XXII. Casi

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Con sentimientos encontrados y una oleada de emociones entré la casa, cerré la puerta detrás de mí, me apoyé en esta y suspiré. Necesitaba un minuto a solas antes de llegar y sentarme con los demás, por ello, decidí quedarme unos segundos apoyada sobre la puerta.

—No te esperaba —alcancé a escuchar a través de la puerta a Addison.

Por más que la curiosidad me ganara y quisiera saber el motivo de la inesperada visita de Jake, tampoco sabía si lo que iba a oír en los próximos minutos me iba a gustar, por lo tanto, no iba seguir escuchando una conversación ajena, menos la de ellos, así que retomé la postura y caminé hacia la sala mientras me quitaba el saco.

—¿Todo bien? —pregunta Maggie.

—Perfecto —sonrío a medias y me siento junto a Alex— ¿me pasas el vino, por favor? —pido a Winston.

—Toma Grey —me da la botella.

—Gracias... —lo sirvo en mi copa y bebo.

La platica continuo. Al parecer cuando llegué estaban hablando sobre algunas cirugías "fuera de lo común" que habían hecho, mientras yo me dedicaba a beber vino y escuchar las diversas experiencias que relataban.
Después de un tiempo, me puse de pie y me recargue en la pared mientras los seguía escuchando.

El sonido de la puerta nos alerta a todos.

—¡Henry! —llama Addison. Desde mi perspectiva es posible ver todo, ya que desde el sofa no.

Después de algunos minutos veo que Henry baja por las escaleras con una sonrisa en el rostro.

—¿Sí mamá? —llega hasta ella.

—Ve por tus cosas corazón, ya nos vamos —arregla su cabello.

—Pero mamá... estoy jugando con Bailey y los demás —dice con un tono triste.

—Lo siento... —trata de consolarlo.

—¿Nos podemos quedar un poco más? —pregunta cabizbajo.

—Henry...

—Addison —camino hacia ellos— ¿Qué pasa?

—Nos tenemos que ir.

—Ve arriba ¿sí? —indico al pequeño y el asiente desanimado—. Ven... —la jalo fuera de la vista de los demás— Ve con tu Jake, Henry puede quedarse conmigo —sugiero.

—Meredith, yo... no tienes que hacer esto —suspira.

—Él esta disfrutando. Aparte, no es ninguna molestia, se lleva bien con los niños.

—¿Segura?

—Sí —aseguro y ella suspira.

—Gracias... Mañana paso por él.

—Bien, me avisas.

—Gracias de nuevo —dice y yo asiento.

—¡Henry! —llamo desde el inicio de las escaleras. No pasa mucho tiempo hasta que lo veo bajar desanimado—. Hey ¿Te quieres quedar en mi casa hoy? Tu mamá tiene que hacer unas cosas, pero si quieres, te puedes quedar con mis hijos.

—¿En serio? —me pregunta animado.

—Sí, Meredith se ofreció a cuidarte ¿quieres? —Addison se agacha a su altura.

—¡Sí mamá! —sonríe.

—Bien, mañana paso por ti —lo abraza— te quiero —se pone de pie nuevamente.

—Yo también —voltea a verme— gracias Dra. Grey.

—No hay de qué, pero recuerda en lo que habíamos quedado —rio.

—Meredith —corrige.

—Mejor —asiento— corre, ve a seguir jugando. Les aviso cuando nos vayamos.

—¡Hasta mañana mamá! —menciona mientras sube las escaleras.

Un teléfono comienza a sonar.

Dime —responde Addison.

Se queda en silencio oyendo a la otra persona durante unos segundos.

Si, ya voy —cuelga―. Tengo que irme.

—Adiós Addison —doy la vuelta dispuesta a marcharme, pero ella me toma del brazo, impidiéndome ir con los demás.

Hubiera sido muy fácil reclamarle o cualquier cosa... a fin de cuentas estábamos lejos del alcance visual de los demás, incluso dudo que escuchen lo que decimos.

Me limité a reclamarle de su atadura con la mirada y ella me soltó rápidamente. Después la vi alejarse hacia la sala —a despedirse de los demás—, mientras se ponía su saco sobre sus hombros delicadamente.

Se iba... con Jake, a solas. Sabía que se iba con su esposo, el padre de su hijo, pero eso inevitablemente me molestaba. Hace apenas algunos días me había dicho que sentía algo por mí y ahora iba corriendo a sus brazos ¿Qué acaso no había afirmado ya no amarlo más?

Contrario a lo que hubiera pensado, no la seguí. Me quede sentada en el último escalón de la escalera hasta que la puerta sonó. Ella se había ido

Perdí la noción del tiempo mientras veía fijamente al piso.

—¿Todo bien? —Richard toma asiento en el escalón, a lado de mí.

—Sí... —comienzo a agitar la pierna.

—Lo van a solucionar Meredith, tranquila —aprieta mi hombro tratando de mostrarme apoyo.

Me quedo unos segundos analizando todo, hasta que proceso lo que él acababa de decir. ¿Él lo sabe?, pero ¿Cómo? El miedo me invade, la sola idea de que sea tan evidente me aterra y siento que me vuelve vulnerable y transparente ante los ojos de los demás. No me gusta sentirme expuesta, incluso ante Richard. Ni siquiera quería voltear y dar explicaciones sobre algo que ni yo misma entiendo.

—Espera... ¿Cómo? —volteo a verlo, preocupada.

—Es evidente Meredith —él ríe.

—No... —inútilmente trato de evadir la situación.

—Encontraran la manera —palmea mi hombro nuevamente mientras lo veo perpleja— siempre lo hacen.

—¿Disculpa? —no podía alargar esto más, suspiré y simplemente me resigné mientras apoyaba mi cabeza en su hombro—. Habla Richard.

Me quede en espera de lo que tenía que decir, lo que sea que fuera.

The lastWhere stories live. Discover now