XI. Magnetismo

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Take me back to the night we met.

Addison se apartó de su esposo y salió de la pista.

-Lo lamento -miré a Andrew y me aparté de él decidida a buscarla.

La vi dirigirse con pasos rápidos a un lugar apartado, lejos de la fiesta, la playa.
A fin de cuentas por muy disgustada que este, no terminaba de entender mis sentimientos hacía ella, simplemente algo me obligaba a seguirla, una especie de magnetismo.
Conforme me alejaba más de la fiesta, la música se iba haciendo más lejana, pero aun cuando llegué a la orilla del mar donde estaba ella, aún podía escuchar la música que seguramente, tendría que estar a un volumen alto aún para ser perceptible desde esta distancia.

-Hey ¿estás bien? -pregunté a la pelirroja que estaba de espaldas a mí.

Volteó exaltada, al parecer pensó que nadie iba a notar su ausencia.
-¿Qué haces aquí? -evadió mi pregunta.

-Sólo quería saber si estabas bien -estaba fastidiada de esta situación.

-Obviamente no estoy bien Meredith -se notaba la molestia en su voz.

-Lo dices como si fuera mi culpa -estaba llegando al límite.

-¡Lo es Meredith! ¡Tienes que dejar de hacer eso! -elevó considerablemente la voz.

-¿Hacer qué? ¿Preocuparme por ti?

-Por favor Grey -pausó.
-Deja de verme.

-¿Disculpa?

-Hace un rato, en la pista de baile.

Esta mujer me iba a sacar de mis casillas.
-¡Por dios Addison! ¡No eres el centro del mundo! -metí, si la estaba observado pero su actitud era intolerable.
-Aparte, te recuerdo que la que no me dejaba de ver en la ceremonia eras tú.

Probablemente nuestros gritos no eran perceptibles para los demás, pues el ruido lejos de nosotras era sumamente alto como para oír nuestra discusión.

-Al parecer lo soy, pues estas aquí en vez de con Andrew -sonaba egocéntrica.

-Por dios Addison, no eres tan importante para mí.

Al instante me arrepentí de lo que había dicho, sabía que la había herido.
En el fondo la entendía, cada decisión que había tomado, ni siquiera tenía derecho a enojarme por nada, a fin de cuentas aquella noche no pasó nada.

Pudo hacer sido simplemente un desliz.

Quiso decir algo, pero al instante cerró la boca y se dio la media vuelta hacía el mar, ignorando mi presencia.

Bueno, al parecer al menos una de las dos sabía controlarse y no decir algo de lo que se arrepentirá.

-Vete Grey -dijo en tono tranquilo y sin voltear a verme.

Suspiré y comencé a caminar en dirección contraria a ella. No tardé mucho en llegar a la zona donde servían las bebidas.

-Tequila -ordené con la vista perdida.

Lo sirvieron y rápidamente tomé del amargo líquido, extrañamente la sensación de mi garganta quemándose conforme ingresaba el líquido a mi cuerpo era relajante.

Conforme el tiempo pasaba, perdí la cuenta de cuánto alcohol tomé, quería olvidar la charla de hace un rato.

-Vamos Meredith... -pronunció una voz detrás de mí.

-Andrew -sonreí al verlo, seguramente por los efectos del alcohol.
-Ven, siéntate -señalé la silla a lado de mí.

-Vamos Mer, estas muy tomada -viéndolo bien, estaba muy serio.

Reí negando.

Me tomó tal cuál novia recién casada y metí mi cabeza entre el espacio de su cuello y sus hombros, su colonia no tardó en invadir mis fosas nasales.
Pude notar como la música iba disminuyendo, indicando que nos estábamos alejando de los demás. Abrió la puerta de su auto y me colocó en el asiento del copiloto, abrochó el cinturón de seguridad y me observó.
Eran escasos los centímetros que separaban nuestros rostros, permitiéndome observarlo de cerca.

Mis párpados comenzaron a pesar y caí dormida.

Desperté cuando sentí unos brazos cargarme y sacándome del cálido vehículo.
Aquella siesta me hizo un poco más consciente de lo que pasaba a mi alrededor. Andrew ingresó conmigo en brazos a su departamento y cerró la puerta con el pie. Caminó sin percibir que estaba ya despierta hacía un cuarto que reconocí inmediatamente, su dormitorio.

Los flashbacks de la discusión no tardaron en invadir mi mente, inevitablemente me molesté.

Me puso cuidadosamente sobre su cómoda cama, al hacerlo, quedó arriba de mí. Debido a la escasez de luz, aún no notaba que yo estaba despierta, hasta que tomé su corbata y lo jale hacía mí.

Lo besé con desespero, estaba enojada, si Addison estaba tranquila ¿por qué yo no? Lo besé tratando de borrar a aquella mujer de mis pensamientos.

Tardó en responder, pero finalmente cedió cuando rodee su cuello con mis brazos, ocasionando que cayera encima de mí y profundizando el beso.

Se acostó a lado de mi sin separarnos e inmediatamente subí a él, y coloqué mis piernas por ambos lados de su cuerpo. Sentí como tomó mi cabello entre sus manos para que no obstruyera el beso.

Quería sacar a Addison de mis pensamientos y estaba dispuesta a cualquier cosa por un poco de paz en mi mente.

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𝑵𝒐𝒕𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒂𝒖𝒕𝒐𝒓𝒂:

Holaa.
¿Qué opinan de la discusión de estas dos mujeres?
Tal parece que las cosas nunca juegan a su favor pero bueno jaja.

Meredith y Andrew 👀.

Ok ya, prometo que todo el drama valdrá la pena, a fin de cuentas las grandes historias de amor no se hacen de la noche a la mañana ¿verdad? 😋💗.

The lastWhere stories live. Discover now