Capítulo 5 - La llama

8K 622 445
                                    

Kyojuro de verdad se sentía sucio, y eso le producía mucho placer. Solo la imagen de aquel poderoso demonio que podía matarlo en cualquier momento pero que estaba cumpliendo sus fantasías le hacía jadear, no podía creer que nunca hubiese experimentado eso.

Nada bueno se le ocurría al demonio, que solo quería torturarlo en la cama cuanto más tiempo mejor, y se le pasó por la cabeza una muy buena idea, deteniéndose y levantándose de la cama esperando ver en Kyojuro la reacción que quería.

¿A-a dónde vas? - dijo confuso incorporándose.
¿Acaso te importa? - lo miró desafiante - pensé que no te gustaban estas cosas, ¿no dijiste que no eras así?

Rengoku tragó saliva, no era capaz de responderle. Le estaba dando la oportunidad de parar y aún así su cuerpo le pedía más.

Vamos, Kyojuro, dilo - le ordenó Akaza.
¿El qué? - respondió confuso.
Di que eres asqueroso y que te encanta lo que te hago, ruegame por más, quiero escucharte como si fueses mi puta, te quiero sumiso como una perra - dijo en su oído chupándoselo.
Y-yo... - se sonrojó solo de pensarlo, no se creía capaz de decir todo eso, no tenía experiencia ni desvergüenza para hacerlo.
Vamos, Kyojuro. - le miro a los ojos con una mirada llena de lujuría y apretó uno de sus pezones - dilo.
S-soy asqueroso... - dijo tembloroso, Akaza sonrió, había ganado él.
¿Y? - le respondió esperando por escuchar más.
Por favor - Rengoku estaba a punto de llorar, todo lo estaba sobrepasando, sentía demasiadas emociones.
¿Por favor qué? - no estaría satisfecho hasta ver totalmente cumplida su petición.
Por favor, quiero que sigas. M-me encanta lo que me haces - soltó entrecortado, por fin lo había dejado salir.
Realmente eres el mejor, me encantas - dijo consumido por la lujuría.

Akaza empujó a Rengoku contra la cama y se bajó un poco los pantalones para dejar salir su miembro, el cual estaba ya listo para ser usado. Rengoku lo miró asustado. Era su primera vez y estaba totalmente muerto de miedo.

No te asustes, mi llamita. - Akaza sonrió - sé que eres virgen, solo por esta vez tendré un poco de piedad.

Akaza acercó sus caderas a la boca de Kyojuro y este se mantuvo totalmente inmóvil, sabía lo que quería, pero no era capaz de hacerlo él solo.

Vamos, no tengas miedo - dijo Akaza abriendo su boca con los dedos - Me aseguraré de que aprendas bien a chuparmela como yo quiero.

Metió la punta de su pene en su boca, al principio Rengoku solo le pasó tímidamente la lengua, no sabía muy bien cómo lo tenía que hacer.

Métetelo un poco más, sé que puedes - empujó ligeramente las caderas, sin ser muy brusco, al fin y al cabo estaba tratando con un virgen, tenía que acostumbrarlo poco a poco.

Rengoku sentía que le faltaba el aire, cerró los ojos y comenzó a acostumbrarse a ese gran miembro, lamiéndolo con delicadeza cada vez más.

Lo estás haciendo muy bien, Kyojuro - le acarició el pelo flameante, realmente le encantaba ese tono de su cabellera - podría tenerte así para siempre.

Akaza agarró la cabeza de Rengoku y la empujó poco a poco contra él. El rubio no podía más, sentía cómo se mojaba su boca a la vez que su parte más íntima, le encantaba la sensación de que el demonio le diese órdenes.

Kyo... juro, joder - Akaza agarró con fuerza su coleta y se corrió en su boca cerrando los ojos, hacia tiempo que no disfrutaba así de una mamada. Agachó su cabeza para mirar a Kyojuro, quien tenía lágrimas en los ojos - Tragátelo todo, mi llamita - volvió a empujar su cabeza contra él agarrándolo por la coleta - No dejes ni una gota.

Se le estaba haciendo realmente difícil, se sentía asqueroso pero no podía parar, quería saber cómo de perverso podía ser esa Luna Superior con él, quería que lo usará y lo destrozará. Empezó a tragarlo cerrando los ojos provocando que algunas lágrimas se le escaparan. Sintió como la mano de Akaza le acariciaba la cara, qué miedo sentía de esas manos, y cómo le gustaba que lo tocase.

Muy bien hecho, me has sorprendido para ser tu primera vez - sacó con cuidado su pene - Tendrías que haberte visto, eres todo un masoquista - Amaba ver cómo la vergüenza consumía a Rengoku, le encantaba sentirse superior.

Rengoku miraba hacia abajo avergonzado, eso realmente estaba consumiéndolo, nunca había estado tan asustado de él mismo.

CUANDO EL SOL Y LA LUNA SE UNEN - Akaza × Rengoku +18Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon