XXV. Desde mi perspectiva

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El corazón me amenaza con salirse de mi pecho; casi lo escucho. Me quedo estática ¿realmente acabo de escuchar eso?  Seguramente mi rostro pone en evidencia todo lo que estoy sintiendo en este momento: sorpresa, incertidumbre, miedo —de estar soñando—, felicidad; finalmente tomo el valor de hacerlo y ya no hay impedimentos. Y de pronto, mi mundo color de rosa se tiñe de negro, tal y como la nieve cubre la calle al otro lado de la ventana ¿Por qué hasta ahora? ¿Por qué me hizo sufrir tanto?  De repente todo deja de verse fácil.

Quiero lanzarme a sus brazos por todo el tiempo perdido, quiero terminar aquello que empezamos en Space Neddle, quiero descubrir hasta donde podemos llegar, juntas. Quiero entender todo esto que siento, a su lado claro está. Deseo ver hasta donde puedo sumergirme en sus ojos, tan azules como el mar. Esos ojos que ahora mismo están fijos en los míos.

Pero no hago nada de eso, me resisto y me quedo fija en mi asiento.

Cuando dije que entendía sus razones no mentía, de verdad lo hago. Pero el que entienda las razones que tuvo para no quedarse no quiere decir que no me hayan lastimado.

Yo tenia mis razones para frenarlo: ¿Dónde queda la culpa que sentía? ¿O el miedo que tenia de sentir algo por ella?  La entiendo, lo hago. Pero también me entiendo a mí, o trato de hacerlo en medida de lo posible.

—Felicidades —finalmente emito palabra y deslizo la Tablet hacia ella.

Ella sonríe y toma mi mano.

—Déjame arreglarlo... —la sonrisa se le desvanece al ver que separo nuestras manos lentamente—. Meredith...

—Lo siento.

—Dijiste que lo entendías —la voz se le corta ligeramente mientras reclama.

—Nunca dije que no me sintiera herida —desvío la mirada.

—Estaba asustada...

—No demerito tu miedo, pero... ¿Te detuviste a pensar en el mío? —no aguanto mas y exploto— No iba a luchar con nadie por mis hijos, claro está ¿sabes por qué? —pregunto sin esperar respuesta por parte suya— porque su padre esta muerto. Salí adelante, Addison, por ellos. Supere a Derek, salí con más hombres después de un tiempo, pero eso no evita que me sienta culpable por tener sentimientos hacia su ex esposa. Hay miles de personas y yo vine a tener sentimientos precisamente por ti —para este punto la voz me falla— ¿y sabes? Deje de lado eso porque quería intentarlo.

Las lagrimas secas adornan su rostro; esta perpleja. Abre y cierra la boca en un intento de decir algo, pero la voz se le queda atorada en la garganta y no alcanza a articular palabra alguna.

—Por supuesto que no —rio amargamente, saco mi cartera y pongo cincuenta dólares sobre la mesa. Me pongo de pie y me dispongo a irme.

—Meredith, yo... —me toma de la muñeca cuando estoy parada a su lado, impidiéndome irme.

Sus preciosos ojos azules hacen una combinación con el rojo, preciosa y desgarradora, casi como un atardecer cuando se funde con el océano.

—Suerte con el juicio —acaricio su melena roja antes de irme—. Cuídate —deslizo el brazo fuera de su agarre y camino hacia la salida.

Finalmente me permito llorar.

[Addison]

Aquella noche estoy muy consiente que todo se malinterpreto y a ella le dolió, aun así estuvo dispuesta a cuidar a Henry.

—¿Y Henry? —pregunta Jake al verme salir sola.

—Se va a quedar con Meredith —cierro la puerta detrás de mí.

—Si confías en ella, por mi está bien —pasa su brazo por mis hombros— confío en tu criterio.

—Confío en ella —afirmo.

—¿Me dejas invitarte a cenar? —pregunta de repente— tiene mucho que no vamos a cenar los dos juntos.

—Seguro —caminamos hasta el carro.

Él sube en el asiento del piloto y yo en el copiloto. Me recargo en el asiento y cierro los ojos unos segundos, permitiéndome descansar unos momentos.

La espalda me lleva doliendo un par de semanas, supongo que es por el estrés.

—¿A dónde iremos? Seguramente todo esta lleno hoy —indago aun con los ojos cerrados.

—Déjamelo a mí.

No pregunto mas y me quedo en silencio hasta que llegamos. Él parece entender que estoy algo cansada, por lo que no dice nada durante el viaje, solo se dispone a manejar.

—Llegamos —anuncia mientras pone una mano en mi pierna desnuda, ocasionando que me sobresalte y abra los ojos.

Sonrío nerviosa y bajo rápidamente del carro.

Entramos al restaurante, al parecer Jake tenía una reservación hecha, por lo que nos llevan a una mesa alejada de los demás.

—Gracias —agradezco cuando jala la silla para que yo tome asiento.

Él toma asiento frente a mí y consulta la carta que esta sobre la mesa, hago lo mismo y tomo la carta.

Después de algunos minutos para permitirme ver la carta. Pregunta:

—¿Ya sabes que vas a pedir?

Asiento y llama al camarero, que se acerca dispuesto a tomarnos la orden.

—¿Qué desean ordenar? —saca su libreta y su pluma.

Pedimos la cena y Jake agrega una botella de vino para acompañar.

La cena transcurre normal, platicamos sobre mi vida aquí, como le va en Los Ángeles y me dice lo mucho que me extrañan allá.

Espero algún día ir a visitarlos, los extraño también, extraño a mis amigos.

En algún punto de la conversación me pierdo y dejo de escucharlo, simplemente mis pensamientos tienen mas peso que sus palabras.

—¿Me estas escuchando? —pregunta y vuelvo en sí.

—Si, lo siento.

—Addison...

—Necesito decirte algo —admito.

No puedo seguir así.

𝑵.𝒂: Hola, me creé una cuenta de twitter por si gustan ir a checarla.
Posiblemente suba adelantos o alguna novedad sobre mis escritos allá. El enlace está en mi bio por si gustan, ily:).

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