CUANDO EL SOL Y LA LUNA SE UNEN - Akaza × Rengoku +18

Capítulo 14 - Rompiendo las cadenas

Conforme iba pasando más su lengua Akaza gemía por lo bajo, alternando su mirada entre el techo y esa maravillosa escena. Se estaba sintiendo débil y le gustó esa sensación, el no tener que hacer nada le encantó.

Kyojuro terminó de introducir por completo el pene del contrario en su boca con dificultad y lo sacaba poco a poco, dejando que Akaza sintiese como sus labios se deslizaban a través de su miembro. Él también disfrutaba el momento, se sentía tan bien haciendo lo que quería que ni siquiera se acordaba ya del odio que tenía hace unos minutos. Se sentía totalmente libre de todas las cadenas que llevaba.

Al final dejó salir el miembro de su boca y recuperó aire sintiéndose algo cansado, depositó un tímido beso en su punta, lo que hizo que los pelos del cuerpo de Akaza se erizarán y subió para besarlo y sentarse sobre sus piernas mirándolo a los ojos. Estaba disfrutando del momento tanto que no le importaba una mierda que su familia estuviese en casa, que su amante fuera un demonio o que él fuera un Pilar, solo quería cumplir sus deseos ahora mismo.

Akaza pudo ver en su mirada plena confianza, era como si las palabras sobrasen en ese momento, no las necesitaban, sus ojos hablaban por sí solos. Akaza pasó lentamente su mano por las mejillas de Kyojuro hasta introducir poco a poco dos de sus dedos en la boca de este, sintiendo cómo se manchaban del líquido que le había dejado. Los pasó lentamente recorriendo toda su boca sin que el Pilar sonrojado con los ojos entrecerrados ofreciera ninguna resistencia.

Cuando sintió que se había cansado de su boca sacó sus dedos y le hizo un gesto de que levantase las caderas, llevando su mano hasta la entrada de Kyojuro, a quien le notó algo de nerviosismo.

Tranquilízate, ¿puedo? - dijo pegando sus dedos con su entrada, Akaza nunca pedía permiso para nada, simplemente tomaba lo que quería, pero esta vez no, esta vez sabía que necesitaba el consentimiento del rival.
Sí - dijo Rengoku pegando sus labios con pasión al contrario y apoyando sus manos sobre su pecho, intentó calmarse todo lo que pudo pero le era imposible, solo quería que lo hiciera ya.

Akaza metió con delicadeza sus dos dedos haciendo un movimiento de tijeras para intentar acostumbrarlo lo antes posible, Kyojuro por su parte notó cómo su pene empezaba a levantarse disfrutando del momento, se sentía jodidamente bien en manos de aquel demonio, dejaría su vida en sus manos en ese momento si hacía falta.