Capítulo 4 - Sucio

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Al final no aguantó más, cedió ante ese demonio. Relajó su cuerpo y su boca dejando que este la conquistará. Se estaba sintiendo asqueroso y eso le ponía, no conocía esa parte de él y realmente le estaba gustando.

Ya veo - dijo Akaza al sacar la lengua de la boca de Rengoku dejando saliva en esta - si te convirtieras en demonio podrías sentir esto todos los días durante toda la eternidad, serías un amante perfecto. Cumpliría todos tus fetiches y fantasías. Podríamos estar juntos para siempre y con tu poder llegarías a ser una Luna Superior increíblemente fuerte.
Deja de hablar sobre eso - dijo Rengoku nervioso, Akaza se sorprendió por esas palabras - Solo, por favor, no pares. - dijo avergonzado pero con decisión rodeando el cuello del demonio con sus brazos, deseaba a Akaza ahora mismo más que nada.

Akaza sonrió, realmente lo había conseguido. Ya nada podría detenerlo, su mente pensó en las miles de cosas que le haría a ese pobre chaval durante toda la noche. O por qué no, durante toda la eternidad. Solo de pensarlo empezó a sentir que su pene se despertaba poco a poco.

Tus deseos son órdenes - le besó y comenzó a desabrochar los botones del uniforme del Pilar, realmente odiaba esa ropa, no le quedaba nada bien a su gusto.

Metió sus dedos entre la camiseta de este y agarró uno de los pezones, Rengoku se tensó apretando las piernas y echando la cabeza ligeramente hacia atrás. No podía creer que se sintiese tan bien.

Me encantan tus pezones, son tan pequeños y rosaditos - dijo pellizcando el izquierdo mientras Rengoku trataba de gemir por lo bajo - Me encantaría comérmelos.

Rengoku tuvo miedo al oír esa frase, ¿de verdad sería capaz de hacerlo? Akaza sintió esto y lo miró divirtiéndose.

Vamos, no estés tan tenso, por ahora solo me divertire con ellos... Por ahora - agarró a Rengoku por la cintura y lo ayudó a tumbarse en la cama que tenía bastante vieja, donde tan bien lo había pasado muchas noches, solo el olor del sexo que mantenía allí le hacía pensar mil maneras de complacer a Rengoku.
¿De verdad no me vas a matar? - dijo Rengoku confundido.
No, Kyojuro - dijo cogiendo la mano de Rengoku y chupando uno de sus dedos - Realmente me agradas. - Metió el dedo en su boca y le dio un pequeño mordisco, sin hacerle ninguna herida, solo quería jugar un poco con sus colmillos y la imaginación de su nuevo amante.

Akaza se posicionó encima de él y retiró su camiseta por completo. Pudo apreciar esos dos bonitos pezones, que tenían el tamaño perfecto para estar chupandolos todo el rato. Admiró la musculatura que poseía el Pilar, realmente le fascinaba.

Eres maravilloso - dijo al introducir el pezón derecho en su boca.
A-ka... Akaza - Rengoku gemió y eso solo provocó que Akaza siguiera succionando sus pezones, abusando de ellos como si fuesen caramelos, cuando dejaba muy usado uno, iba a por el otro que ya se había recuperado.

Kyojuro de verdad se sentía sucio, y eso le producía mucho placer. Solo la imagen de aquel poderoso demonio que podía matarlo en cualquier momento pero que estaba cumpliendo sus fantasías le hacía jadear, no podía creer que nunca hubiese experimentado eso.

CUANDO EL SOL Y LA LUNA SE UNEN - Akaza × Rengoku +18Where stories live. Discover now