Capítulo 94 - Prometo que te venceré

1K 101 4
                                    

¿Puños desnudos? Hakuji empezó a recordar las palabras de su maestro Keizo. Claro, por eso despreciaba a Tanjiro, le recordaba mucho a él, que también le enseñó a proteger a los débiles para que se hicieran fuertes, le hacía recordar su doloroso pasado. "No somos samuráis, no tenemos katanas. Pero aún así, no nos hacen falta, nuestras espadas son nuestros puños. Puedes estar orgulloso de luchar solo con las manos". Esa mirada orgullosa de Keizo, su sonrisa sincera, todo lo que echaba de menos... tenía que ganar a Kokushibo, no podía perder allí, no podía despediciar sus enseñanzas.

Keizo-san... - susurró Hakuji apretando los dientes. Dio una patada que desestabilizó a Kokushibo y lo golpeó desplazándolo - no necesito nada más que mis manos para vencerte. ¡Voy a ser más fuerte que tú y derrotaré a Muzan, no importa cuántas veces me golpees, parteme en pedacitos si quieres, aún podré regenerarme y usaré mi cuerpo para luchar, no importa cómo, no vas a cortarme el cuello, prometo que te venceré! - los tatuajes de Hakuji brillaron del mismo color que su brújula, de pronto comenzó a ver todo muy lento, era como si hubiese cambiado el mundo, ¿eso era el estado supremo que había estado buscando toda su vida? - no te burles de mi estilo de pelea, Tsugikuni.

Odiaba a Kokushibo con todas sus fuerzas, era débil, se había convertido en demonio por envidia, por querer hacerse fuerte rápidamente, por no tener paciencia para superar a su hermano. Esta promesa la cumpliría sin duda, vencería a la Primera Luna Superior y llegaría hasta Muzan, se lo debía a todos los que había matado, a Kyojuro, a Senjuro, a Doma, a los Guardianes de la Noche, a su padre, a Koyuki y a Keizo. Por una vez debía cumplir su promesa.

Kokushibo se lanzó a por él y Hakuji consiguió parar la hoja de su katana, apretándola con fuerza. La iba a romper, tenía que hacerlo, si no no podría derrotarlo, aunque luego se regerase, solo unos segundos podrían decidir la victoria.

Obanai y Mitsuri estaban juntos buscando a Nakime, tenían que derrotarla para poder seguir avanzando, si no no tendría sentido enfrentarse a Muzan. Caminaron luchando contra muchos demonios hasta que por fin la encontraron.

Mitsuri, ten cuidado. No sabemos qué puede hacer - dijo Obanai advirtiéndola.

De pronto los dos empezaron a ser atacados por las puertas y ventanas que abría Nakime, comenzó a distorsionar el lugar intentando aplastarlos con las paredes. Mitsuri estaba totalmente acorralada, no le daba tiempo a pensar con claridad y se resbaló, casi cayendo al vacío cuando Obanai la agarró de la mano sujetándola con fuerza.

¡Concéntrate! ¡tenemos que ganar, todo depende de nosotros, Mitsuri! - le gritó con decisión. Mitsuri sintió cómo su corazón latía agitado y se sonrojó, le encantaba Obanai cuando combatía.

Los dos se abalanzaron a por Nakime, tenían que luchar bien, si no conseguían sacar a Muzan de la Fortaleza Infinita no habría ninguna posibilidad de vencerlo.

Por otro lado Hakuji seguía tirando de la katana de Kokushibo, que no se rompía. Le parecía increíble que esa mierda aguantase incluso ahora.

¡Vamos, joder, rompete! - gritó desesperado.
Déjalo, Akaza. No puedes vencerme - Kokushibo rió y Hakuji aprovechó para patear su cabeza, haciendo que aflojase su agarre en la espada. Había conseguido romperla en dos por fin.
¡Masacre destructora: Caos! - Hakuji golpeó la cabeza de Kokushibo provocando que se abrieran varias heridas en su cuerpo.
Muy bien, Akaza. Si quieres pelea, tendrás pelea - Kokushibo se puso en una posición de ataque agarrando su espada rota - Respiración de la Luna. Primera forma: Luna Oscura. Santuario nocturno.

Kokushibo cortó una de sus manos, que se regeneró en un momento. Gracias a su actual estado se regeneraba aún más rápido. Hakuji fue a golpearlo pero se detuvo al escuchar alguien caer rompiendo una pared.

¿¡Estás bien!? - justo ahora que había ganado ventaja tenía que preocuparse de que había llegado uno de los Pilares, el más joven de todos.
¡No te preocupes por mí! ¡sigue luchando! - le gritó. Hakuji retrocedió cuando Kokushibo le atacó, rajando parte de su hombro.
Un Pilar... eres extrañamente familiar. ¿Cómo te llamas? - le preguntó dejando de atender a Hakuji.
Muichiro... Tokito - el Pilar de la Niebla se sentía raro ante esa Luna, la veía majestuosa, no tenía nada qué ver con otros demonios.
Ah, ya veo... así que el apellido Tsugikuni se ha perdido... era inevitable al fin y al cabo - dijo suspirando.
¿El apellido Tsugikuni? - preguntó Tokito, no entendía por qué le hablaba de eso.
Tú eres mi descendiente, lo sé por tu sangre. Eres realmente un Tsugikuni - Tokito no podía creerlo, era descendiente de alguien como él. Se sentía asqueado, pero tenía que calmarse, no podía dejarse llevar por sus sentimientos ahora - puedes controlar bien tus emociones... permíteme elogiarte, chico.
Respiración de la Niebla. Segunda forma: Niebla acolada - Tokito se lanzó hacia su cuello, pero Kokushibo lo esquivó como si nada.
Buena técnica... así que usuario de la Niebla, nada mal - dijo sonriéndose, Hakuji lo miraba enfadado pero sabía que no podía meterse con Tokito en medio, estaba siendo un verdadero problema - tienes 14 años y eres tan buen espadachín. No esperaba menos de ti.
Tokito hizo aparecer sus marcas en la cara y lo miró enfadado - ¿te estás burlando de mí?
Kokushibo sonrió - para nada.

CUANDO EL SOL Y LA LUNA SE UNEN - Akaza × Rengoku +18Where stories live. Discover now