Empecé como serpiente, por lo tanto empecé desde abajo.

Capítulo 107: Epílogo 4

Parte 1.

*POV 3ra Persona*

Poco después de perder la consciencia, Leohart se encontró a sí mismo en un espacio totalmente negro.

“No de nuevo…”

A pesar de que sentía el suelo solido debajo de sus pies, no sabía si era el suelo y tampoco podía ver si había alguien o algo más en sus alrededores.

“Ya sabía que era raro que no hubiera perdido la consciencia luego de luchar con ese alto espíritu antes… era demasiado bueno para ser… verdad… ¿Qué…?”

En medio de las quejas de Leohart, una luz solitaria comenzó a brillar en la distancia.

“…”

Al mirarla fijamente, Leohart se dio cuenta de que la intensidad de la luz iba aumentando y en cuestión de segundos, toda el área se llenó de luz blanca con un estadillo repentino que cegó momentáneamente a Leohart.

“Ugh. ¿Ahora qué?”

Con sus ojos acostumbrándose a la luz lentamente, Leohart rápidamente se dio cuenta de que sus alrededores habían cambiado. Ahora se encontraba en el interior de una amplia habitación.

Las paredes eran de color rojo oscuro y había varios pilares rojos que unían el suelo y el techo. Decoraciones doradas y finos adornos de porcelana con dibujos de alta calidad estaban clocados cuidadosamente alrededor sobre pedestales. Observando con cuidado, Leohart se dio cuenta de que el estilo de la habitación era similar al de las salas de algunas mansiones chinas de hace mucho tiempo atrás.

*SLAP*

“¿Hm…?”

Mientras admiraba la habitación, el sonido de una bofetada llamó la atención de Leohart. Cuando se dio la vuelta en dirección al sonido se encontró con una escena bastante desagradable.

“Hmpf.”

Un caballero vistiendo una armadura blanca con grabados dorados se encontraba de pie frente a una mujer alta que estaba de rodillas en el suelo.

“Mujer insolente. ¿En serio pensaste que podrían simplemente escapar?”

Dijo el caballero mientras miraba a la mujer con intensidad.

“Tenían una tarea sencilla, y fallaron… Han fallado al emperador y por ello…”

El caballero desenvainó la espada en su cintura y la balanceó rápidamente. Al instante siguiente, la cabeza de la mujer cayó al suelo con un sonido seco.

*Thud*

El caballero sacudió la sangre de la hoja y envainó su espada. Luego se dio la vuelta y dejó la habitación como si nada hubiera ocurrido. En ese momento, la escena cambió.

Ahora se encontraban en una zona urbana. El paisaje efectivamente se parecía al de una ciudad de estilo chino como el que Leohart había visto en fotos, libros y documentales antes.

“Su alteza.”

Ahora, el mismo caballero se encontraba arrodillado detrás de un hombre joven que vestía un traje de alta calidad de color blanco. Detrás del caballero, otros veinte caballeros se encontraban arrodillados.

“Me temo que no encontramos a la persona que busca. Al parecer ha abandonado la ciudad.”

Informó el caballero sin moverse de su posición. El hombre joven permaneció quieto, observando como el edificio frente a él ardía intensamente. Las llamas se elevaron varios metros sobre el suelo y resplandecían intensamente, haciendo difícil creer que era de noche.