LXIX. Viejos hábitos

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Los días habían pasado con rapidez, bastantes cirugías como de costumbre. Y las cosas con Addison... No sabría como describir la situación. Definitivamente no era como antes, pero todo estaba bien, o parecía estarlo, no lo sé.

Era extraño, no hablábamos tanto, pero nos saludábamos por los pasillos. Tampoco es que últimamente hubiéramos tenido mucho tiempo para platicar, lo normal en la vida de dos cirujanas.

—¿Traes los estudios que te pedí? —pregunté sin voltear a ver a mi interno.

—Si doctora Grey —respondió mientras caminaba detrás de mí—. Aquí están.

Chequé los estudios mientras seguía caminando e iba haciendo notas mentales al respecto. Tenía algunas cirugías pendientes y un par de post operatorios.

Mientras organizaba mis pendientes en mi mente impacté contra alguien que me sostuvo por los hombros antes de caer.

—Que costumbre la nuestra de chocar cada tanto —admitió mientras aún me sostenía.

—Doctora Grey... ¿Se encuentra bien? —hablaron detrás de mí.

—Si —me separé con cuidado de ella al recordar que venía acompañada—. Toma —le extendí los estudios—. Ve a checarlos y reserva un quirófano para más tarde.

—Si doctora.

Cuando se alejó me di la media vuelta para volver a ver a Addison.

—Hola.

—Hola —rio— ¿Qué acaba de pasar?

—Venía distraída —reí con ella y comencé a caminar—. Gracias por evitar que cayera.

—Cuando quieras... —sonrió y caminamos a la par.

—¿Ocupada?

—Al parecer no soy la única... —metió las manos a los bolsillos de su bata.

—Han sido días algo ocupados —encogí los hombros—. ¿Cómo esta Henry?

—Bien —sus ojos brillaron de manera especial—. Ya sabes, lo extraño

—Apuesto que él también...

—Bueno, si, bastante —admitió—. El lado bueno es que hablamos casi todos los días.

—¿Y Jake? —pregunté dudosa—. Nunca te pregunté como tomó la separación.

—Mejor de lo que esperé a decir verdad... —recordó—. Aún tratamos de adaptarnos, pero vamos bastante bien.

—En verdad me alegro —respondido sincera—. Es lo mejor que pueden hacer por Henry.

—Si, tienes razón —encogió los hombros.

—¡Doctora Montgomery! —llamaron detrás de nosotros—. ¡Ay! Hola, Grey —saludó Jo, a lo que yo respondí—. Perdón por interrumpir, pero Sara está a punto de dar a luz.

—¿Ya? —preguntó Addison sorprendida— Si, vamos —Jo se alejó corriendo— Te veo después ¿si? —preguntó Addison antes de marcharse.

—Si, ve.

Se alejó corriendo detrás de Jo, hasta que las vi perderse cuando dieron vuelta en otro pasillo.

Una vez que las perdí de vista me dispuse a caminar por el hospital y después de algunos minutos recorriendo pasillos lo vi y cerré la puerta detrás de mí.

—Hola, Grey —me saludó mientras checaba unas radiografías—. Que milagro.

—Hola... —caminé hasta él.

—¿Mejor? —volteó apenas un par de segundos y devolvió la vista a los estudios.

—Si... —me puse a su lado mientras analizaba los estudios con él.

—¿Quieres ir por un café? —apagó la lámpara y tomó las radiografías—. Tengo un par de horas hasta mi siguiente cirugía.

—Bien —caminamos hasta la salida y abrió la puerta, salí y cerró detrás.

...

Me dejé caer sobre el sillón después de una larga cirugía y las consultas que tenía pendientes. Y es que el café me había ayudado a rendir, pero el efecto de la cafeína comenzaba a desvanecerse ya.

Cerré los ojos por algunos segundos, sin llegar a dormirme. Solamente para relajarme un poco.

—¿Puedo pasar? —preguntaron desde la puerta y abrí los ojos para ver a Addison evidentemente agotada, pero a pesar de eso había una pequeña sonrisa en su rostro.

—Si, pero cierra —reí cuando ella lo hizo.

Caminó hasta mí y tomó asiento a mi lado.

—¿Cansada? —pregunté sin voltear a verla.

—Mucho... Definitivamente no soy la misma que era a mis treintas.

—Lo dices como si hubieran pasado cientos de años —rodé los ojos, escondiendo el impulso de reírme.

—Algún día lo entenderás, Grey —ahogó una risa.

—Tampoco es que exista tanta diferencia, eh.

Bajé la vista y después de algunos segundos volteé a verla, a lo que ella imitó mi acción.

Reímos a la par en ese mismo instante.

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