CUANDO EL SOL Y LA LUNA SE UNEN - Akaza × Rengoku +18

Capítulo 90 - Incluso si tengo que morir

Doma bajó su ritmo esperando a que pudiese meterse en él sin sentir resistencia. Poco a poco Senjuro se sintió más cómodo, dejó de apretarlo con sus dientes y Doma lo soltó para empezar a escucharlo gemir. Senjuro apretó sus muñecas y se pegó a él para sentirlo más profundo, Doma acarició su culo apretándolo con fuerza para disfrutar de sus quejidos y le pegó varias nalgadas dejando su mano marcada en él. Restregó su cara contra sus piernas dándole un mordisco del que Senjuro se quejó mientras Doma reía para luego chupar la sangre que había derramado lascivamente.

Ahh, Honosho... tu cuerpecito me vuelve loco - Doma pasó sus uñas por su pecho arañándolo levemente, sacándole unos jadeos de placer a Senjuro.
Doma... - Senjuro agarró fuertemente sus brazos dándole las mismas sensaciones de dolor que sentía abajo - más...
¿Mmm? - Doma quería escuchar sus palabras bien claras.
Más fuerte... p-por favor - Senjuro se encogió debajo de él.
Niñato sinvergüenza - dijo antes de embestirlo con fuerza para sentir cómo se retorcía en sus brazos.

Doma lo agarró poniéndose él tumbado para dejar a Senjuro sobre su miembro, sintió cómo instintivamente quería levantarse y lo tomó por las caderas sentándolo totalmente sobre él viendo cómo Senjuro temblaba al sentirse lleno por dentro. Tras unos segundos soltó su agarre para acariciarle el trasero.

Muévete, cariño - Senjuro sollozó por sus órdenes y puso sus manos sobre el abdomen de Doma para impulsarse y dejarse caer lentamente sobre Doma, quien se sentía más torturado que otra cosa por la lentitud de Senjuro. Volvió a cogerlo por las caderas para embestirlo con fuerza pero Senjuro le agarró las manos evitándolo - ¿vas a hacer algo ya?
Cállate - le dijo Senjuro molesto por su impaciencia. Intentó saltar sobre Doma más agresivamente con torpeza mientras Doma se deleitaba viéndolo sufrir.
Te ves jodidamente bien así - Doma pasó sus manos por sus piernas acariciándolo con las uñas - me encantan tus muslos... tan pequeños y gorditos - dijo apretándolos y levantándose levemente sacando un quejido de Senjuro.

Senjuro suspiró tragando aire sintiendo cómo se adaptaba a esa posición para empezar a saltar más rápido sobre él, haciendo círculos encima para sentirlo más, sentía mucho dolor pero le encantaba ser él quien lo hiciera en vez de Doma, le gustaba estar encima controlándolo, se sentía mucho más grande que él así. Doma cerró los ojos sintiendo cómo su pene se clavaba totalmente en él, estaba cerca de correrse. Volvió a abrir los ojos disfrutando de la imagen provocadora que Senjuro le daba.

Joder... se siente tan bien estar dentro de ti... no aguanto más - Doma agarró con fuerza a Senjuro para moverse agresivamente dentro de él escuchando sus gritos hasta correrse en su interior apretando sus piernas.
¡D-doma! - Senjuro le arañó bruscamente al sentir cómo también se corría manchándole la barriga. Doma cogió aire y sonrió viendo a Senjuro totalmente agotado sobre él sin siquiera poder levantarse.
Qué bien lo has hecho, querido - tiró de él para dejarlo tumbado sobre su pecho y acarició su pelo pasando sus dedos detrás de su oreja haciéndole un cosquilleo. Lo levantó levemente para dejar salir su pene escuchando su disgusto - eres un niño muy travieso, eh...
¡No digas eso! - Senjuro pegó a Doma en el pecho haciéndole reír.

Doma lo abrazó y se quedaron así un rato sin decir nada, aunque los dos tenían palabras atragantadas que les gustaría decirse, sabían que dentro de poco la historia cambiaría cuando se enfrentasen a Muzan, quizás no volvían a poder estar juntos.

Oye - Senjuro se distrajo al escuchar que le llamaba - tengo que pedirte algo.
¿El qué? - Senjuro se incorporó para mirarlo.
Cuando nos enfrentemos a Muzan quiero que no participes si no es imprescindible - dijo viéndolo seriamente.
¿Por qué? si no luchamos con todas nuestras fuerzas podríamos perder y... - Doma lo interrumpió dándole un pequeño beso.
Me da igual perder contra él, no me importa morir o que otros lo hagan... pero no quiero que a ti te pase nada. Me romperías el corazón - Senjuro no sabía qué decirle, era demasiado para él - te protegeré incluso si tengo que morir, no me importa nada más.