Capítulo 35 - No me arrepiento

3.2K 286 114
                                    

Senjuro entró en la casa y Kyojuro miró a Akaza, así vestido se veía muy interesante.

¿Qué miras? - dijo confundido.
A ti - dijo acercándose a él para abrazarlo dándole un pequeño beso en los labios. Akaza sonrió y puso sus manos en su cintura - gracias por todo lo que estás haciendo, Akaza.
Llamita, haría lo que sea por ver esa boquita sonreír - le dijo sensualmente antes de chupar su cuello.
Akaza, yo... te quiero - Kyojuro jadeó dejándose llevar por la lengua - desde que llegaste a mi vida me siento distinto. Me siento débil cuando estoy contigo, es como si pudiese ser yo de verdad, siento que contigo no tengo secretos. Yo... te amo, de verdad lo siento así... no hay otras palabras para expresar lo que siento.

Akaza no sabía qué decir, no esperaba que Kyojuro se enamorase de él tan rápido, se conocían de hace tan solo unos días, solo quería hacerlo dependiente para ser su amante, pero nunca había buscado escuchar eso de su boca. Pasaron unos segundos sin que dijese nada, decidió solo abrazar a Rengoku, no podía decirle unas palabras tan profundas porque no serían verdad, y jamás mentiría sobre amor, cualquier cosa menos eso. Él ya tenía a quien querer, aunque esa persona no pudiese quererlo. Es verdad que disfrutaba de la compañía de Kyojuro y se divertía con él, pero no le llenaba, no lo amaba, o al menos no lo aceptaba. No como había amado a su aquella chica. Nadie en el mundo podría llenar el vacío que sentía.

Akaza empezó a sentirse mal por Kyojuro, nadie le había dicho que lo amaba después de 115 años y ahora que alguien lo hacía tenía que ser él, un Pilar, un humano que se negaba a convertirse en demonio, una persona más que se haría hueco en su vida para luego simplemente abandonarlo al morir. No podía permitirse amar a alguien al que perdería, no dejaría que su alma sintiera ese dolor. Apretó los ojos intentando que no le calleran lágrimas por ellos, pero no pudo evitarlo. No quería dejar que su corazón sintiese nada.

Kyojuro... - dijo Akaza ahogado en sus lágrimas, no podía evitarlo.
O-oye, no te pongas así, ¿acaso dije algo malo? Lo sient... - Kyojuro se separó de él para mirarlo y Akaza lo interrumpió.
No, no es eso. No te preocupes - le dijo sonriendo sinceramente agarrando su mano.

Akaza no podía evitar pensar en Koyuki, eso estaba mal, nadie podía sustituirla. Nadie jamás ocuparía su lugar, ni siquiera Kyojuro. Pero aún así no podía contener la emoción de pensar que alguien le había dicho sinceramente que le quería. Anhelaba tanto esas palabras...

Al anochecer Senjuro hizo la cena y los tres comieron juntos, era extraño que después de más de un siglo Akaza pudiese comer normalmente como ellos. Senjuro le había cogido un poco de confianza después de que se ocupará de su entrenamiento.

Senjuro-kun, mañana tienes que intentar concentrarte un poco más, si no no podemos pasar al siguiente paso del entrenamiento - le dijo Akaza tratando de no sonar muy duro.
Lo sé...- Senjuro se apenó un poco, Kyojuro lo miró y supo que Akaza le iba a decir algo así que decidió no meterse.
Mira, Senjuro-kun. La forma más fácil de concentrarse en intentar llevar toda su fuerza a tus extremidades, tienes que dejar que tu energía fluya. Primero debes acumularla y luego al golpear soltarla, y después volver inmediatamente a la posición inicial para no perder la concentración. Además siempre que tu enemigo te dé espacio debes estar atento al movimiento de pies, no puedes perderlo de vista. Cuando seas capaz de concentrarte en eso, pasaremos a entrenar posturas de ataque - le dijo antes de seguir comiendo.
¿Cómo sabes todo eso? - le dijo admirándolo Senjuro, sus enseñanzas le recordaron a cuando practicaba esgrima con Kyojuro.
Yo... - Akaza no sabía qué decir, tenía los recuerdos borrosos. Recordaba a Koyuki, la mujer que amaba, y recordaba que su padre se suicidó, pero nada más, solo eran imágenes sueltas - no lo sé, han pasado muchos años. Creo que me crié aprendiendo artes marciales.
¿Cuántos años tienes? - Senjuro no dejaba de mirarlo con esos ojos de niño chico ilusionado y Kyojuro sonreía para sí mismo mientras comía. Akaza se sentía raro pero no le molestaba.
No lo sé exactamente, hace tiempo que dejé de contarlos... creo que unos 133 más o menos - Akaza pensó "133 años... ha pasado mucho tiempo".
Entonces has vivido mucho... ¿qué opinas de los avances tecnológicos? ¿las cosas han cambiado mucho al pasar los años? - Senjuro seguía interrogándole con todo lo que se le ocurría.
No he sido capaz de apreciarlo, la mitad de estos años los he pasado descansando. Es verdad que las casas ahora son muy diferentes, pero yo veo que todo sigue igual. De algún modo siento que nada ha cambiado, incluso los descendientes de las personas que veía caminar por la calle son iguales a sus progenitores. Es como si el mundo no se hubiese movido - Akaza no mentía, realmente sentía eso. Era extraño ver que nada había cambiado después de tanto tiempo.
¿Y no te arrepientes de ser un demonio? - Kyojuro se atragantó y lo miró sorprendido.
Senjuro, no le preguntes eso. Discúlpate - dijo esperando que Akaza no se enfadase.
No, está bien. No pasa anda, Kyojuro - Akaza le dio la mano por debajo de la mesa - Senjuro-kun, no tengo casi recuerdos de mi anterior vida. Solo algunas imágenes sueltas. No puedo sentir nostalgia por algo que no recuerdo, así que no me arrepiento. Vivo una vida larga, sin preocuparme de enfermar o morir, puedo seguir desarrollando mis habilidades como luchador llevándome a mi límite, que es lo que me importa, mis huesos no se rompen y mi cuerpo no sufre. No me arrepiento de ser un demonio - Akaza le respondió firmemente.

CUANDO EL SOL Y LA LUNA SE UNEN - Akaza × Rengoku +18Where stories live. Discover now