Capítulo 32 - Pequeña llamita

3.1K 302 93
                                    

¡Incendio! - Akaza no pudo ni reaccionar cuando ya sintió los cortes alrededor de todo su brazo, partiéndolo en varios trozos. Rengoku había girado alrededor de él casi teletransportándose destrozando su brazo y cortando parte de su pecho y espalda haciendo que al final un círculo de fuego negro con pinceladas naranjas explotase alrededor de ellos, ¿por qué no sentía su espíritu de lucha? era un ataque muy rápido y poderoso, casi ni lo había visto.
Maravilloso... ¡simplemente maravilloso! - gritó Akaza al regenerarse mientras miraba a Kyojuro, que tosía respirando con dificultad apoyándose sobre sus rodillas - ¿cuándo has aprendido a hacer eso? qué calladito te lo tenías. ¡Vamos, hazlo otra vez!
Rengoku cogió aire y le respondió con dificultad - no sé cómo lo he hecho... simplemente me salió así.

Rengoku clavó su rodilla en el suelo, sentía que no podía ni moverse. Todo su cuerpo temblaba, le dolía todo y tenía la sensación de que sus manos estaban ardiendo.

Oye, ¿qué te pasa? levanta y pelea, no me dejes ahora con las ganas - dijo insistentemente.
Akaza, yo... - Rengoku sintió su vista nublarse y algunas gotas de sangre empezaron a salir por la nariz - yo...

Akaza lo cogió antes de que callese al suelo y lo cargó en brazos.

Tranquilo, llamita. Serás mucho más fuerte cuando te conviertas en demonio, podré verte usar esa maravillosa técnica una y otra vez. Voy a disfrutar mucho de ti - dijo chupando el recorrido de sangre que tenía hasta el labio.

Akaza caminó adentro de la casa para dejar a Kyojuro en la cama para que descansase y al soltarlo y girarse se encontró con la asustada mirada de Senjuro.

O-oye, ¿qué le has hecho a mi hermano? - dijo tembloroso.
Nada, Senjuro-kun. Él mismo me pidió que entrenasemos, solo está cansado, puedes preguntarle tú mismo cuando despierte - dijo posando una de sus manos en el hombro del pequeño para después ir a salir de la habitación pero pensó en charlar con el pequeño ahora que Kyojuro no se podía meter - oye, chico, ¿qué respiración dominas? eres el tsuguko de tu hermano, ¿no?
Sí, pero... yo no domino ninguna respiración, solo algunas veces he conseguido que salieran pequeñas llamas de mi nichirin, que nunca cambió de color... - Akaza pudo sentir la tristeza del chico en sus palabras, los Rengoku habían sido todos grandes espadachines que dominaban las Llamas, pero ese chico apenas dominaba su voz al hablar.
Pensó - pobrecillo, si fueras un demonio harías salir algo más que llamitas de tu katana - lo miró apenado - ¿y no te gustaría ser más fuerte, Senjuro-kun?
Claro que sí pero... yo no soy capaz, por mucho que entrene no soy como Kyojuro... - cerró los ojos frustrado por su propia inutilidad.
Senjuro-kun, eres capaz de cualquier cosa que te propongas, y es mucho más fácil de lo que piensas - Akaza acercó su mano poniéndola sobre su cabeza - tan solo tendrías que tomar un poco de mi sangre y sentirías tu cuerpo volverse más fuerte, yo podría entrenarte, serías un guerrero sumamente poderoso.

Senjuro abrió los ojos sorprendido, no podía creer que le estuviese ofreciendo convertirse en demonio, eso estaba mal, tenía que rechazarlo.

No me convertiré en demonio - dijo Senjuro con decisión.
¿Quién habló de convertirse en demonio? no basta con unas gotitas para convertir a alguien en demonio, pequeña llamita - Akaza agarró sus manos - míralas, Senjuro-kun, has estado entrenando y entrenando con estas manos y aún no has obtenido ningún resultado, creo que mereces ver alguna mejoría en ti.

Senjuro le miró asombrado, le estaba ofreciendo lo que siempre había querido y no sabía si aceptarlo, era demasiado tentador y bonito, no podía hacer otra cosa que desconfiar.

¿Y cómo sé que no me estás mintiendo? - le replicó.
Oh, pequeño. ¿Crees que mentiría al hermanito de la persona a la que quiero? Te daré un tiempo para pensarlo, al fin y al cabo es solo tu decisión. Pero será nuestro pequeño secreto, no se lo digas a Kyojuro-kun - dijo tapando con un dedo la boca del pequeño y posteriormente alejándose de él para irse a cenar - nos vemos mañana, Senjuro-kun.

Akaza se fue a buscar algún delincuente al que torturar y con una sonrisa sádica pensó "cada vez estoy más cerca, seréis unos demonios preciosos".

CUANDO EL SOL Y LA LUNA SE UNEN - Akaza × Rengoku +18Where stories live. Discover now