Capítulo 33

7.2K 479 6
                                    

POV MIRTA DAVIS

Entré a la tienda de café tomando asiento al lado de Zack, recosté mi cabeza en su hombro cerrando mis ojos un momento, mientras los chiscos hablaban entre ellos.

—¿Todo bien? —, susurró Zack.

Moví mi cabeza afirmando, ya que ni siquiera podía articular palabra alguna desde de lo que escuché por parte de Max.

—No te creo—, dijo en voz baja apretando mi rodilla con su mano debajo de la mesa, llevé mi brazo alrededor del suyo aferrándome a él.

—¿Qué hacemos ahora? ¿volvemos a poncharle las gomas o quizás te apetece destruirle el parabrisas? —, sugirió haciéndome reír.
—Me gusta la propuesta, ya sé a quién debo acudir si quiero continuar con mis actos vandálicos —, expresé débilmente.

—¡Oigan! ¡Ustedes! —, nos llamó Azumi, — Dejen el amorío y confirmen su asistencia para esta noche—
—¿Asistencia? —, inquirí abriendo mis ojos.
—Si, iré al club, ¿Quién se apunta? —, preguntó ella.
—Yo—, confirmó Zack.
—Yo—, prosiguió Alina.

Me quedé en silenció mirando la carta de menú que yacía sobre la mesa. Zack movió su brazo llamando mi atención, quité mis ojos del menú encontrando a Alina y Azumi observándome.

—¿Qué? —, dije.
—Ah…, esperamos por tu respuesta—, expuso Alina.
—Yo paso, debo trabajar en mi proyecto—, me excusé.
—Lo siento, Davis, pero donde va uno, vamos todos y si no vas pues ninguno vamos—, soltó Azumi como modo de manipulación.

<<¡Mierda!>>

***

—Tu bebida—, comentó Alina deslizándola encima de la mesa, al final tuve que acompañarlos al club.
—Gracias—, respondí.

Azumi y Zack bailaban en la pista.

—Mirta…—, emitió Ali.
—Descuida, ya lo olvidé, no pasa nada— sostuve conociendo su intención.
—Esa noche no era mi noche, definitivamente. Mis padres me confesaron que, embargaran nuestra empresa, al parecer el préstamo de los Walton no fue suficiente para saldar nuestras deudas—, informó con una falsa sonrisa ocultando su tristeza, para alguien que lo ha tenido todo, esto debe ser como una patada directo a los huevos.
—Ali, lo siento de verdad—

Sus ojos estaban nublados, se contenía para no llorar, la abracé.

—No importa, podemos superarlo con lo poco que nos quede—, aseguró rompiendo el abrazo endeble.
—Si lo que necesitas es dinero, puedo gestionar un préstamo con los Davis, sé que mi padre, o el tío Lucas accedería—
—No, no quiero que mas personas se enteren de que estamos en la ruina, con que lo sepan los Walton es suficiente—, indicó.
—Sabes que estoy para lo que necesites—

—Grcias de verdad, si no fuera por ti y los chicos me estaría voloviendo loca, mi mente es un desastre, ni siquiera sé cómo enfrentar esta situación—, confesé con sus ojos cristalizados.

—No te preocupes, sé que todo se va a solucionar—, sostuve apretando su mano.

—Disculpa, no quiero abrumarte con mis problemas, mejor dime cómo vas con el profesor O'Connor—, manifestó cambiando de tema.

Suspiré, no quería hablar del malnacido de Max.

—Hablando de Roma, el burro se asoma—, canturreó Alina indicándome que mirará a la entrada con la mirada.

Dirigí mis ojos a él,  caminaba a la zona VIP del club, lucía jodidamente guapo, pantalón de mezclilla, camisa negra la cual se le ceñía a los brazos mostrando lo bien trabajado que tenía el maldito cuerpo, el cabello peinado hacia atrás formando unas ondas que me recordaban las veces que introduci mis dedos en él mientras me hacía suya en su cama. Mi pecho se infló conteniendo mis deseos de ir hasta él y pegarle con lo primero que encontrará en mi camino.

Seduciendo a un Walton Where stories live. Discover now