Capítulo 89 - Yo nunca te haría daño

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Te quiero más que a nadie - dijo dándole un pequeño beso en los labios. Senjuro se sonrojó aún más y lo abrazó pegándolo a él. Doma lo cogió para tumbarlo, se puso encima retirando delicadamente su yukata para admirar su pecho y empezó a dejar un camino de besos hasta llegar a él - amo tu pechito, es tan pequeño y rosadito...
¡No digas eso! - dijo tapándose la cara por la vergüenza, a lo que Doma rió metiéndose uno de sus pezones en la boca dándole chupetones. Senjuro se estremeció al sentir cómo pasaba sus colmillos por él, viendo cómo al dejar uno usado iba a por el otro. Con la yema de sus dedos los apretaba disfrutando de los sobresaltos de Senjuro, Doma le miraba orgulloso de sí mismo al ver el placer que el pequeño reflejaba. Sus jadeos eran música para sus oídos. Pellizcó con fuerza uno de sus pezones haciendo que Senjuro se revolviese.
¡Ahh! ¡D-doma! - Senjuro tiró de su pelo quejándose. Doma sonrió y besó el pezón que había herido para hacer lo mismo con el otro. Senjuro se retorcía debajo de él con los ojos cerrados gimiendo de dolor. Tras estar un rato más torturándolo Doma subió hasta su boca besándola y puso su mano sobre su mejilla para que lo mirase.
Abre los ojos y mírame, hermoso - Senjuro abrió los ojos avergonzado y Doma se lamió los labios al verlo, bajó su mano acariciando sus muslos hasta llegar a su entrepierna y agarró su miembro haciendo que se estremeciera - nada mal para un cuerpecito tan pequeño y pervertido.

Doma pasó su mano por él masturbándolo lentamente y Senjuro se encogió gimiendo, la mano de Doma era tan grande que podía cubrirlo por completo. Se sentía acorralado debajo de él y eso le encantaba. Doma lo besó pasándole la lengua por la comisura de sus labios y bajó hasta quedar frente su pene, lo acarició un poco más y sonrió lujurioso para luego metérselo en la boca hasta llegar a su garganta. Doma empezó a restregar su lengua contra él haciendo que sintiese mucho calor y excitación. Senjuro agarró su pelo despeinándolo mientras lo empujaba contra él. Doma se deleitó al ver el deseo de Senjuro en sus ojos y aceleró el ritmo sintiendo a su pequeño demonio palpitante.

D-doma... joder - Senjuro se movió en su boca sintiendo cómo iba a correrse, Doma sonrió pasando sus colmillos por él disfrutando de sus movimientos. Lamió con fuerza la punta de su pene presionándolo y saboreando su líquido preseminal, notaba cómo ya no aguantaba más. Pasó su mano por sus piernas y llegó a la base de su pene dándole aún más placer.

Senjuro llegó al orgasmo respirando entrecortadamente, Doma se pegó a su cadera dejando que Senjuro lo llenase entero y se tragó todo su semen escuchando los gritos de placer de Senjuro. Sacó su pene lentamente dejando un hilo de saliva entre sus labios y este, Senjuro lo miró recuperando aire y Doma le sonrió lascivamente limpiándose los restos, a lo que Senjuro se sonrojó. Acarició la mejilla de Doma y este besó sus dedos entrecerrando los ojos, subió hasta llegar otra vez a su boca y se besaron apasionadamente. Doma cogió sus piernas colocándolas sobre sus hombros y sacó su pene erecto para ponerlo entre su pequeño demonio.

Tápate la boca - Senjuro le hizo caso sabiendo que iba a hacerle daño y así fue, Doma lo penetró de una sola vez hasta llegar al fondo sintiendo cómo Senjuro le recibía estrechamente. Doma sonrió viendo cómo Senjuro cerraba sus ojos con fuerza por dolor. Una vez que consiguió estar totalmente dentro lo sacó y metió lentamente disfrutando de cómo Senjuro se cerraba para volver a abrirse otra vez. Cada vez empezó a penetrarlo con más fuerza mientras Senjuro le arañaba los brazos quejándose.
Doma... me haces daño - dijo soltando algunas lágrimas.
Doma le tapó la boca recibiendo un fuerte mordisco y con su otra mano puso un dedo en su propia boca indicándole que se callase - shhh... yo nunca te haría daño, nene.

Doma bajó su ritmo esperando a que pudiese meterse en él sin sentir resistencia. Poco a poco Senjuro se sintió más cómodo, dejó de apretarlo con sus dientes y Doma lo soltó para empezar a escucharlo gemir. Senjuro apretó sus muñecas y se pegó a él para sentirlo más profundo, Doma acarició su culo apretándolo con fuerza para disfrutar de sus quejidos y le pegó varias nalgadas dejando su mano marcada en él. Restregó su cara contra sus piernas dándole un mordisco del que Senjuro se quejó mientras Doma reía para luego chupar la sangre que había derramado lascivamente.

CUANDO EL SOL Y LA LUNA SE UNEN - Akaza × Rengoku +18Where stories live. Discover now