taoísta Zixia o en la subasta del Gremio Linlang?

—Mientras más hablas, me eres más incomprensible.

—Está bien. Puedes tomarte tu tiempo pensando aquí. Cuando hayas tomado tu decisión, podrás decírmelo —Feng Xiao dijo.

—Mi salud siempre ha sido pobre. Me temo que no seré capaz de soportar ninguna tortura severa.

—¿Crees que el dolor físico es lo más insoportable en el mundo? —Feng Xiao preguntó de manera significativa. Después de hablar, sin siquiera esperar una respuesta de Cui Buqu, se levantó y caminó hacia la salida.

Inigualable [WS]Where stories live. Discover now