Capítulo 52

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POV MIRTA DAVIS

Solté mi mochila sobre la mesa que ocupaban mis amigos en la cafetería junto con los cinco libros que tenía en brazos, tomé una silla libre que había en otra mesa colocándola al lado de Azumi tirándome literalmente sobre la silla.

<<Quería llorar>>

—¿Duele volver a la realidad? —, canturreó Zack escribiendo en su cuaderno de apuntes.
—Mi vida apesta—, lloriqueé.
—He aquí las consecuencias de coger con tremendo semental; yo le llamo depresión “post-verga”, es cuando pasas un tiempo follando y de repente... ¡OH! ya no más verga—, hablo Azumi tecleando en su laptop.

Zack rio.

—Si necesitas ayuda con tu proyecto, tengo una hora libre mañana—, se ofreció Alina.
—¿¡En serio!?—, chillé sentándome derecha en la silla, mirándola esperanzada.
—Si. Sé que debes estar como loca con todo esto—, dijo señalando mis libros.
—Gracias—, verbalicé.

Tenía un montón de tareas atrasadas, falte una semana completa a clases, Max por suerte contaba con su asistente, pero yo no tenía a nadie.

—Davis…, te hemos perdido—, se burló Azumi despegando sus ojos de la computadora pellizcando mi cachete.
—Auch—, me quejé sobando mi mejilla.
—Estoy orgullosa de ti, por fin mis esfuerzos han rendido frutos—, hablo ella.

Una risilla escapó de mi boca.

—¿Tenemos algún plan para este fin de semana? Extraño salir con mis chicas—, expuso Zack cerrando su cuaderno.
—Salgamos a un nuevo bar que inaugurarán este fin de semana. La madre de la novia de unos de mis hermanos tiene un ahijado, quien es primo del amigo del que conoce al hermano del dueño del bar—, propuso Azumi.
—¿Qué? —, soltó Alina.
—Silencio mojigata, no te enredes con el camino lo que importa es el fin, ¡nos colaremos en una fiesta! —, chilló Azu emocionada.

—Ummm—, emití cerrando mis ojos, negando con mi cabeza.
—¿Ummm? ¿Qué? —, indagó Azu golpeando mi hombro con el de ella.
—No puedo salir este fin de semana, chicos—, informé.
—¿Max te robara otro fin de semana? ¡Santo Dios, Mirta, que te deje respirar! Ya ni sales con tus amigos—, se quejó Zack.
—No seas exagerado, solo estuvo fuera una semana—, le regañó Alina.
—Se sintió como un mes—, se defendió Zack.

Suspiré.

—Me quedare en el departamento de Max, él saldrá de la ciudad, así que le cuidaré el depa—, anuncié extendiendo mi mano sobre la mesa tomando la bebida de Azumi.
—¿Dices que el profesor O'Connor te ha dejado a cargo de su departamento? —, inquirió mi amigo con tono extraño.
—Sí. Lo siento—, me excuse.
—Si Mahoma no puede ir a la montaña, que la montaña venga a Mahoma—, expresó Zack.
—¿¡Qué!?—, vociferó Alina, —¡Claro que no! —

Miré a los chicos sin comprender.

—Lo que el tocho trata de decir, es que, si no puedes ir de fiesta con nosotros, entonces llevemos la fiesta a donde estes, en este caso al departamento de Max—, manifestó Azumi.
—¿Qué? ¡No! —, me negué rápidamente.

—Mirta, si mal no recuerdo Max fue el causante de que se cancelara tu fiesta de cumpleaños, es justo que sea él quien se responsabilice por eso, hagamos una fiesta en su departamento, no tiene por qué enterarse—, sostuvo Zack colocándose de pie, —Solo imagínalo, tu y tus amigos ofreciendo una megafiesta en unas de las zonas más exclusivas de Wisconsin —, propuso haciendo ademan con su mano muy inspirado.
—Ahhhh…, déjame pensarlo… No—, volví a decir.

Él se sentó bufando.

—Zack tiene razón, el profesor O'Connor fue el responsable de que se cancelara tu fiesta, sin embargo, esto puede traerte consecuencias—, opinó Alina inteligentemente.
—Bueno, por primera vez en mi vida concuerdo en algo con la mojigata—, expresó Azumi señalando a Alina, —¡Santo cielos! ¿Qué me está pasando? ¿Estoy perdiendo mi toque? —, expresó dramática.

Seduciendo a un Walton Where stories live. Discover now