Empecé como serpiente, por lo tanto empecé desde abajo.

Capítulo 116: Nos vemos.

Parte 1.

*POV 3ra Persona*

En la plaza en el centro de la ciudad, el primer ladrón se enfrentaba a un gran grupo conformado por caballeros y mercenarios, con los primeros siendo mayoría.

(Hm… me falta uno.)

Los caballeros se coordinaban para lanzarse al ataque con algunos usando espadas y otros, lanzas, mientras que un grupo permanecía en la retaguardia usando magia para acabar con el ladrón, pero hasta el momento nada había resultado.

Con la inclusión de los mercenarios, la persecución aumento en intensidad y lograron detener al ladrón en el centro de la ciudad, impidiendo que siguiera huyendo, pero además de eso, no habían logrado nada más.

“Tch. ¿Qué haces distraído?”

Mientras se enfrentaba a un par de caballeros, un mercenario intervino desde un lado al ver como el ladrón parecía estar enfocado en otra cosa.

(¿Hm? ¿Y esta quién es?)

El mercenario en cuestión era una mujer que usaba dos dagas en un agarre inverso. Al verla acercarse, el ladrón se puso en guardia al notar la intensidad de su aura.

(Es buena.)

La mercenaria era rápida y precisa. Sus dagas se movían con una velocidad y agudeza temible, apuntando a puntos que o bien eran fatales o causarían que el oponente quedara incapacitado, pero no estaban teniendo efecto en su oponente.

“¡Este tipo!”

El ladrón estaba evitando las dagas con precisión. A pesar de la corta distancia entre los dos, el ladrón esquivaba las hojas de las dagas con movimientos pequeños y precisos, y también usaba sus puños para desviarlas. Con el mismo nivel de precisión que la mercenaria movía sus armas, el movía sus puños y empujaba las manos de su oponente, desviando sus ataques e incluso deteniéndolos.

(Bien. Aquí todo está controlado… ahora, ¿A dónde se fue…? Oh.)

En medio de su intercambio de golpes con la mercenaria, el ladrón dio un salto hacia atrás, poniendo distancia entre los dos y un par de segundos después, una bola de fuego aterrizó en el lugar donde el había estado antes.

(Estamos en el centro de la ciudad. ¿No están pensando en los daños que pueden causar?)

Pensando en cómo un error podría causar un desastre en esa zona de la ciudad, el ladrón puso sus ojos en el origen de tanta intensidad. En el fondo, junto a los magos, se encontraba un hombre dando órdenes. Ese hombre parecía ser el gobernador y desde que salieron de la mansión había tomado el mando. Con su llegada, la coordinación de los caballeros había mejorado muchísimo, permitiendo un mayor margen de libertad para los mercenarios.

(¿Será algún tipo de habilidad? ¿O simple experiencia? Sea cual sea, podría ser un serio problema en el futuro. Mejor no olvido su cara.)

Al mismo tiempo que pensaba eso, el ladrón miró al cielo.

(Sentí una mirada ahora mismo… ¿podría ser…?)

Mientras pensaba así, un par de caballeros saltaron sobre él, pero los esquivo retrocediendo aún más. Ahora estaba a tan solo un par de metros de la pared de un edificio y estaba rodeado.

“Ah, genial.”

Mientras el ladrón se encontraba atrapado, en lo alto del cielo nocturno, una persona observaba la situación.

“Hm. Supuse que era un buen mago invocador debido a esa invocación que usó en la mansión, pero resulta que también puede defenderse en el combarte cuerpo a cuerpo.”