XIII. Historias

1.1K 102 13
                                    

[Addison]

—Han pasado cosas Jake –finalmente admití —Cosas que a estas alturas, es mejor intentar dejar en el pasado –bebí el vino restante de mi copa.

[...]

Llegué al hospital muy temprano; Jake y Henry se habían regresado a California.

—¡Addie! –Amelia corrió a abrazarme.

—¿Y ese ánimo? –pregunté mientras le devolvía el abrazo.

—Nada más, cosas de la vida –sonrió.

Reí al escuchar sus palabras que bien sabía que había alguna razón, pero simplemente la ignoré.
Comenzamos a caminar rumbo a la sala de titulares para cambiarnos y comenzar las rondas con los internos.

—Y bien... ¿Tú si me vas a decir que esta pasando? –cuestionó mientras caminábamos por el hospital.

—¿A que te refieres? –volteé a verla.

—Vamos Addison –rió —Meredith no ha dicho ni una palabra, pero aún tengo la esperanza de que tú si lo hagas.

Sabía bien de que estaba hablando, pero lo último que me apetecía era hablar sobre Meredith Grey.

—Nada, no pasa nada con
ella –contesté tratando de sonar lo más segura posible.

—De un día a otro pasaron de ser algo así como esposas a evitarse mutuamente.

—¿Qué dices? –reí nerviosa.

—Ya sabes, esposas de trabajo.

Entramos a la sala de titulares, Amelia entró primero a cambiarse y después de ella, yo.
Al salir, me senté junto a ella en el sillón y espere a que siguiera con su explicación.

—Pasaban mucho tiempo juntas, dentro y fuera del trabajo a decir verdad y ahora se están evitando mutuamente, no creas que no me doy cuenta –pausó.
—Aparte, asumo que algo pasó porque Meredith esta rara y tú, bueno estas igual.

No sabía que decir, a Amelia ninguna de las dos le podíamos ocultar nada, prácticamente ella era tan hermana de Meredith como mía, lo que dificultaba la situación.

—Nada importante Amy, un pequeño desacuerdo –pasé mi brazo sobre sus hombros.

—Bien –dejó el tema por la paz, aunque sabía que no estaba convencida con mi pequeña explicación. —Entonces ¿me acompañas a buscar mi libro? –preguntó sin mencionar más detalles.

—Vale, vamos –me levanté del sofá y salimos de la sala en dirección a el carro de los cafés.

Pasaron 10 minutos hasta que nos atendieron, no había prisa porque como ambas habíamos llegado temprano, teníamos tiempo de sobra antes de las rondas, que comenzaban en veinte minutos. Cinco minutos después, teníamos el café en nuestras manos y nos sentamos en una banca a tomarlo.

—Addison, sabes que puedes confiar en mi ¿cierto? –puso su mano sobre mi brazo.

—Si Amelia, lo sé –di una media sonrisa.

—Bien, solo quería que lo supieras.

El teléfono de Amelia sonó y rápidamente tomó la llamada.
—Hola ¿si traes lo que te pedí? –preguntó a la persona del otro lado de la línea, cuya identidad aún era desconocida para mí.

Continúe tomando mi café mientras observaba a la gente pasar delante de mí.

Deseaba que las cosas fueran distintas: que mi miedo se evaporara y en su lugar, hubiera valentía para afrontar las cosas, para aceptar lo que mi corazón decía y mi cabeza se rehusaba a admitir.

—Vamos Addie –Amelia habló irrumpiendo mis pensamientos.

Al ver que no reaccionaba, habló nuevamente.
—Mi libro ¿si me acompañas?

—Oh si, lo siento, me quedé pensando –me levanté, acomodé mi bata y caminé junto a ella rumbo al hospital.

Al llegar, lo primero que pude observar era a Meredith con Andrew. Estaban muy juntos y... Felices, o eso parecía. Ella estaba riendo mientras el la abrazaba y reía junto con ella.

Tal vez las cosas tenían que ser así, ellos tenían historia y yo tenía la mía con Jake. Aún así, no pude evitar la sensación de un nudo en mi garganta.

Meredith notó mi presencia y su risa cesó mientras se despegaba sutilmente de Andrew para darle el libro a Amelia.
Él se retiró afirmando que tenía algunas cosas que hacer, dejándonos solo a Amelia, Mer y yo.

—Las dejo, tengo cirugías programadas –fue lo único que dije antes de retirarme tal cómo lo había hecho Andrew.

[Meredith]

Una pieza de mí, inevitablemente se fue con ella.

—Bueno ¿Qué haremos para tu cumpleaños? –Amelia cambio de tema mientras sonreía entusiasmada.

—Amelia, aún falta mucho tiempo, aparte no tengo muchos ánimos de hacer algo honestamente –hice una mueca.

—Vamos Mer, podemos hacer una pequeña reunión –me animó.

—Bien, como quieras –finalmente accedí después de tantos días de insistencia por parte suya.
—Pero te encargas tú –alcé una ceja.

—Tú relájate, que yo me encargo
–dio media vuelta y se perdió entre los pasillos del hospital.

Horas más tarde estaba en trauma, ya que anteriormente me habían notificado que había llegado un trauma, una mujer embarazada.

—Llama a la doctora Montgomery ¡ya! –empujamos la camilla para llevarla al quirófano —Dile que la veo en el quirófano dos, es urgente –avisé a Schmitt antes de abandonar urgencias.

[...]

—Estoy aquí, lamento la tardanza pero tuve una cesárea de emergencia –habló debajo del cubre bocas al mismo tiempo que le colocaban la bata y los guantes para comenzar a operar.

—No se preocupe Dra. Montgomery. Apresúrese, necesito su ayuda.

Esta iba a ser una larga cirugía.

The lastWhere stories live. Discover now