Capítulo 16 - Realmente salvaje

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Rengoku echó un poco hacia atrás la cabeza y cerró sus ojos, se sentía cómo si una espada lo estuviese atravesando lentamente. Disfrutaba cada centímetro que iba metiéndose, sentía cómo una llama se expandía poco a poco por todo su ser quemando su cuerpo. Estaba decidido, sería el amante de ese demonio todo lo que él quisiera, podía confiar plenamente en él.

Cuando por fin estuvo totalmente sentado en Akaza, movió sus caderas haciendo círculos, se sentía totalmente propiedad del contrario. Akaza por su parte no podía estar disfrutándolo más mientras pasaba una de sus manos por el culo de Kyojuro apretándolo y la otra por el pecho de este, haciendo caricias en sus pezones. Poco a poco fue levantándose y bajando para sacar y meter su pene en el cuerpo de Rengoku, quien saboreaba el momento con locura.

Con cada embestida Kyojuro empezó a subir el tono de sus quejidos, que solo provocaban calor en Akaza. Al recordar que la familia del Pilar estaba en la casa durmiendo puso su mano en su boca callándolo, si le provocaba problemas con ellos luego se enfadaría, no dejaría que eso pasará.

Rengoku al notar la mano de Akaza en su boca no pudo aguantar el dolor que tanto placer le provocaba ahora mismo y lo descargó con los dedos de Akaza, mordiéndolos con fuerza provocando que sangrará.

¡Ah! ¡O-oye! - Rengoku no escuchó los quejidos de su querido demonio y siguió apretando los dientes a los dedos de Akaza con los ojos cerrados.

La sangre llenó la boca y la barbilla de Kyojuro, Akaza se deleitó con esa imagen, se imagino a su Pilar como un demonio, con la piel totalmente blanca y unos grandes colmillos que se clavarían aún más en su piel, casi podía visualizarlo de verdad. Tenía unas ganas locas de corromperlo y llevarlo al otro lado, sería un demonio hermoso, su demonio.

Akaza movió su caderas más rápido para que subiese y bajase con más fuerza dentro de Kyojuro, provocando que apretará con todas sus fuerzas los dedos de Akaza.

El demonio sentía que le iba a arrancar los dedos en cualquier momento, estaba deleitándose con tanto dolor. Sintió cómo su amante mojaba su cuerpo al correrse y él le dio las últimas embestidas para mancharlo por dentro, provocando que Rengoku arrancase uno de sus dedos al completo y dejase el otro colgando.

Akaza lo pegó a su cuerpo mientras tomaba aire y cuando Kyojuro se calmó lo miró a los ojos, una mirada llena de sangre que fascinaba a Akaza, él no fue consciente de lo que había hecho en su mano hasta que Akaza se la pasó por la boca chupando los dedos.

Eres realmente salvaje - dijo lamiendo la sangre.

CUANDO EL SOL Y LA LUNA SE UNEN - Akaza × Rengoku +18Where stories live. Discover now