Capítulo 59: Encuentro de reyes.

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Parte 1.

*POV 3ra persona*

En el reino Bahamuth, hogar de varias razas de semi humanos, el castillo real se encontraba alborotado.

En su interior, varios sirvientes se movían con agiles movimientos mientras preparaban varias cosas y en medio de todo el alboroto, dos personas caminaban atravesando los pasillos sin ser perturbados en lo más mínimo.

Un hombre bestia con cabellera roja y orejas de gato sobresaliendo de su cabeza, mirada feroz y un cuerpo grande y fornido, lideraba el camino. Vestía un uniforme militar que consistía en una camisa roja de mangas largas, pantalones negros y botas negras bien lustradas. Su presencia exudaba majestuosidad, similar al a de un león enorme.

“Mi Rey… ¿tiene alguna idea de por qué esas personas han visitado de repente?”

Vistiendo su usual uniforme militar, Georg Beowulf, caminaba unos pasos por detrás del gran hombre quien era el Rey de Bahamuth. Con una expresión de ligera confusión, Beowulf preguntó. En respuesta, el rey pensó por unos segundos antes de hablar.

“No lo sé. Si bien nuestro reino posee profundas relaciones con el suyo, esta visita repentina es desconcertante. Incluso vienen acompañados por soldados de élite…”

Dijo el rey mientras miraba hacia el patio del palacio a través de una las ventanas del pasillo. Se detuvo un momento para observar lo que yacía bajo sus ojos.

En el patio del palacio, en el área donde suelen entrenar los miembros de la guardia real, se encontraban una decena de Wyverns negros. Con un tamaño promedio de alrededor de cinco metros, los Wyverns negros eran destacados entre su raza. Al ser dragones menores ya eran enemigos formidables, pero estos estaban por encima de los otros. Su velocidad al volar y su fuerza, era superior. Sus alientos de fuego eran algo a tener en cuenta y encima, lo que los volvía tan especiales era que de vez en cuando… algunos de estos Wyverns negros poseían la habilidad de usar magia.

Eran el único tipo de Wyvern que podía alcanzar a lograrlo y ahora… una decena de esos Wyverns se encontraba en el reino Bahamuth acompañando a unos inesperados visitantes. Por supuesto, los Wyverns no estaban solos. Sus jinetes los acompañaban. Estos jinetes Wyvern era una unidad de elite bajo el mando directo del rey de un país aliado al Reino Bahamuth y su repentina visita había causado caos en la corte real.

“En serio… ¿Qué está pensando ese hombre?”

Diciendo eso, el rey reanudó sus pasos a través del pasillo. Después de unos minutos, el par llegó a una habitación. Al verlos, los guardias situados a ambos lados de la puerta los saludaron y luego, abrieron la puerta.

“¡Oh, Ambrosius, Georg! ¡Ha pasado tiempo!”

En cuanto entraron, fueron recibidos por la voz alegre de un hombre. Al dirigir su vista al origen de esa voz, Ambrosius puso una expresión incómoda.

En el interior de la habitación se encontraban cuatro sofás, colados alrededor de una mesa de centro de baja estatura sobre la cual se encontraban servido té y varios bocadillos.

Uno de los sofás estaba ocupado por dos mujeres. Una hermosa mujer de piel blanca y cabello color verde esmeralda, y junto a ella se encontraba sentada una chica adolescente de cabello verde, pero de tono más oscuro. Ambas vestían ropas de viaje compuestas por camisas blancas, pantalones y botas de cuero, pero aun siendo simples se podía ver la calidad de sus prendas.

“Valentina. Ha pasado tiempo.”

“Así es. Todo un año si la memoria no me falla.”

La mujer de cabello verde esmeralda, Valentina Karnstein, saludó con una sonrisa a Ambrosius mientras dejaba su taza de té sobre el platillo en la mesa. Detrás de ella, su sirvienta personal, Eleonora, hizo una reverencia hacia el rey de otro país frente a ella.

Empecé como serpiente, por lo tanto empecé desde abajo.Onde histórias criam vida. Descubra agora