Capítulo 50 - Celos

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No pelearemos contra ti, pero a cambio queremos que tú prometas que no te enfrentarás a ninguno de los nuestros - Senjuro miró a Akaza para saber qué debía decir.
Aceptamos el trato, pero no dejaremos de patrullar esta mierda de ciudad. Nosotros también tenemos que comer. ¿Entiendes? - Akaza iba a dejar claras sus normas, los demonios eran superiores a ellos. Si querían algo sería cómo él pidiese.
Lo pensaremos... devuélveme mi katana - Akaza se acercó lentamente con su sonrisa amenazante y Mitsuri intentó mantener la compostura.
Toma, lindura. Dile a Kyojuro-kun que yo también lo quiero - Akaza hizo una falsa sonrisa y se alejó dándose la vuelta - ¿cuál es tu nombre, preciosa? - dijo girando su mirada para verla de reojo.
Kanjori... Mitsuri Kanjori - Akaza sonrió.
Qué bonito nombre... acompáñanos, Mitsuri - le dijo tendiendo su mano hacia ella - vayamos a ver a Kyojuro. Debe sentirse muy solo.
¿Por qué? - le replicó Mitsuri.
Porque puedes ayudarlo - le respondió sin dar muchos detalles. Kyojuro estaba triste por la transformación de Senjuro, y Akaza estaba preocupado por él.
Está bien, pero si rompes tu promesa todos los Guardianes irán a tu escondite, el cuervo sabe de dónde vino esa carta - Mitsuri no confiaba en él pero quería hacerlo por Kyojuro.
Vamos, vamos. No estés tan tensa. No le haría daño a una mujer, y menos a una tan bonita como tú - Akaza rió al sentir su miedo, pero le decía la verdad. No le haría nada.

Los tres se dirigieron saltando entre los tejados hasta su casa para encontrar a Kyojuro durmiendo profundamente, Mitsuri y Senjuro estaban en el salón esperando. Akaza pensó "este tío duerme más de lo que está despierto".

Kyojuro... Kyojuro, levanta - Rengoku se despertó a mirarlo - buenas noches, llamita. ¿Estás bien?
Sí - Akaza se agachó para besarle
Ven, te he traído una sorpresa - le dijo dándole la mano.
¿El qué? - le dijo con curiosidad. No se imaginaba a Akaza dándole una sorpresa.
Solo ven - le dijo levantándolo, Kyojuro se quejó al tener que doblarse, le dolía aún el golpe de Doma.

Fueron al salón y cuando se encontró con Mitsuri sonrió aliviado, de verdad necesitaba verla y decirle todo lo que tenía guardado. Soltó el dedo gordo de su mano del agarre de la de Akaza para acariciarle dándole las gracias. ¿Cómo podía entenderlo tan bien?

Kyojuro-san, me alegro mucho de verte bien - Mitsuri fue a abrazarlo y Akaza soltó su mano para que pudiese responderle, Senjuro los miraba extrañado, ¿se querían? ¿por qué sentía que todo eso ya lo había vivido?
Yo también me alegro de que estés bien... ¿os importa si vamos fuera a hablar solos? - dijo soltando a Mitsuri.
Sí, claro. Para eso vino, no te preocupes. Nosotros nos quedamos aquí - Akaza le sonrió sinceramente. Le encantaba ver a su querido Pilar contento.

Senjuro los miraba molesto y Akaza le dio una colleja cuando los dos salieron.

No seas infantil, ¿no decías que no te importaba tu hermano? - Akaza se rió de él.
No te reirás tanto si te lo quita - Senjuro le respondió insolentemente, como hacía cuando algo no le gustaba.
Oh, pequeña llamita, yo soy irresistible. Tu hermanito no me cambiaría por nadie porque nadie puede darle lo que yo le doy. Está loco por mí, si le pidiese que me dejase comérmelo, aceptaría sin duda, y no en el sentido sexual de la palabra. No estés celoso de que Kyojuro abrace a alguien más que no sea su hermanito, en el fondo solo eres un niño pequeño - Akaza puso su mano en el hombro de Senjuro y notó su enfado, Senjuro frunció el ceño y le arrancó la mano de un puñetazo.
No estoy celoso, imbécil - dijo yéndose a la habitación a descansar.

CUANDO EL SOL Y LA LUNA SE UNEN - Akaza × Rengoku +18Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora