Capítulo 53 - Me vuelves loco

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¿Estás mejor, llamita? - le dijo chupando su oreja sensualmente.
Sí - Rengoku puso su mano en la mejilla del demonio para acariciarlo - no sabes cuánto te quiero.

Akaza sonrió tontamente al escuchar sus palabras y recorrió el cuerpo de Rengoku con sus manos, parándose en los pezones de este.

Todo tu cuerpo me vuelve loco, Kyojuro. Eres peligroso - Akaza metió sus manos debajo de su ropa para llegar a los pechos de Rengoku, quien sujetó sus manos evitando que siguiera.

E-espera, vamos al salón - Akaza lo cargó en sus brazos para soltarlo en el sofá y seguir con lo que estaba.
Tus pechitos y tus pequeños pezones me encantan, Kyojuro. Podría estar chupándolos hasta que no aguantarás más - le dijo dando un fuerte chupetón en uno de ellos mientras Rengoku jadeaba, Akaza bajó una de sus manos hasta el pantalón de Kyojuro acariciando su gran erección y sacándola para agarrarla entre sus dedos - ¿sabes qué hay mejor a masturbarse, Kyojuro?
N-no - le respondió intentando ahogar sus jadeos, Akaza lo tenía loco.
Que te masturben - Akaza apretó su miembro bajando y subiendo su mano, Kyojuro cerró sus ojos consumido por el placer que le daba. Era demasiado para él.

Rengoku pasó sus manos por la espalda de Akaza arañándola hasta llegar a su culo y apretarlo con fuerza. Akaza sonrió al ver la expresión de placer de Kyojuro con sus ojos cerrados, amaba que se retorciera debajo de él.

Akaza... no aguanto... - Kyojuro trataba de que lo soltase, realmente le daba vergüenza mancharlo.
Shhh, hazlo y cállate ya - Akaza besó sus labios y sintió cómo toda su mano se manchaba mientras Kyojuro jadeaba en su boca.

Akaza se separó de Kyojuro y metió la punta de sus dedos en su boca lamiéndola lascivamente. Rengoku suspiró de placer al verlo, su imaginación jamás podría crear una imagen tan deseosa como esa.

Vamos a hacerlo - dijo Kyojuro besándolo con pasión - quiero sentirte dentro de mí.
Akaza sonrió al sentir cómo sus palabras hacían que su cuerpo tuviese un pequeño cosquilleo - a sus órdenes, señor.

Akaza se elevó un poco para dejar que Kyojuro se diese la vuelta y pasó sus manos lentamente por su espalda hasta llegar a su redondo trasero, que apretó y azotó varias veces.

Esta "pequeña" parte de tu cuerpo me vuelve loco, Kyojuro. Me la follaría hasta que no pudieses volver a levantarte - dijo metiendo lentamente uno de sus dedos en su culo, viendo cómo Kyojuro se sonrojaba y gemía de placer.

Akaza movió con fuerza su dedo contra la próstata de Kyojuro sintiendo cómo su cuerpo estaba agitándose con cada toque. Kyojuro mordía con fuerza uno de los cojines para no chillar. Akaza pasó su pene rozando sus nalgas deseando metérselo ya. Sacó con brusquedad su dedo de su interior y se quedó mirándolo esperando a que Kyojuro le rogase por más.

A-kaza... vamos, hazlo - le dijo girando su mirada para encontrarse con la sonrisa de Akaza disfrutando torturarlo.
Eres muy impaciente, Kyojuro - dijo metiendo la punta de su pene y delizándose dentro de él para sacarla y metérsela una y otra vez mientras aprovechaba para pasar su miembro por la entrada de este sin llegar a metérselo durante unos segundos.
No juegues conmigo... - Akaza disfrutó de ver su impaciencia. Le encantaba aprovechar cualquier oportunidad para torturarle, no podía resistirse.
Niñato lujurioso - le dijo tapando su boca al embestirle metiendo de una sola vez su pene entero, sintió el dolor de Kyojuro y disfrutó de verle retorcerse. Amaba sentir cómo todo su estrecho interior lo recibía, deseaba hacérselo hasta que llorase - ¿te gusta así, perrita?

Kyojuro asintió sonrojado y dejando caer algunas lágrimas, le encantaba que Akaza lo tratase con tanta brusquedad, le hacía sentirse realmente usado. Al acostumbrarse al ritmo de sus embestidas relajó su cuerpo y dejó que Akaza le metiese los dedos en la boca, chupándolos deseosamente.

No he conocido a nadie tan masoquista como tú en toda mi vida, Kyojuro. Me gustas, me gustas mucho... me encantas - Akaza sacó sus dedos de su boca para agarrarlo por la cadera y poder embestirlo más fuerte, Kyojuro dejó caer su cuerpo entero en el sofá apoyándose sobre sus codos.

Akaza se corrió una vez dentro de él y lo embistió con fuerza dejándole todo su semen, pero aún sin estar satisfecho nada más terminar de llenarlo volvió a seguir embistiéndole escuchando los fuertes jadeos de Kyojuro, a quien tampoco le quedaba mucho para correrse.

CUANDO EL SOL Y LA LUNA SE UNEN - Akaza × Rengoku +18Where stories live. Discover now