Capítulo 83 (Verdades Que Hieren II)

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POV MIRTA DAVIS

Hace unas horas Flavián me acompañó al aeropuerto a despedirme de Arnold, Nora y Hugo. Mi padre y mi hermana tenían que prepararse para la asamblea de esta tarde, ninguno de los dos tenían conocimiento de que estaba al tanto de la situación y de que me presentaría en dicha junta. Tomaría un vuelo más tarde, quedé con Azumi para visitar la tumba de Zack, quería hacerlo antes de regresarme a Minnesota definitivamente, no sabía cuándo volvería a Wisconsin después de todo lo ocurrido, esta ciudad despertaba miles de cosas dentro de mí que necesitaba enterrar. Max, por otro lado, tenía asuntos los cuales atender, no quise indagar sobre ellos, cada uno tenía compromisos personales por resolver, o eso entendía yo.

—Todo terminó ¿Qué harás ahora?— le pregunté a Flavián mientras conducía.

—No lo sé, volver al servicio de Donovan a quedado descartado luego de lo de su hermana, no estaría cómodo al saber que mi cabeza puede ser la próxima en adornar su estantería, aunque eso no significa que no pueda volver a la mafia con un rango menor a que un roba autos— comentó.

—Este es muy hermoso— dije, era un Rolls Royce Phantom.

—Lo robé está mañana antes de pasar por ti, era de un futbolista.

—Flavián— mascullé golpeando su hombro.

—Es broma...— expresó riendo.

Reí.

—Pero si lo robé— soltó.

—Tengo una idea mejor que robar autos clásicos a futbolistas o volver a la mafia...

—Mirta...— emitió deteniendo el auto a un lado en la carretera.

—Necesitaré un guardaespaldas a partir de ahora— informé fijando mis ojos en él —Y no confío en nadie más que en ti para este trabajo.

—¿Quieres un guardaespaldas o te obligan a tener uno?

—Me obligan— confesé— mi padre y Nora estarán más tranquilos si dejo que un gorila me cuide, después de lo que pasó no aceptan un "no" de mi parte.

—Ya no estás en peligro— me recordó.

—Y es lo mejor de este trabajo, te encantará.

—Hugo me odia y yo a él, no puedo odiar a mi jefe de trabajo, sería un martirio— indicó.

—Hugo no sería tu jefe, más bien el jefe, del jefe, de tu jefe ¿Notas la diferencia?

—Él no lo permitirá, no me querrá en la agencia.

—Si lo hará, ya se lo pedí y no tuvo de otra más que aceptar, sabe que debe disculparse conmigo de alguna u otra forma, y esta es la única forma en la cual deseo que se disculpe— dije.

—Esto puede resultar bastante mal.

—O bastante bien...

Suspiró.

—No debes darme una respuesta ahora, quiero que lo pienses— propuse —no quiero que vuelvas a la filas de la mafia, te necesito conmigo— confesé tomando su mano.

Flavián entrelazó nuestros dedos dejando un beso en mi mano.

—Gracias— manifestó —Por ser quien eres.

—Tu me ayudaste, desde que me conociste lo hiciste, impediste que Ronan me lastimara, impediste que lastimará a Nora, ayudaste a Azumi a sacar a los chicos de la facultad del departamento de Max, ayudaste a Zack en territorio de los sicilianos, a Max...

Seduciendo a un Walton Where stories live. Discover now