XVII. Siéntate a mi lado

1.1K 99 29
                                    

—¿Escuché mi nombre? —preguntó Addison mientras sonreía.

—¡Addison! —Callie corrió hacia ella y se abrazaron— Te extrañé.

—Yo también te extrañé Callie —abrazó más fuerte a Torres— No tienes idea cuanto...

—¿Ves? Así se resuelven los problemas —Karev golpeó mi hombro y seguido apuntó con la cabeza hacia ellas.

—Cállate.

—¿Tienen cirugías pendientes? —preguntó Callie en general.

—Ni Grey ni yo tenemos nada pendiente —sonrió Alex.

Addison consultó el reloj en su muñeca y suspiró.
—Tengo un par de horas libres.

—Vamos por un café, yo invito —ofreció Torres.

—Ammm...-

—Mer y yo si vamos —Alex tomó mi brazo.

—Bien —Addison encogió los hombros.

Callie sonrió satisfecha.
—Bien, vamos.

[...]

—Entonces ¿como esta Henry? —preguntó Callie.

—Bien. La verdad es que lo extraño... —jugó con la cuchara dentro de su café.

—Es imposible no extrañarlo, es un sol... —comenté.

Addison sonrió a medias y me miró.
—Si, lo es.

—Bueno... ¿Quieren ir a Joe's después?

—La verdad es que yo paso —comentó Addison.

—En otra ocasión Alex —dije.

—Yo si voy —confirmo Torres.

—Anda Mer —Alex me miró suplicante.

—No puedo —suspiré y me puse de pie— te veo a las ocho en mi oficina —anuncie.

Alex y Callie se miraron dudosos por lo que acababa de decir. Mientras, Addison subió la vista y me vio.

—No tengo todo el tiempo del mundo, así que llega temprano, tenemos mucho que estudiar.

—¿Quieres que vaya a tu oficina? —se apuntó a sí misma con su dedo índice.

—No Addison, con "oficina" me refiero a que vayas a mi casa. —exclamé y removí mi cabello— Por supuesto que quiero que vayas a mi oficina. Si no sabes donde esta, puedes preguntar —aclaré— Con permiso —di la media vuelta y me retiré.

[Addison]

Mer siendo bromista conmigo... eso era algo nuevo.

—Oigan, los dejo. Tengo cirugías pendientes —sonreí y me levanté.

—Va a ir tras ella —susurró Karev.

—Lo sé —afirmó Callie.

No me detuve a decirles nada, solamente caminé. Estaba confundida, no sabía si Meredith estaba siendo bromista porque comenzaba a perdonarme, o si en cambio estaba más enojada que antes, no lo sabía.

Mi teléfono comenzó a sonar mientras caminaba por los extensos pasillos de hospital.

¿Charlotte? —contesté.

Addison, hasta que contestas —respondió.

Lo lamento, he estado algo...ocupada.

[Meredith]

Me dejé caer pesadamente sobre el sillón de mi oficina y después de un rato, comencé a ponerme al día con papeleo atrasado. Estaba tan concentrada que no me di cuenta cuando abrieron la puerta después de estar tocando un rato.

—Hey Mer —saludó asomándose.

—¿Qué haces aquí? —sonreí mientras le preguntaba.

—Pasaba por aquí y bueno, quería ver como estabas.

Me hice a un lado para que tomara asiento junto a mí en el sillón.
—¿Tú? ¿Cómo estás? —pregunté mientras Andrew caminaba hacia mi y tomaba asiento a mi lado.

—Extraño a Carina —suspiró.

—A veces yo también... —admití.

Andrew me miró con el ceño fruncido. A decir verdad, nunca había sido amiga cercana de Carina, pero con ella no había tenido... eso.

—En fin, acabo de terminar de hablar con ella y esta bien. Ella y Maya están ya en Europa.

—Bueno, al menos están disfrutando —traté de animarlo.

—Tienes razón -sonrió melancólico. —A propósito ¿A ti que te pasa? —preguntó.

¿Qué le digo?; Oh mira, es que siento cosas que no logró descifrar por la obstetra que tu no conoces, ah, y por cierto ¡Es la ex-esposa de mi difunto marido!

No, no creo que sea buena idea decirle eso a mi ex que recién me pidió otra oportunidad.

—Nada, he estado un poco agotada últimamente —una verdad a medias.

—¿Quieres dormir un poco? —propuso.

—No puedo, tengo cosas que hacer en un rato —suspiré y miré el reloj en la pared.

—No tengo cirugía hasta dentro de cuatro horas —sonrió— anda, yo te despierto.

—Andrew, deberías aprovechar para ir a comer algo y despejarte, no a estar al pendiente sobre cuando despertarme y venir hasta aquí —lo miré conmovida.

—¿Quién dijo que me iba a irme, Meredith? —puso un cojín detrás de mí— vamos, duerme. Yo estoy aquí.

—Gracias...—solté una risa ahogada y me recosté con la cabeza contraria a él. Después, el tomó mis piernas y las coloco encima de las suyas seguido de un apretón indicándome que estaba ahí.

[...]

Lentamente fui abriendo los ojos, hasta que se acostumbraron a la luz. Volteé hacia donde estaba Andrew, esperando que ya no estuviera.

Contrario a todas mis ideas, él se había quedado. Seguía en el mismo lugar que cuando caí dormida; solo que ahora llevaba un libro de cirugía entre sus manos. Leía atento, tanto que no se percató cuando desperté.

—Hola... —dije con la voz ronca.

Cerró rápidamente su libro y me miró.

—Hola, despertaste —sonrió.

—Estaba algo cansada —admití—. Pensé que ya te habrías ido.

—Bueno, aquí sigo —apretó una de mis piernas que aun seguían arriba de él— apropósito —volteó hacia la mesa que estaba a lado de él— toma —me extendió un vaso— te traje jugo de naranja, supuse que tendrías sed.

—No te hubieras molestado... —tomé el vaso— pero gracias —bebí el jugo mientras lo miraba.

—Bueno, de todos modos ya casi te iba a despertar —bajó mis piernas cuidadosamente y se puso de pie —tengo cirugía y tú... —soltó una risa ahogada— bueno, no sé. Pero algo tienes que hacer —me extendió la mano, la tomé y me jalo para ponerme de pie.

—Gracias.

—Un placer Mer —tomo su libro y camino hacia la puerta— por cierto, estas algo despeinada —rio mientras abrió la puerta.

—Ya estoy aquí —Addison me vio tratando de acomodar mi cabello y luego miró a Andrew —¿Interrumpo algo?

The lastWhere stories live. Discover now