Capítulo 9

7.3K 463 2
                                    

POV MAXIMILIANO O’CONNOR WALTON

Saqué mi verga del coño de la chica luego de la primera estocada, acomodé mi verga dentro de mi calzón abotonando mi pantalón.

—¿Qué haces? —, chilló la chica encima del tocador.

Me acerqué a ella dándole un beso en los labios.

—Tu trabajo ya lo hiciste—, susurré encima de su boca.
—Pero solo disfrutaste tu—, recriminó.
—Nunca follo sin protección, sabrá Dios cuántos hombres han entrado ahí—, solté sin medir mis palabras.

La chica levantó su mano pegándome una cachetada, la tomé del cuello pegando mi cara a la de ella.

—Que sea la ultima vez se te ocurra levantarme la mano, maldita perra—, espeté con rabia, —La última mujer que me pegó murió esa misma noche—, escupí, y no era mentira, la última mujer que me pegó fue mi madre y lo hizo la misma noche que ella murió en el accidente que tuvo con mi padre y conmigo, esa noche tanto mi padre como mi madre fallecieron y la misma barra de metal que atravesó el hombro izquierdo de mi madre perforó mi pecho izquierdo, casi pierdo la vida de no ser porque mi madre intentó cubrirme con su cuerpo segundos antes de nos estrelláramos.

Solté el cuello de la chica alejándome de ella.

—¡Eres un maldito egoísta! —, vociferó frustrada al no recibir tan deseado placer.

Reí.

—¿Cuándo te diste cuenta? ¿Fue antes de chuparme la verga o después de terminar de chupármela? —, dije con ironía.

Me di la vuelta sin esperar respuesta de ella, quería irme a mi departamento a descansar, mañana debía presentarme temprano en la universidad; y si buscaba la manera de joder a una estudiante quería hacerlo estando totalmente descansado.

POV MIRTA DAVIS

Entré al departamento de Azumi, James pegó mi espalda a la puerta del departamento luego de cerrarla, atacando mi boca con la suya, sus besos fueron descendiendo por mi cuello, mis manos fueron a su cabeza dirigiéndolo al comienzo de mis pechos, quería extinguir este fuego que ardía dentro de mí. Elevé mi pecho en busca de atención, James metió su lengua en medio de mis pechos arrancándome un jadeo el cual fue sustituido por gemidos cuando mordió uno de mis pezones por encima de mi vestido.

Deslicé mis manos por sus hombros, moviendo mi pecho encima de su boca, necesitaba mas que esto, necesitaba algo que desconocía pero que mi cuerpo me gritaba a voces que lo quería, moví mis manos al borde de su camisa sacándosela de sus pantalones, mis dedos rápidamente palparon los botones quintándolos, tiré de su camisa sacándosela por los brazos, dejándola caer al suelo.

Las manos de James fueron detrás de mi espalda bajando la cremallera de mi vestido, bajé los tirantes de mi vestido yo misma desesperada dejando que el vestido cayera a mis pies quedándome con los pechos al aire y en braga.

James me miró un segundo sin decir nada, yo estaba segura de lo que hacía, no tenia dudas ni mucho menos remordimientos.

Me acerqué a él tomando la iniciativa para que me tocara, pero James no me hizo esperar ya que una de sus manos capturó mi pecho estrujándolo mientras que con la otra rodeaba mi cintura para elevarme del piso, enredé mis piernas alrededor de su cintura; el comenzó a caminar dirigiéndose al sofá de más del mil dólares de Azumi, no podía creer que tendría mi primera vez sobre un sofá, era emocionante y a la vez tan jodidamente erótico.

James tomó asiento dejándome a horcajadas encima de él. Clavé mis ojos en los de él quien me miraba de una manera que jamás antes lo vi hacerlo, creo que era deseo, pasión o tal vez el hecho de que tomaría mi virtud para él.

Me acerqué a su cara buscando su boca encontrándola sedienta de mis besos, pero abandonó rápidamente mi boca volviendo a tomar uno de mis pechos con su mano para llevárselo a su boca, esto era lo mas lejos que he podido llegar con James. Incliné mi cabeza hacia atrás dejando que aquella sensación que comenzaba con su lengua y seguía en mi pezón se extendiera por todo mi cuerpo.

Por inercia me moví sobre él.

—Espera—, me dijo.
—No lo arruines, es mi cumpleaños—, susurré, rogándole a Dios que él no se arrepintiera.

James sonrió.

—¿Te han dicho lo bien que te ves sobre mí? —, inquirió llevando sus manos al botón de su pantalón, sacó su verga.

La miré un segundo, alejando todo pensamiento sobre otra verga que quisiera colarse en mi mente desde el mismo infierno. James llevó su mano a mi braga moviéndola a un lado.

—Ahora—, me dijo acercando mi coño a su verga, —muévete—

Comencé a frotarme contra él, esto se sentía malditamente bien. Jadeé, sentía su verga resbalosa producto de mis fluidos los cuales comenzaban a salir, la lengua de James jugaba con mi pezón mientras yo me movía sobre él con esmero, con desesperó, con ansias, buscando perseguir esa sensación que crecía en mi coño amenazando con explotar en cualquier momento.

Pegué mi frente a la de él cuando mis piernas comenzaron a temblar.

—Eso es hermosa, córrete—, me instó, no sabía que podía correrme y sentir un orgasmo con solo frotarme con su verga, abrí mi boca dejando escapar pequeños gemidos los cuales capturaba con sus labios, estaba a punto de explotar, me moví mas rápido, quería terminar, quería llegar.

James gruñó al mismo tiempo que aceleré mis movimientos, rodeó mi cintura con sus brazos buscando más fricción entre nuestros genitales, hasta que mi cuerpo dio paso a ese momento de éxtasis.

Dejé mi frente sobre su hombro dejando que mi cuerpo se tranquilizara, no era la primera vez que sentía esa sensación, me apenaba decirlo, pero en ciertas ocasiones llegué a tocarme logrando sentir el tan aclamado orgasmo.

—¿Aun tienes el implante puesto en el brazo? —, me preguntó James. Hace un año me coloqué un implante anticonceptivo en el brazo, desde que supe que en cualquier momento podía terminar en la cama con James decidí protegerme.

Asentí.

—Quizás te duela un poco, pero descuida, si me dejas hacerlo todo pasara muy rápido—, sostuvo.

No dije nada, ni siquiera sabía que demonios hacer en este momento. James llevó una de su mano a su verga posicionándola en mi entrada, esto iba a ocurrir, aquí, ahora, justo en este mismo instante.

Cerré mis ojos sintiendo como su verga comenzaba a presionar en mi entrada.

Seduciendo a un Walton Where stories live. Discover now