Finalmente llegó el Año Nuevo. En este día, todas partes de Yuehua Manor estaban impregnadas de risas. Como maestro, Ling Jingxuan envió a todos los sirvientes y sirvientas un gran sobre rojo con diez taels de plata en nombre de su familia, y quinientas monedas de cobre para los trabajadores de la fábrica tan pronto como antes de que se despidieran. Y al igual que esos sirvientes y sirvientas, los tenderos y los tutores de la Escuela Hanling también obtuvieron diez taels de plata cada uno. Para lo común, fue realmente mucho. Al principio, Ling Chenglong y otros objetaron, después de todo, diez taels de plata podrían mantener a una familia durante medio año. Y si uno pellizcaba y raspaba, podía sostener uno durante todo un año. Pero Ling Jingxuan insistió. Aunque eran sus sirvientes o sirvientas, o incluso trabajadores. Sin su esfuerzo, ¿cómo tendrían la oportunidad de poseer lo que tenían ahora? Entonces, realmente no pensó que eso fuera demasiado.
Por supuesto, los pocos bollos pequeños recibieron la mayoría de los sobres rojos. Incluso Yan Yi, Yan Shan y Yan Si les dieron sus sobres rojos, por supuesto, para chuparlos, solo deseando que pudieran maltratarlos menos al año siguiente. No había duda de que los ahorros de los tres bollos pequeños habían aumentado rápidamente. Uno podría imaginar lo feliz que estaba Ling Wen. Se dijo que en la misma noche, se escondió en su propia habitación y contó el dinero hasta altas horas de la noche, y de vez en cuando se podía escuchar ese tipo de risa exagerada. Yan Yi, que estaba vigilando afuera, incluso se ablandó las piernas, ¡solo temía si se le había ocurrido algún pequeño truco nuevo contra ellos nuevamente!
En el segundo día de enero lunar, Lady Wang y Wang Jinyu tuvieron que regresar a su propia casa. Por supuesto, Ling Chenggong tenía que ir con ellos. Ling Jingxuan se encontró una excusa y no fue con ellos. Ling Jinghan también dijo que tenía que prepararse para los exámenes medio mes después, y Ling Jingpeng, Zhang Qing y su hermano se encontraron con una excusa. Entonces, finalmente, ninguna generación más joven fue con ellos. No mucho después de que Lady Wang y otros se fueron, diez carruajes cargados se dirigieron a la carretera, y Ling Jingpeng, el Sr. Wang y Yan Shan tomaron sus paquetes y se subieron a los caballos.
"Hermano mayor, segundo hermano, Qing y Yang, cuida de esta familia por mí".
Con los ojos enrojecidos, Ling Jingxuan, que fue a un lugar tan lejano por primera vez, los ahuecó con las manos. Ling Wen y Ling Wu, que no tenían idea de lo que estaba sucediendo, inclinaron la cabeza con confusión, sin tener idea de por qué su tío iba a llorar porque solo fue al condado a entregar algunos productos.
"¡Vamos! No te preocupes por las cosas en casa. Jingpeng, ya que has decidido, tienes que hacerlo bien. No te rindas a mitad de camino. ¡Estaremos esperando tus buenas noticias!"
Ling Jingxuan tampoco quería que fuera, pero no le permitió mostrarlo, porque sabía que este viaje era por el bien de Jingpeng, y ya había preparado todo. Ayer, le pidió a Yan Yi que sacara doscientos mil de Wanli Money House en el condado para él. Y sobre el tema de la seguridad, Yan Shengrui también ya había hecho los arreglos.
"Hmm."
No diciendo más, de lo contrario tenía miedo de gritar. Ling Jingpeng asintió con la cabeza a Yan Shan y al Sr. Wang, luego los tres volvieron las cabezas de sus caballos.
"¡Yah!"
Con los azotes, tres finos caballos galoparon. Ling Jingxuan y otros inconscientemente dieron unos pasos de cabeza. Abrió la boca pero finalmente no pronunció una palabra. El niño de quince años finalmente puso un pie en su propio viaje, listo para volar.
"Vamos a entrar. Jingpeng está buscando experiencia, no tenemos que preocuparnos".
Después de bastante tiempo, Ling Jingxuan se dio la vuelta en silencio. Si uno observaba de cerca, se podía ver que en el dorso de su mano cruzando con la de Yan Shengrui ya tenía sus venas sobresaliendo. Dijo que no estaba preocupado, ¿cómo es posible? Pero él era el jefe de toda la familia, todos miraban su rostro. Cualquiera podía revelar sus preocupaciones, ¡solo que él no podía!
"Papá, ¿no va el tío Jingpeng al condado?"
Al ver que su reacción se estaba volviendo cada vez más extraña, Ling Wen no pudo evitar levantar la cabeza y preguntar.
Ling Jingxuan lo miró y luego miró hacia atrás en el camino donde no podía ver nada antes de decir con amargura: "No, va a una ciudad fronteriza, donde va a abrir sucursales tanto para Xinyuan como para Baiyunge".
"¿Cuándo volverá? Papá, ¿está muy lejos?"
Como si se diera cuenta de algo, Ling Wen parecía un poco ansioso.
"Ni demasiado lejos ni demasiado cerca. Volvería en junio a más tardar. Wen, ¿estás preocupado?"
Mientras hablaban, ya entraron al patio. Ling Jingxuan los llevó a la cálida habitación central. Al diseñar la casa, tenía función de preservación del calor, además de que en todos los rincones se quemaban carbón sin humo de calidad, toda la habitación era tan cálida como tenía un dispositivo de calefacción.
"Hmm."
Ling Wen asintió gravemente, luego Ling Wu del otro lado también se acercó a él, inclinando la cabeza y preguntando con curiosidad: "Papá, ¿es el lugar donde hay guerras a menudo? Nuestro tutor ha dicho alguna vez que las ciudades fronterizas no son pacíficas todo el tiempo. ¿Se lastimará mi tío?"
Aunque eran jóvenes, en la escuela, asistían a la clase de adultos, además, Juren Zhang era un rebelde, por lo que, excepto el conocimiento en los libros, a menudo también les decía cosas grandes o pequeñas de la corte, por lo que las ciudades fronterizas no eran extrañas para ellos. Esa fue también la razón por la que Ling Wen parecía tan preocupado.
